Maikel Delacalle es un artista esencial en la escena urbana española. Un tinerfeño que derribó el muro que separa las islas de la península y, bendecido por el Teide, marcó el camino a las nuevas generaciones de talentos canarios. Acaba de presentar Códigos, una obra en la que apuesta por el sonido que le hizo triunfar. Es la culminación y el comienzo. Una obra cuidada, cincelada, su culmen artístico.
P: ¿Es 'Códigos' tu trabajo más ambicioso?
R: Es el trabajo de mi vida. En 2018 saqué el EP Calle y Fe pero este es mi primer álbum. Siempre recalco que este disco es lo que viví de niño cuando iba en el coche con mi padre escuchando discos de lo que llamábamos música negra. Y quería recrear eso. Algo que en España no se ha hecho.
P: De hecho este es el sonido que te hizo triunfar.
R: Es mi sonido por excelencia. Dicen que soy el rey del r&b en España y asumo ese papel.
P: También lo he interpretado como un disco bastante "patriota", por así decirlo. Por la importancia que ha tenido Canarias en él.
R: He hecho colaboraciones con gente de la talla de Justin Quiles o Eladio Carrión. Soy amigo de los artistas más grandes del género. Y podía haber metido en Códigos a quien hubiera querido. Pero pensé en hacerlo desde casa y con gente de casa. Estoy contentísimo con los featuring porque quería trabajar con gente canaria. Y estoy muy orgulloso en ese aspecto.
P: Es cierto que en Canarias se respira algo diferente. Y se nota nada más aterrizar. Quiero destacar tu tema Teide.
R: Más allá de que sea una canción romántica, el Teide es un lugar tan bonito e importante para nosotros. Hay familiares de amigos cuyas cenizas está ahí. Independientemente del rollo del amor de la canción, hay algo bonito en el Teide. Y por ello creo que merecía una canción propia.
P: Es cierto que es algo mágico. Y te lo pones a pensar y es desarrollar una civilización alrededor de un volcán.
R: Por eso estamos duros como la lava. Somos imparables. Es nuestro Papá Teide.
P: Otro tema a destacar es Ya no está con ese coro góspel.
R: Esa canción la empecé a componer por el fallecimiento de mi madre. La dejé a medias y cuando también falleció mi abuela, la terminé.
P: Es como perder a tu madre dos veces.
R: Totalmente. Y en la vida las cosas pasan por algo.
P: ¿Cómo te repones del dolor?
R: Es chungo. El ser humano está preparado para la guerra sin saberlo. La tristeza puede ser muy grande pero ver a mi padre cómo tiraba hacia delante con una familia te hace ver que no puedes ser débil. Me hizo salir el saber que yo era un eslabón importante en mi familia.
P: De todo ese aprendizaje se asumen los códigos.
R: Todo ello es un código. Y respecto al disco, no hay código más código que demostrarme a mí mismo que puedo sacar la música que quiera sin esperar nada de nadie y sin pensar en el mainstream. Y me demuestro ser leal conmigo. A quien no le guste es porque no escucha música.
P: Esos códigos también son útiles en la vida.
R: Los códigos te hacen persona. Cada vivencia. Y tú los aprendes por las buenas o por las malas. Los códigos están para respetarlos.
P: ¿Qué te ha parecido más peligrosa, la calle o la industria?
R: Te voy a decir la calle pero hay más ratas en la industria. En la calle al menos son más transparentes y sinceros. Siempre vas a tener en frente a gente que tiene la misma hambre que tú.
P: La falta de libertad me imagino que sea la peor sensación que puede experimentar un ser humano.
R: Tanto cuando estás en prisión como en un trabajo o una relación. Y más libre que ahora no me puedo sentir.
