Lo que prometía ser una salida de cine tranquila con su nieto acabó convirtiéndose en una tormenta mediática. Snoop Dogg, uno de los raperos más conocidos de Estados Unidos, se ha colocado en el ojo del huracán tras reconocer públicamente que Lightyear —el spin-off de Toy Story estrenado en 2022— le dejó “mal cuerpo”. El motivo no fue ni la animación, ni la trama, ni el carisma de Buzz Lightyear, sino una escena que mostraba a la mejor amiga del protagonista, Alisha Hawthorne, formando una familia con otra mujer.
El artista lo contó esta semana en el pódcast It’s Giving, conducido por Sarah Fontenot, donde revivió el momento en que su nieto le preguntó, en plena proyección: “Abuelo Snoop, ¿cómo tuvo un bebé con una mujer? ¡Ella es una mujer!”. La respuesta lo descolocó por completo. “Oh, mierda, no vine por esta mierda. Solo vine a ver la maldita película”, reconoció entre risas incómodas.
🔥🚨BREAKING: The LGBTQ community is furious with Legendary rapper Snoop Dogg after he said he’s “scared to go to the movies” after watching Disney’s ‘Lightyear’ film with his grandson and seeing an LGBTQ+ couple:
— Dom Lucre | Breaker of Narratives (@dom_lucre) August 25, 2025
Dogg: "I didn't come in for this s***. I just came to watch the… pic.twitter.com/acmUlBDwQa
De la sala de cine al escándalo
El rapero confesó que no supo cómo reaccionar ante la insistencia del pequeño, que no paraba de preguntarle cómo podían dos mujeres criar a un hijo. “Me dejó mal. Tengo miedo de ir al cine. Me están metiendo en medio de cosas para las que no tengo respuesta”, añadió, provocando un silencio incómodo en el estudio.
Lightyear fue una película clave para Pixar y Disney. No solo por contar el origen del legendario guardián espacial, sino porque incluyó el primer beso entre dos mujeres en una cinta del estudio. Una decisión que fue celebrada como un avance en la representación LGBTQ+ en el cine infantil.
La escena en la que Alisha se casa con su pareja y crían juntos a un hijo estuvo a punto de no ver la luz: Disney había decidido cortarla, pero tras las protestas de empleados de Pixar —y en medio de la polémica por la ley “Don’t Say Gay” en Florida— el momento volvió a incorporarse.
El resultado fue histórico, pero también polémico: la película fue vetada en más de una docena de países y en Singapur recibió una calificación para mayores de 16 años.
La confesión de Snoop Dogg no ha hecho más que avivar un debate que ya acompañaba a Lightyear desde antes de su estreno: ¿hasta qué punto es adecuado que el cine infantil muestre la diversidad de las familias? Para unos, es un paso necesario hacia la normalización; para otros, un terreno que prefieren mantener al margen de este tipo de producciones.
Mientras tanto, Pixar sigue defendiendo que sus películas reflejen “el mundo real” y la pluralidad de experiencias que lo componen. Y, aunque Snoop ahora diga que tiene “miedo de ir al cine”, lo cierto es que el asunto ha puesto de nuevo en el centro de la conversación la importancia de la representación en la pantalla grande.