Hablo del lejano año 1936.

Naturalmente que no recuerdo esa fecha dramática, pero soy de los españoles que pueden contar  a los jóvenes la tragedia que vivió España después de 1936.

Todos -conservadores y progresistas- somos hijos de esa tragedia. Y todos -conservadores y progresistas- tenemos pocas ganas de hablar de ese tiempo de dolor. Mal hecho.

Claro que entiendo las razones: los que ganaron la guerra hicieron una propaganda durante décadas señalando a los culpables, comunismo, socialismo, masonería; rojos, para simplificar.

Y los que perdieron no pudieron contar nada.

En diario EL MUNDO de este domingo histórico (día 17) ha conseguido que los hijos o los nietos de protagonistas de la crueldad del 36 cuenten sus buenas razones para entenderse todos.

Acepto la idea central.

Pero, me pregunto, ¿cómo es posible que haya emocionados reencuentros  familiares mientras la derecha (democrática) española no trabaja para conseguir que se saquen a todos los muertos de las cunetas?

Nadie del PP ha tenido la valentía de pedir a sus responsables políticos autonómicos y minicipales, que gasten lo que haga falta para que no haya ni un solo español enterrado de mala manera por ser de izquierdas.

El 18 de julio de 1936 yo tenía 7 meses.Y hoy sigo pidiendo que ninguna cuneta puede seguir escondiendo restos de luchadores por ideas democráticas ¡por problemas de recursos!

¿De verdad es tan difícil enterrar a los adversarios a los que ganasteis con las armas pero nunca con los votos?

Mira por donde, tengo que pedir al PSOE, al PCE y a los nuevos más o menos complicados, que consigan una acuerdo parlamentario urgente (son las fechas ahora) para que ningún compatriota del tiempo de Guerra Civil tenga que descansar en rincones por falta de decisión o de recursos.

Oye: Pedro, Pablo, Alberto, Rivera y -por qué no- Mariano ¿sería posible un acuerdo entre todos para ayudar a matizar esos recuerdos?