Una de las tendencias recientes en la televisión, mayormente al calor de las cadenas de pago, ha sido la de los cómicos que han dado el salto a la pequeña pantalla para construir una narrativa basada en sus propias experiencias, a través de alter egos, o su curiosa forma de ver e interpretar a la sociedad y el mundo. Desde las clásicas SeinfeldCurb Your Enthusiasm o Louie, los referentes llegan en la actualidad hasta Master of None y Better Things, entre muchas otras. En España también ha habido casos, como la pionera ¿Qué fue de Jorge Sanz? en Canal+, y en 2014 Comedy Central se atrevió a producir la maravillosa El fin de la comedia, protagonizada por Ignatius Farray.

Mira lo que has hecho es la próxima serie que estrenará Movistar+. Una comedia (la segunda de la plataforma) creada por el cómico Berto Romero, que también la protagoniza, junto a Rafael Barceló y Enric Pardo, y dirigida por Carlos Therón. Una serie que se inserta dentro de esta tradición de cómicos que dan el salto a la pequeña pantalla para contar su propia historia, pero que ha querido alejarse precisamente de todos sus referentes y construir una identidad propia.

Hablamos con Berto Romero y Carlos Therón, que desbordan complicidad y empatía profesional, sobre los orígenes de la serie, sus referentes, el tono que le han querido imprimir o cómo se puede acabar follando en un váter durante un velatorio.

Estamos dentro de una corriente donde vemos que los cómicos en televisiones de pago, sobre todo en EE.UU., se reinterpretan a sí mismos o tienen sus alter egos. ¿Cómo nace la idea de ‘Mira lo que has hecho’ dentro de este contexto?

Berto Romero: Esta idea, en realidad, nace de un proyecto que estaba en un cajón desde hacía varios años ya. Yo creo que es un proyecto que nació en 2011 o 2012; era padre primerizo de verdad, y a raíz de un libro que habíamos escrito, que se llamaba Padre y el último mono, que lo habíamos escrito entre cuatro guionistas del programa de Buenafuente que habíamos acabado de ser padres. No recuerdo para qué operador era en aquél momento el proyecto, pero era un proyecto muy distinto al que era éste.

Era el de un Berto Peter Pan, que no quiere asumir sus responsabilidades, etc. Una cosa más gamberra, más alejada de la realidad. Y se quedó en un cajón. No prosperó. Y cuando ya El Terrat entró en relaciones con Movistar, un directivo de El Terrat, Xen Subirats, productor de la serie, propuso recuperarla. La verdad es que yo estaba a otra cosa y tampoco es que me apeteciera especialmente. No me apetecía especialmente por que no encontraba el ángulo de aproximación. O sea, a mí no me apetecía hacer otro Louie (…). Me daba un poco de pereza tener que hacer eso otra vez, porque ya está hecho y bien hecho. Pero de repente, el proyecto fue cogiendo otro cariz y lo hice muy mío, me lo llevé al terreno personal y realmente sí que me interesaba hablar de la paternidad. Y que fuera Berto el protagonista es algo que, si lo quitas de la serie, tampoco pasa nada. La serie puede funcionar igual si ese personaje se dedica a trabajar en un Starbucks y no en la tele. Y a ser el mismo personaje que soy yo. Y de ahí nace.

O sea, que sí que conocíais los referentes, los teníais muy claros, y sí que teníais una intención desde el primer momento de intentar crear algo novedoso, elaborar vuestro propio discurso dentro de este tipo de series.

Berto Romero: La intención era más qué es lo que no queríamos hacer que tener claro lo que queríamos hacer. Lo que no queríamos hacer era algo que hubiéramos visto. El gran pánico que tenía yo con esta serie era que tú la vieras y me dijeras, “oye me recuerda”, “esto es un Louie hecho por Berto” (…). Queríamos encontrar una serie que se explicara a sí misma de una forma distinta, propia y personal. Y fuimos buscando la historia que queríamos contar y cómo contarla en función de esa historia.

