Mariano Rajoy ha convocado a los dirigentes territoriales del PP a una comida de trabajo el próximo lunes 12 en Génova, sede central del partido y cuyas obras de remodelación se pagaron con dinero negro según los jueces. Las alarmas comenzaron a sonar tras el batacazo del PP en las elecciones catalanas dado que es la primera vez en Democracia que el partido que gobierna España no consigue siquiera tener grupo parlamentario propio en el Parlament. Ahora ha llegado el primer CIS del año, en el que Ciudadanos se coloca en tercer lugar a tan solo 5 puntos del PP. Entre el CIS de octubre de 2017 y el de febrero de 2018 el PP ha perdido 2 puntos. Es la primera vez que los populares no rentabilizan electoralmente una crisis catalana, de hecho, en 2008 la campaña contra el Estatut, la recogida de firmas por toda España y el recurso contra el Constitucional sirvió para que Zapatero no tuviera mayoría absoluta.

Pero no es sólo el avance de Ciudadanos, hace 4 años que se tendría que haber negociado un nuevo modelo (y reparto) de financiación autonómica. Montoro sigue sin mover ficha a un año de elecciones municipales y autonómicas, un año clave para que presidentes autonómicos y alcaldes hagan obras e inviertan en partidas sociales con las que luego hacer campaña.

Quieren más política

Nadie se atreve a decirlo públicamente porque el PP es un partido piramidal sin democracia interna. Y el que habla no sale en la foto, además de arriesgarse a caerse de las listas, pero el malestar en el partido es imposible de ocultar. Dirigentes territoriales están indignados con Montoro, pero además consideran que al Gobierno le falta impulso político. Quieren más política y menos técnica, y ese misil va contra Soraya Sáenz de Santamaría que es quien controla toda la actividad y agenda política del Gobierno.

A la comida asistirán, además de Rajoy y la secretaria general del PP Dolores de Cospedal, la Vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y el ministro de Hacienda Cristóbal Montoro.

 

Indignación con Montoro al que le dan un mes para el desbloqueo

Los representantes de Castilla y León y La Rioja han apoyado una propuesta de Andalucía para que Montoro fije en menos de un mes una posición en la comisión técnica que negocia la reforma. En la última reunión del Comité Técnico Permanente de Evaluación (CPTE) del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF), celebrada el pasado jueves en Madrid no solo se escucharon las protestas de las Comunidades infra financiadas, sino que todas las del PP mostraron su enfado, aunque tan sólo dos, Castilla y León y La Rioja, donde prácticamente los populares han gobernado casi toda la Democracia, porque Montoro ni se dignó a presentar un papel.

El pasado jueves, este grupo de trabajo presidido por la secretaria general de Financiación Autonómica y Local, Belén Navarro, celebró su cuarto encuentro. Todos los territorios han remitido sus documentos, pero el Gobierno sigue sin presentar nada, un requisito necesario para cerrar las conclusiones de su trabajo. Aunque Montoro había comparecido en la comisión de Hacienda del Congreso, y en un tono chulesco propuso simplificar fondos o reestructurar de la deuda de las autonomías, el órgano que debe concretar esas propuestas sigue sin recibir los 'papeles' del ministerio. 

Como consecuencia de ello, fuera del orden del día y a viva voz, el representante de Andalucía, el director general de Financiación y Tributos, Diego Martínez, pidió poner fecha límite al debate y emplazar al Gobierno a que en cuatro semanas aporte lo necesario para elaborar las conclusiones de los trabajos, dado que temen que el trabajo de este comité sea un paripé para tener a las Comunidades "entretenidas", según fuentes socialistas.

La iniciativa recibió el respaldo de los representantes de autonomías presididas por el PSOE. Madrid, Galicia o Murcia, gobernadas por el Partido Popular, fueron las únicas que no apoyaron la propuesta que sí fue respaldada por Castilla y León y La Rioja. Eso significa que la gran mayoría de las Comunidades -todas menos las 3 mencionadas anteriormente- empiezan a perder la paciencia con Montoro.