Amigo Celes, lamenté tu decisión de distanciarte del PSC, el partido en el que militaste desde su fundación, hace ya cuarenta años, como miembro que fuiste de una de sus tres organizaciones fundacionales, la Federación Catalana del PSOE, en la que comenzaste a militar en tu juventud, residente ya en tierras catalanas, a las que llegaste, como algunos de tus hermanos y tantos otros, procedente de Extremadura, en vuestro caso de Valverde de Leganés. Lo lamenté ya hiciste público tu distanciamiento, como en su momento también lamenté el distanciamiento de otros compañeros por motivos diametralmente opuestos a los tuyos, al menos en apariencia. Sin unos y otros se ha reducido el espacio del socialismo democrático, constitucional, estatutario, catalanista y siempre con una muy firme vocación y voluntad federalista.

Con tu distanciamiento abandonaste una trayectoria política iniciada muy poco después del fin de la dictadura franquista, en 1976, y que te llevó a ser, ya en 1983, concejal y desde 1994 y hasta 2008 un excelente de la segunda ciudad de Cataluña, L’Hospitalet de Llobregat, así como presidente de la Diputación de Barcelona entre 2004 y 2008, ministro de Trabajo e Inmigración entre 2008 y 2010, y finalmente diputado en el Parlamento de Cataluña entre 2010 y 2015. Siempre por el PSC, partido en el que te conocí y traté durante todos estos años, hasta el punto de trabar lo que siempre he pensado que fue y espero y deseo que siga siendo una buena amistad. Una amistad hecha no solo de nuestras relaciones y colaboraciones políticas sino también de unas relaciones personales basadas en charlas y conversaciones no siempre políticas, a veces alrededor de una buena mesa, en otras ocasiones, por ejemplo, en la playa del barrio marítimo de Sant Salvador, en El Vendrell, cerca de tu residencia estival en el vecino barrio marítimo de Coma-ruga.

Si hace ya algún tiempo lamenté tu distanciamiento público de un partido que fue el tuyo durante cuarenta años y al que representaste en todo tipo de cargos institucionales de manera ininterrumpida durante nada más y nada menos que treinta y dos años, debo decirte que me ha dolido de un modo más personal tu decisión de presentarte como candidato a las elecciones municipales de Barcelona por otro partido, Ciudadanos, y que acordases esta decisión con el alcaldable Manuel Valls precisamente en tu casa de Coma-ruga, tan cerca de aquella playa de Sant Salvador en la que coincidimos tantas veces con mi admirado amigo y referente personal, cívico, moral y político, Joan Reventós, el principal artífice de la tan ansiada unidad del socialismo catalán. Por la amistad que nos ha unido y que espero y deseo que nos siga uniendo, amigo Celes, he creído que mi deber era hacerte saber que esta última decisión no solo me ha dolido políticamente, sino que personalmente me ha causado una profunda decepción. Tanta decepción como la que me causaron otras decisiones, tan legítimas como la tuya, pero asimismo tan decepcionantes, como las de otros compañeros que cambiaron de partido cuando dejaron de ejercer cargos públicos.