“La intención con la serie era más qué es lo que no queríamos hacer que tener claro lo que queríamos hacer. Lo que no queríamos hacer era algo que hubiéramos visto”

En la serie te interpretas a ti mismo. El personaje, de hecho, se llama Alberto. ¿Cuánto hay en ‘Mira lo que has hecho’ de ese Alberto Romero?

Berto Romero: Es curioso porque, en realidad, hay mucho y no hay nada a la vez, porque hemos trabajado partiendo de experiencias personales, pero no solo anécdotas. También miedos, deseos, imaginaciones. De cosas que ocurrieron y no llegaron tan lejos, pero, ¿qué hubiera pasado si hubieran llegado un poco más lejos? ¿Qué hubiera pasado si este hecho se hubiera mezclado con este otro? Si esa anécdota que le pasó a mi amigo me hubiera pasado a mí.

Y entonces, de la mezcla de todo eso, sale algo que a mí me recuerda mucho a mi vida, pero sin tener nada que ver conmigo, pero sí que me resultaba interesante jugar con la imagen que la gente pudiera tener de mí. Creo que la gente, de mí, tiene una imagen equis, y verme en una situación familiar e íntima, privada, podría resultar interesante porque les podía provocar un choque entre lo que ellos imaginaban y lo que van a ver en la serie. De hecho, por eso, la serie está tratada con este naturalismo y se intenta que parezca todo verdad y que tiene los pies en el suelo, para que se te cree esa ilusión.

Una de las cosas que me resultan más interesantes viendo ‘Mira lo que has hecho’ es cómo se maneja entre la comedia y el drama. La serie tienen una apuesta clara por el naturalismo, por una sensación de que todo lo que ocurres es real, alternando tanto situaciones cómicas como dramáticas. ¿Cómo afrontasteis desde la dirección estos cambios de registros y de tono que tiene la serie constantemente a lo largo de sus episodios?

Carlos Therón: Es de las cosas que más hemos trabajado. El tono. El tono de la serie tiene una base de comedia y todo tiene siempre un punto de vista basado en la comedia. La peripecia de los personajes siempre parte de una cosa, como bien explicaba Berto, muy real, que está muy a tierra. Entonces, partiendo de ahí, sí que podíamos jugar a ir a sitios a veces un poco más locos, con la comedia más desatada, y otras veces, simplemente drama.

Cosas cotidianas y terribles que le pasan a cualquiera y que nosotros abordamos desde un punto de vista siempre de la comedia, que yo creo que es muy importante porque refleja muy bien lo que es Berto. La forma que tiene Berto de ver las cosas. Esta serie, aunque no sea directamente basada en su propia vida, sí que refleja mucho su forma de ver las cosas. No tanto por la veracidad de las cosas que contamos, si no el punto de vista y el tono. Como bien conocemos a Berto, él es capaz de hacer comedia de cualquier cosa, y sobre eso hemos trabajado. Hemos encontrado un sitio con esa cosa natural, esos personajes que te crees de verdad. Es de las cosas que más me gustan. Ver esa pareja que ves en la serie. Es una pareja de verdad. A partir de ahí, puedes ir hacia la dirección que tú quieras, llegando a sitios muy divertidos o casi trágicos.

La faceta que más se conoce de Berto es la de cómico. ¿Cómo trabajáis esa apuesta de la serie del drama y de darle un toque de naturalidad y de realismo?

Berto Romero: Esto vino solo. Como no hubo ningún a priori en el momento de escribir, nosotros no nos fijamos ninguna regla. Nos fijamos muy pocas reglas de juego en el proceso de escritura, que es donde nace todo. Una de las reglas que había sagradas es que tuviera los pies en el suelo. Que no nos fuéramos nunca a territorios en los que el espectador pudiera pensar “esto es forzado”. Aquí no se puede llegar. “¿Qué hacen de repente hablando con unos traficantes de droga, intentando pasar droga si eran una pareja normal?”. Este tipo de cosas.

