A menos de dos días de la huelga feminista del 8 de marzo, el presidente del Gobierno se ha visto obligado a rectificar la postura de su partido sobre la gran movilización convocada para el Día de la Mujer Trabajadora, con desautorización incluida a su ministra de agricultura y a la presidenta de la Comunidad de Madrid.

En la sesión de control al Gobierno en el Senado, Mariano Rajoy se ha salido totalmente del argumentario del Partido Popular, afirmano: “No me reconozco en la afirmación de una huelga a la japonesa que ha hecho algún miembro de mi partido”. Así se ha expresado tras ser interpelado por la senadora de Nueva Canarias, María José López Santana, sobre los compromisos concretos del Gobierno para mejorar las condiciones sociolaborales de las camareras de piso, a las que Rajoy se ha comprometido a recibir en La Moncloa. 

Rajoy censura así la posición que manifestaron hace unos días la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, y su ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, las cuales afirmaron que su forma de reivindicar el día de la mujer trabajadora no era haciendo huelga sino haciéndola “a la japonesa”, que significa trabajando más horas.

Rajoy también se desmarca así de otros dirigentes de su partido, y del propio argumentario del PP, que tacha a la movilización de este 8M de fomentar “el enfrentamiento entre hombres y mujeres” y de ser un gesto “elitista e insolidario” ya que, afirman, la igualdad ha de conseguirse desde la unidad.

Las mujeres rurales ya respondieron a este peregrino argumento de Tejerina pidiéndole que “recapacite y se entere de que las mujeres a las que debería representar, la mujeres rurales, hacemos una huelga a la japonesa cada día”.