Es difícil entender, y mucho menos justificar, que a esta alturas de movida judicial la magistrada de la Audiencia Nacional, presidenta de la Sala de lo Penal, Concepción Espejel, continúe en su cargo a pesar de haber sido recusada hasta la saciedad por abogados y puesta en duda su imparcialidad por todos los partidos políticos, salvo el PP, formación que la aupó a lo más alto de la Judicatura (de ahí su recusación). Apoyos que, precisamente, le impidieron en principio estar y decidir sobre la trama corrupta Gürtel que afecta directamente al partido de la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal, quien hace gala de su amistad y la lleva a llamar cariñosamente, “Cocha, hoy y siempre será Concha”, dijo la ministra de Defesa siendo presidenta de Castilla-La Mancha cuando la magistrada recibió en Albacete la llamada Raimunda (medalla de la Orden de San Raimundo de Peñafort que reciben los jueces por “meritos” relevantes).

Espejel pide más investigaciones

El caso es que la Sala de Gobierno de la Audiencia Nacional ha modificado la composición del tribunal que estaba previsto que juzgara el caso de la presunta caja B del Partido Popular, como ha publicado ELPLURAL.COM, de forma que deja fuera del mismo a dos de los magistrados que juzgaron la primera etapa del caso Gürtel y que sentaron a Mariano Rajoy en el banquillo de los testigos. Espejel está en la pomada. Y eso determinados jueces no lo pueden permitir. Como cuando la jueza que investigaba el incendio de Guadalajara de 2005, donde perdieron la vida 11 personas de un mismo retén, pretendió descartar la responsabilidad de los cargos y técnicos de la Junta de Castilla-La Mancha (entonces gobernada por el PSOE) que gestionaron la extinción. Sin embargo, Espejel, presidenta por entonces de la Audiencia de Guadalajara, y otros dos magistrados ordenaron a la juez seguir investigando a la administración socialista, como recogió en su día El País.

Traslado ilegal de la jueza

Pero como la jueza Concepción Azuara, titular en esos años del Juzgado de Instrucción de Sigüenza, pretendía exonerar a los cargos de la Junta de Castilla-La Mancha, incluida la exconsejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo, en contra de la opinión de la presidenta de la Audiencia Provincial de Guadalajara, esto es, Concepción Espejel, “Concha” para la hoy ministra de Defensa y gran valedora de la magistrada, además de acusación particular contra los técnicos y cargos socialistas a los que quiso meter en la cárcel, entonces ocurrió lo mismo que ha sucedido estos días: ¡Zas, cambio de juez!, es decir, de jueza.

Perfil completo de Concepción Espejel en Los Genoveses

No le dejaron acabar la instrucción

Parece mentira, pero es tan cierto como que Concha llegó al Poder Judicial de la mano del PP. El caso es que la jueza Azuara se vio obligada a dejar la instrucción del incendio de Guadalajara porque el Poder Judicial  se negó a prorrogar su estancia en Sigüenza hasta que terminara la investigación del incendio, toda vez que había sido nombrada magistrada y su traslado estaba contemplado por la ley, como también estaba recogido por el artículo 15.2 y 16.1 de la Ley Electoral su permanencia en el juzgado, al menos cien días. De nada sirvió la súplica de la jueza o el pronunciamiento de dos de los vocales de la comisión CGPJ por considerar que suponía “una vulneración flagrante de la ley”. Estaba todo decidido: la jueza sería sustituida y Espejel se saldría con la suya reclamando más instrucción, pero más instrucción ¿hacia dónde?

Vuelco a la instrucción

A pesar de que Concepción Azuara era la presidenta de la Junta Electoral de Zona y el artículo 151 dice expresamente que: “Los miembros de las Juntas Electorales son inamovibles y sólo podrán ser suspendidos por delitos o faltas electorales”, no fue impedimento para que su juzgado cambiara de titular y llegara al mismo María del Mar Lorenzo, que, ¡fíjate por dónde!, era partidaria de los planteamientos judiciales de Concha Espejel (acordaros, la amiga de Cospedal). Tanto es así, que la jueza Lorenzo no dudó ni un momento en darle la vuelta a la tortilla e imputar a una veintena de cargos de la Junta de Casilla-La Mancha, presidida por aquel entonces por el socialista José María Barreda, con las bendiciones, como no podía ser de otra forma, de la Audiencia Provincial de Guadalajara que, como decimos, presidía Concepción Espejel.

Varapalo para Lorenzo y Espejel

Tal esperpento judicial y despropósito legal no podía llegar a buen puerto, y mucho menos después de que los abogados de Cospedal pidieran cárcel para los altos cargos socialistas que se limitaron a apagar el fuego. Espejel dejó la Audiencia de Guadalajara para de la mano del PP llegar a la vocalía del Consejo General del Poder Judicial, y no pasó mucho tiempo para que los nuevos responsables de la Audiencia eximieran a todos y condenara sólo al excursionista que había provocado el fuego al hacer una barbacoa. Aún es más, el tribunal, sin Espejel presidiéndolo, criticó por “irrelevante e inútil” la investigación llevada a cabo por la jueza María del Mar Lorenzo, ya que el autor del incendio se “conocía desde el principio”.

Todos le dieron la espalda

Cospedal recurrió al Tribunal Supremo con la esperanza de encontrar receptividad entre sus miembros. El Alto Tribunal dio un auténtico repaso al Partido Popular, a la amiga de la secretaria general del PP y expresidenta de la Audiencia Provincial de Guadalajara, Concha Espejel, además de a la jueza que, siguiendo los argumentos de los citados, imputó a unos inocentes, como así lo demostró el TS, que puso las cosas en su sitio y condenó al excursionista que fue considerado único culpable del incendio. Cómo sería el trabajo llevado a cabo por la jueza Lorenzo, muy criticada por la pésima y sospechosa instrucción, que pidió el amparo del CGPJ y cuya Comisión Permanente rechazó por unanimidad.

Eso sí: “Concha será Concha siempre”

Y qué mejor que acabar esta crónica citando a Los Genoveses, que en su día recogieron algo tan básico como estas palabras de María Dolores de Cospedal. “Haber participado en este acto para la imposición a Concha Espejel de la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort, créanme que para mí es un honor y un privilegio. Es el acto de reconocimiento y de homenaje a una gran mujer (se ha dicho aquí, pero yo lo quiero reiterar), pero también a una gran jurista que ha acumulado muchos e importantes méritos en su carrera. No solo ha velado siempre por el correcto ejercicio de sus funciones que como juez le corresponden, sino que, además, Concepción Espejel (que para todos es Concha y lo va a ser siempre) ha tenido un compromiso firme y una vocación profunda con la dimensión más social de la administración de justicia”. Fin de la cita. Los comentarios los ponéis vosotros.