Esto lo dejábamos, por ejemplo, solo para las ensoñaciones o para los momentos en los que ellos se imaginan cosas. Estas reglas de juego muy marcadas, pero no había ninguna otra. No había ninguna regla que dijera todo es comedia, y si no es comedia no entra. No, nosotros queríamos contar una historia que tiene momentos oscuros. Que tiene momentos complicados. Y de hecho son clave para el arco de la historia que se cuenta.

“Ser padre no es solo serlo en la relación con tus hijos, es serlo en la relación con tus padres”

¿Cómo el giro final de la serie?

Berto Romero: El giro final de la serie te lleva hacia un territorio que es muy importante para lo que yo creo que significa ser padre. Ser padre no es solo serlo en la relación con tus hijos, es serlo en la relación con tus padres. Y cómo te coloca la vida con lo que ocurre con tus padres. Esto, cuando lo escribimos, simplemente lo escribimos como debe ser. Pero es que la vida es así, o sea, la vida mezcla drama y comedia continuamente. Esto que ocurre en los velatorios, que la gente está llorando y de repente empiezan a explicar chistes y acaban borrachos. Puede pasar. Estas cosas pasan. Y alguien puede acabar follando en un váter de un velatorio. Porque la propia emoción que tiene le lleva ahí.

Entonces, cuando lo escribimos, surgió así y no nos lo planteamos, y luego había que rodarlo. Y, por suerte, Carlos (Therón) lo entendió. Lo puso en escena como debía ser y entonces yo, simplemente, lo interpreté como él me pidió que lo hiciera, que coincidía con lo que había escrito. Es uno de esos casos afortunados en los que, como todo el mundo tiene claro el tono, todo se ajusta al tono, pero como bien dices, creo que la palabra que más hemos repetido en esta serie, en todo el proceso de creación, es tono, tono, tono. Porque la comedia es eso.

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Es quizás la parte más complicada dentro de la creación y la dirección de la propia serie.

Berto Romero: Sí, porque es que, al final, una historia la puedes contar de muchas maneras. La puedes contar loca, la puedes contar sobria, la puedes contar desde el terror. Pero, al final, lo primero que tú escoges es el tono. Y es el color con el que lo vas a contar. Y nosotros estamos muy orgullosos de eso porque es lo que hace que la serie (…) tenga un carácter particular. La serie es de una determinada manera y, en momentos, te puede llevar a otra, de “esto me recuerda a aquello, o esto… he visto algo parecido en otra serie”, pero esta serie tiene un carácter muy particular, y es porque tiene un tono muy particular.

Os preocupaba crear una entidad propia, una esencia de ‘Mira lo que has hecho’.

Berto Romero: Por supuesto, por supuesto.

Carlos Therón: Sí, sí. De hecho, una de las cosas que hablábamos, hablando de Louie, es la propia narrativa visual. Nos hemos alejado de eso. Hemos querido hacer lo que nos pedía esta serie. En algunos momentos es una narrativa muy clásica, con movimientos de cámara suaves; en otros, nos vamos a una cosa un poco más loca. Pero no estábamos aferrados a esto que parecía lo obligatorio. Si estas contando la vida de un cómico, es todo cámara la hombro, muy natural. No. Nos hemos ido a nuestra propia forma de contar las cosas. Nos hemos ido a un terreno en el que expresar estas ideas jugando con la narrativa de diferentes formas, dependiendo de lo que fuera demandando. Y sobre todo basándonos en eso, en el tono, y a partir de ahí, salía la narrativa.

Carlos, tú has trabajado mucho en el cine español y también en series para cadenas en abierto. ¿Has notado diferencias a la hora de trabajar en Movistar, que es televisión de pago y que ha apostado por unos planes de ficción propia a futuro? Diferencias creativas, del sistema de producción, del sistema de trabajo, diferente a lo que estabas acostumbrados hasta ahora.

