La maquinaria del misterio vuelve a girar en torno a Rosalía. En cuestión de días, la artista catalana ha desplegado una serie de movimientos en redes que apuntan, con bastante claridad, al inicio de una nueva etapa musical. La intérprete de Motomami ha cambiado su foto de perfil de Instagram por una imagen de una luz, ha publicado en su cuenta de X el mensaje “LUX=LOVE” y, poco después, ha desactivado su perfil. Al mismo tiempo, ha comenzado a seguir una cuenta llamada @luxthealbum y ha compartido una fotografía en la que aparece con una camiseta en la que se lee “God complex”. En Madrid, por si fuera poco, han aparecido imágenes en las pantallas de Callao que muchos fans aseguran corresponden a lo que podría ser la portada de su próximo disco.
Todas las piezas encajan en lo que parece un lanzamiento cuidadosamente orquestado. “LUX” -palabra latina que significa “luz”- se repite como elemento central del mensaje. La publicación “LUX=LOVE” ha encendido la conversación global en cuestión de minutos, con fans y medios especulando sobre su significado. La artista eliminó su cuenta de X poco después de publicar ese enigmático mensaje, reforzando la idea de que se trataba de una despedida simbólica de la era anterior y una entrada a un nuevo ciclo creativo.
Twitter ha baneado a @rosalia por ser main Lux. Pruebas aquí: pic.twitter.com/rbok288mhh
— ✨KERO✨ (@KeroNaizz) October 15, 2025
La camiseta con la inscripción “Gods complex” tampoco parece un detalle casual. En redes, muchos seguidores la han interpretado como una reflexión sobre el poder, la divinidad o incluso la figura del artista que se enfrenta a la creación desde una posición casi mística. Rosalía, que siempre ha jugado con conceptos de religiosidad y deseo -desde El mal querer hasta Motomami-, parece volver a apoyarse en una imaginería espiritual, pero con una estética más etérea y conceptual.
El término “God complex”, que en inglés puede traducirse como “complejo de Dios”, proviene originalmente de la psicología y se utiliza para describir a una persona que siente tener un poder o control absoluto, una autoridad moral o intelectual que la sitúa por encima del resto. Sin embargo, cuando se traslada al terreno del arte, el concepto se vuelve mucho más interesante: el “complejo de Dios” no alude tanto a la soberbia como a la experiencia de la creación. En el acto de componer, pintar o escribir, el artista se convierte -al menos por un instante- en un demiurgo: da forma, orden y vida a algo que antes no existía. Rosalía podría estar usando ese concepto no como arrogancia, sino como declaración de poder creativo, una afirmación sobre la capacidad casi divina de construir universos sonoros, estéticos y simbólicos desde la nada.
En ese sentido, el mensaje de la camiseta encaja de lleno con la ecuación “LUX=LOVE”. En muchas tradiciones religiosas, la luz es el primer acto de creación divina -“Fiat lux”, “Hágase la luz”-, la manifestación primordial del poder de Dios. Si Rosalía relaciona la luz con el amor, y viste una camiseta que proclama “Gods complex”, puede estar trazando una lectura personal de esa genealogía: el acto de amar, de crear y de iluminar serían equivalentes. Crear música se convierte así en una forma de ejercer la divinidad, no en el sentido dogmático, sino como energía vital y espiritual.
A lo largo de la historia del arte, numerosos creadores han explorado esa tensión entre lo humano y lo divino. Del mito de Prometeo -que roba el fuego a los dioses para dárselo a los hombres- a la figura del artista moderno que se erige como un dios de su propio mundo, el “complejo de dios” ha sido una metáfora recurrente del poder de la imaginación y del peligro del exceso de control.
ROSALÍA HA SEGUIDO A ESTA CUENTA HOY pic.twitter.com/ocgQs0GDHl
— ♱rafa.vt♱ || LUX COMING 🔜 (@rafaa_vt) October 14, 2025
En paralelo, el misterio ha saltado de las redes a las calles. En el corazón de Madrid, las pantallas de los Cines Callao han proyectado una imagen que ha dejado al público desconcertado y fascinado a partes iguales. En ella se distingue una figura difusa, apenas visible entre una superposición de pentagramas y notas musicales que parecen flotar como si fueran fragmentos de una partitura celestial. En el centro inferior destaca un símbolo circular que muchos fans ya identifican como el nuevo emblema de la era LUX. A su derecha, el logotipo de Spotify confirma que la intervención forma parte de una acción promocional oficial. La composición, en blanco y negro, transmite una sensación de luminosidad espectral, casi sacra: una figura que emerge entre música, niebla y luz, reforzando la narrativa de Rosalía como creadora mística que convierte cada lanzamiento en un ritual visual.
Mientras esperamos una confirmación oficial -título, fecha o primer adelanto-, lo cierto es que Rosalía ha vuelto a dominar la conversación cultural con apenas unas pocas acciones medidas. Un avatar-luz, una ecuación críptica, una cuenta misteriosa y un mensaje en una camiseta le han bastado para que el mundo del pop vuelva a girar en torno a su nombre. Si el objetivo era generar expectación y construir un universo simbólico antes del lanzamiento, la misión está cumplida. Rosalía no solo prepara un nuevo disco: está, una vez más, creando su propio mito, y esta vez, su mito tiene forma de revelación.
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