El Gobierno de coalición ha logrado un acuerdo para desbloquear la Ley de Animales impulsada desde el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, con Ione Belarra al frente. Según fuentes parlamentarias de Unidas Podemos, el pacto salva el que hasta ahora era el principal punto de fricción con los socialistas: que todos los perros sin distinción, también los de caza, sean considerados animales de compañía y gocen de todo el catálogo de nuevos derechos de protección y bienestar animal. Desde el PSOE aún no confirman este extremo.

El acuerdo se ha alcanzado tras evidenciar sus discrepancias en la ponencia de la ley, que tuvo lugar este martes. Los morados no estaban dispuestos a ceder en su objetivo de hacer extensible la protección a todos los perros, mientras que los socialistas apostaban por establecer salvedades en función de la actividad que desempeñaran. El Grupo Parlamentario Socialista había presentado una enmienda para excluir de la aplicación de la ley de bienestar animal a los animales de trabajo y en concreto a los perros de caza, pero también a los perros pastores, de guarda, de rescate y de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, además de hurones y rapaces usadas para cazar y a los perros que practican actividades deportivas. Esta excepción abrió una brecha entre los grupos del Gobierno de coalición y ninguna de las partes parecía dispuesta a ceder, aunque finalmente, el PSOE lo habría hecho.

Fuentes de Unidas Podemos lo han celebrado destacando que han logrado concretar “la primera norma de ámbito estatal que protege los derechos de los animales”. Entre las medidas que contempla figuran el sacrificio cero de animales, la eliminación de la venta de animales por internet, los registros de animales de compañía y la reconversión de los zoológicos (que no podrán utilizar animales silvestres), así como el fin de la impunidad del maltrato animal.

En lo que respecta a los animales que se emplean en actividades profesionales (por ejemplo, perros de la Policía, que participan en tareas de rescate o perros pastores) y los perros de caza, serán considerados siempre animales de compañía y quedarán regulados por las normas autonómicas de protección animal. Al ser estas leyes de rango inferior, estarán obligadas a adaptar su contenido y no podrán fijar estándares de protección más bajos que los de la norma impulsada por el Ministerio de Ione Belarra.