Carlos Therón: Pues sí. La verdad es que sí. Para empezar, hay una cosa que es maravillosa, que es la duración. Tenemos una serie que son seis capítulos de alrededor de veinte minutos. Pero ni siquiera todos tienen que durar veinticinco. Cada capítulo dura lo que tienen que durar. Como no tiene que entrar en una parrilla, como no tienen que competir con otra cosa que va a estar contraprogramando en el mismo momento, hemos podido hacer la duración natural de cada capitulo.

Yo vengo acostumbrado de hacer series, de hacer comedia, por ejemplo, en 70 minutos. Eso es muy difícil, muy duro. O sea, 70 minutos de comedia es muy difícil. Semanal. Cada semana. Este cambio, solo eso, ya es una revolución para cualquiera que se haya enfrentado a cualquier otro tipo de producción. Hacerlo de esta otra manera, rodando además todo a la vez, teniendo toda la serie rodada antes de presentarla, no estar pendiente de que a la gente le gusta este personaje, es que… Estos cambios que vienen. Ese sistema es muy diferente. Y para el trabajo diario de cada uno, el día a día de rodaje, es maravilloso. Una forma para mí muchísimo mejor.

Cuando escribisteis la serie, vosotros ya erais conscientes de que iban a ser seis episodios de una duración aproximada de veinte minutos y trabajasteis en base a eso.

Berto Romero: Sí, y la respuesta racional con la pregunta anterior, cuando a mí me plantean hacer la serie, por primera vez en mi vida, alguien me dice haz la serie que quieras. Esto ya…

Es un bum en sí mismo.

Berto Romero: Sí, porque al principio me hizo pensar “es que no sé qué es lo que quiero” (risas). No sé ni siquiera hacer una serie. Búscalo, búscate, encuéntralo. Lo que quieras contar, etc, etc. No solo eso, si no que cuando planteé algo, me dijeron, “creemos que puedes plantear algo más maduro, más interesante”. Mis cojones. Yo no sabía (risas). Empecé a tener síndrome de Estocolmo. ¡Demonios! Yo estoy acostumbrado a que me digan “por aquí nooo”…

Carlos Therón: ¡Mal! ¡Mal!

Berto Romero: ¡Mal! O que lo entienda esa señora. ¿Sabes que siempre se habla de una supuesta señora?

La señora de Cuenca, ¿no?

Berto Romero: La señora de Cuenca. Según la zona, es de un sitio o de otro. Pero aquí, la señora de Cuenca no apareció en ninguna conversación. Entonces, cuando la escribimos, en relación a lo que decías ahora en esta pregunta, no hubo tampoco ninguna norma impuesta de los capítulos tienen que durar tanto. De hecho, yo escribí los capítulos pensando que iban a durar media hora. Y luego duraron veinticinco, o incluso algunos menos. Pero no pasó nada. Bueno, te han salido de menos, pues de menos.

Es lo bonito de trabajar en este proyecto tal y como lo ha hecho Movistar en esta ocasión. Que se ha ido a buscar la serie y no hemos ido a encajar lo que quisiéramos hacer en un modelo de serie que ellos quisiera. Tenían claro lo que querían. Querían que fuera una comedia, querían que fuera una comedia de Berto Romero y querían llevarlo a lo máximo que ellos pensaban que yo podía darles. Esa era la única petición.

En la vida real tienes tres hijos…

Berto Romero: En la vida real… (risas). Es que esto es muy interesante (risas).

...Y en la serie habéis tenido a vuestro primer hijo, a Lucas. ¿Vais a ir a un hijo por temporada? ¿Llegarán los nuevos hijos en la siguiente?

