Ya suenan tambores de guerra en el Partido Popular. Los días 20 y 21 de julio se celebrará el congreso extraordinario del que saldrá el nuevo líder de la formación tras la salida de Mariano Rajoy. Muchos son los nombres que ya hay sobre la mesa: Pablo Casado, José Ramón García Hernández, José Manuel García-Margallo, José Luis Bayo, María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. La exvicepresidenta anunciará sus intenciones en una comparecencia a las 13:00 horas. La exministra de Defensa ha hecho lo propio a las 11:00 horas en una comparecencia en la que ha mandado el primer mensaje para Sáenz de Santamaría.

“Una decisión así no se toma a la contra, no se toma contra nadie. Sería muy mezquino. Hemos tenido magníficos miembros en el gobierno. Y lo digo de todos”. Sin duda, la protagonista de sus palabras era la exvicepresidenta, ya que es de sobra conocida la mala relación que mantienen ambas reinas.

Una tensión que fue representada a la perfección por una fotografía que tuvo lugar en mayo de este curso. Durante la celebración del pasado Dos de Mayo, fiesta de la Comunidad de Madrid, Soraya Sáenz de Santamaría y María Dolores de Cospedal estaban separadas por una silla.  Un único asiento que parecía un mundo. No eran más que unos centímetros, pero se proyectaba una distancia insalvable entre ambas.

La política es un teatro de sombras donde, en ocasiones, no es lo que parece sino lo que se proyecta. En cuestión de días, las sombras se modificaron y, en la toma de posesión de Ángel Garrido como presidente de la Comunidad de Madrid, celebrada días después, Cospedal y Santamaría exhibieron buena sintonía, o al menos, pretendían aparentarla sin sillas que las separasen.

La ministra de Defensa y la vicepresidenta se sentaron juntas. En la anterior ocasión, en la celebración del Dos de Mayo, estaban separadas por el asiento de Garrido y cuando este dejó su asiento para subir al atril, la imagen ilustraba a la perfección la guerra que mantienen ambas a nivel interno (y que se niega públicamente). Con la silla de por medio, ambas evitaron mirarse. La fotografía habla por sí sola.

Según se argumentó, la disposición era puramente protocolaria. La institución que organiza el acto, en aquella ocasión la Comunidad de Madrid, debía presidir, por lo que el presidente en funciones, Garrido, ocupó la silla central. A su derecha e izquierda, Saénz de Santamaría y Cospedal respectivamente, las autoridades gubernamentales.

Este lunes, sin embargo, se pudo ver cómo la vicepresidenta y la ministra de Defensa no solo se sentaban juntas, sino que conversaban e, incluso, esbozaron alguna que otra sonrisa.

Famosa es la disputa de poder entre ambas dirigentes, quienes tiempo ha que pujan por ganar más y más peso para liderar el partido. Ese momento ha llegado. Ambas reinas lucharán ya como candidatas.

Esta batalla de reinas es tan conocida como acallada a nivel público. Todos lo niegan. El propio Mariano Rajoy calificó de “machistas” los comentarios sobre la batalla del Dos de Mayo porque “si se tratara de dos señores no habría habido tantas portadas”.