Inquieto  y muy curioso,  desde bien pequeño siempre buscaba lo mismo una y otra vez mientras hurgaba entre los cientos de volúmenes y libros que se apiñaban en las desvencijadas estanterías de la enorme casa familiar. Historias que me hiciesen llorar o reír, pero sobre todo emocionar.

Aquellas infinitas ansias por conocer y contar la vida fueron a más… me obligaron a volar, a viajar, a entrar y salir, sin perder nunca de vista, eso sí,  que tamañas e insaciables ganas de cultura, cine, música o  literatura  nunca fueron ni gratis ni innatas, sino más bien al contario, inculcadas por mi padre y por mi madre hasta su muerte.  Demasiado joven, rápido y sin tiempo casi para prepararnos, fue ella la primera obligada a irse. Al poco de unos años tan largos en dolor como cortos en el tiempo, él también decidió marcharse de este mundo. Desde entonces, y ha pasado tiempo, me siento desconsoladamente huérfano de alma y  de mente. Tanto como la protagonista de la serie ‘Kamikaze’, cuyo doloroso drama arranca precisamente ahí,  tras la repentina muerte de toda su familia en un accidente aéreo. Los ocho episodios de esta conmovedora ficción danesa -entre las más vistas en España en estos momentos- ya están disponibles en HBO Max.

Imposible un viaje de autodestrucción tan bello y bien contado como el  que emprende Julie por el mundo tras perder a sus padres. Huérfana de todo y de todos, desamparada, sola y rodeada de riqueza, esta joven de 18 años huye del dolor volando a 30.000 pies, pisando los sitios más insospechados del planeta y tentando por el camino a la vida y la muerte. Durante ese vertiginoso viaje sin retorno anhelando morir coquetea con el sexo, los hombres, las drogas y no pocas amistades peligrosas.

Las tendencias suicidas de la protagonista marcan un frenético formato de poco más de 20 minutos por episodio, narrado cada uno de los mismos  por ella misma en primera persona. Sus desalentadoras reflexiones sobre lo poco que merece la pena vivir se intercalan con flashbacks de su pasada e idílica existencia, rodeada por el incansable cariño de sus padres. Ese continúo y brusco giro de 180ª en los tempos de la historia la hacen todavía más dura y poderosa.

Lo mejor de ‘Kamikaze’, además de la indiscutible maestría de su joven protagonista Marie Reuther, es sin duda su peculiar e impactante modo  de contar las cosas. Al poco de empezar a verla uno percibe que se encuentra ante algo distinto. A caballo por momentos entre la comedia y el drama -combina divinamente frivolidad y lágrimas-, ‘Kamikaze” derrocha tristeza, sentido y sensibilidad. En definitiva,  todo aquello con lo que uno, en medio de sus luces y sus sombras, lleva peleando y conviviendo desde niño.