Berto Romero: Yo soy la persona a la que menos le gusta el fútbol de la zona Euro, pero voy a citar al Cholo Simeone, “vamos a ir partido a partido”, y no sé qué puede pasar. Yo sé cuál es mi historia. Mi historia es que yo tuve un hijo y luego tuve mellizos en el siguiente embarazo. Y hay una historia que ya la sabe Carlos y la sabe Movistar. Que a mí esta historia me da para explicar alguna cosa más. Pero de momento, esto es lo que tenemos.

Serie por hijo tampoco, por que ya has visto que la serie habla de los hijos de una forma muy indirecta. Los hijos están, pero no se les ve. Siempre están haciendo ruido fuera de plano, se ve media cabeza. Nosotros nos centramos en lo que le pasa a los adultos. A mí me interesa mucho lo que le pasa a los adultos. No hacemos una serie sobre hijos, si no sobre adultos que tienen hijos.

Era una forma de preguntarte si estáis ya preparando una segunda temporada sobre la serie…

Berto Romero: (risas). No, no. Siempre tiene uno en la cabeza más historias que contar. Pero de momento, en este momento, estamos con la presentación de la primera, y bastante. Es que todavía no la hemos enseñado. Es una sensación muy extraña, porque nosotros llevamos con este proyecto dos años pero no la ha visto nadie aún. A veces, vamos tan rápido que todavía no hemos visto la primera y ya estamos pensando “¿y qué tal la segunda?” ¡Joder! (risas). Igual se queman todos los descodificadores de Movistar mañana por una tormenta solar.

Carlos Therón: En todo caso, sólo puedo avanzar que en el final de la primera temporada no muere Berto. Con lo cuál, hay posibilidades… (risas).

Berto Romero: Es un final que, además, queda abierto.

Por el carácter de hablar sobre la paternidad de una pareja joven en una ciudad grande como es Barcelona, que además tiene representación de todas las generaciones, en la que está ese Alberto con sus padres, con ese hijo y con esa pareja, ¿creéis que es una serie en la que todo el mundo puede encontrar su propia historia?

Carlos Therón: Sí, yo estoy convencido. Hay un grupo de gente más afín a la edad de los personajes, pero en general es lo que decía Berto. Estamos hablado de una pareja. De los adultos. No contamos la historia de los niños. Contamos la historia de los adultos cuando aparecen los niños en su vida. Creo que cualquiera puede entender todo esto. Aparte, hablamos de Berto. Aparte, hablamos de la relación que tienen ellos con sus padres. Todo el mundo puede encontrar algo. Desde luego, no es una serie cerrada. Lo que no es, es una serie infantil. Pero cualquier adulto puede contar cosas con las que reconocerse. De hecho, yo no tengo hijos y me empeñé en que se entendiera todo porque ellos hablan otro idioma. Los padres hablan otro idioma, hablan de cosas raras, apiretal, no se qué. Todo esto lo he tenido que ir aprendiendo.

Berto Romero: (risas). Nos ha traducido. Ha sido muy amable.

¿De qué es de lo que más orgulloso os sentís de ‘Mira lo que has hecho’?

Berto Romero: Yo me siento muy orgulloso de que la serie tenga una entidad propia. Que tenga carácter. Que cuando yo la veo, siento que no he visto antes esa serie. He visto ya muchas y estamos acostumbrados a ver muchas series, y yo solo espero ya que me sorprendan. Y yo creo que la serie sorprende. Es una serie que te plantea unas cosas que, a lo mejor, no esperabas ver en una serie que te pudiera ofrecer yo. Y eso a mí me hace sentir orgulloso.

Carlos Therón: Estoy muy, muy contento de presentar a un Berto que no conocemos del todo. Que hemos visto y lo relacionas con el cómico, pero vemos una actor contando una historia con una profundidad diferente. O más allá de lo que a principio te puedes esperar y creo que esto lo hemos trabajado mucho para que funcione a nivel narrativo, pero es que emociona, y empatizas con Berto y te lo quieres llevar a casa. Es como un colega y sufres con él. Y disfrutas con él. Y de eso estoy muy contento.