Las series, el cine o  los libros en el fondo son  como las personas; en cuanto uno comienza a descubrirlas escarbando entre líneas y planos, sabe perfectamente si le van a gustar y lo más importante,  si se enamorará en el más amplio sentido de la palabra,  de ellas. Esa inmediata e incontrolable  emoción que recorre todo el cuerpo ante lo nuevo y desconocido, se da en muy pocas ocasiones, y en la ficción con las que nos bombardean a diario las plataformas, menos aun. Por eso es muy grande Las de la Última Fila (Netflix). En cuanto arranca la serie, se da uno perfecta cuenta de que  está ante algo  conmovedor y que  llega sin miramientos, hasta lo más profundo del corazón.

Cáncer, es maldita palabra tabú que tanto pesa  y tanto  nos cuesta pronunciar, es la “excusa perfecta” para que en la primera  serie escrita y dirigida por Daniel Sánchez Arévalo (17, Gordos o Primos) un grupo de amigas rozando la cuarentena, hagan un viaje juntas que cambiará sus vidas.

Las de la última fila

 

En Las de la última fila una de sus cinco protagonistas, intimas amigas desde la infancia, acaba de conocer que tiene cáncer y  debe someterse a un tratamiento de quimio. Antes de empezar el primer ciclo, todas deciden raparse la cabeza e irse juntas a pasar una semana a Cádiz. Eso sí con dos reglas de oro bajo el brazo: la primera es no hablar de la enfermedad, y la segunda y más divertida, cada una tiene que escribir en un papel anónimo qué le gustaría hacer si supiese que le queda poco tiempo de vida,  y el resto deben cumplir con lo escrito. Es en el minuto final de la serie cuando  se le revela al espectador quién de ellas está enferma. Ni siquiera las actrices lo supieron hasta el rodaje de esta imperdible ultima escena.

Fotograma Las de la Última fila
 

Tan corriente como la vida misma

Aunque uno no deja de tener presente en ningún momento la tragedia con la que convive una de sus cinco protagonistas,  además de por el corte de pelo de todas ellas por el halo de tristeza que sacude sus desnudos rostros, sin embargo tiende a olvidarla gracias a esas  otras  losas por las que transita el abigarrado grupo en esos intensos y claroscuros 7 largos días. Demasiadas de sus insatisfacciones, inseguridades e infelicidades  así como  no pocas de las locuras, fantasmas  y paranoias que las rodean las 24 horas, nos son terriblemente familiares. El gran éxito de Las de la Última Fila reside en que todo lo que nos cuenta impregnado de  ríos de sensibilidad Daniel Sánchez Arévalo, es tan corriente como la vida misma. Lo verdaderamente difícil es contarlo de una manera tan conmovedora a la par que  sencilla.

Ello no sería posible sin la maestría de sus 5 protagonistas. La química entre las actrices Itsaso Arana, María Rodríguez Soto, Godeliv Van Den Brandt Mónica Miranda y Mariona Terés es incuestionable. La frescura, el ritmo y la naturalidad impregnan cada una de las secuencias que comparten, que son casi todas. Tampoco se puede uno olvidar de los cameos tan divinos que protagoniza  Macarena García, Michelle Jenner, Carmen Machi y Antonio de la Torre, así como la imprescindible actuación  de Javier Rey en la piel del encantador rollo de una de ellas.

¿Qué más se puede decir de esta maravilla? Pues que la vean y si pueden incluso dos veces. Ya verán cómo no se cansan.