Hay ocasiones que un libro, ya sea novela o colección de relatos, nos puede sorprender por su habilidad por llevarnos por territorios desconocidos, por una inventiva desbordante, por su capacidad por tejer una imaginería que nos resulta novedosa. Personajes y paisajes que no hemos transitado anteriormente, que nos sumergen en algo completamente nuevo. Y, dentro de este tipo de libros, los hay que consiguen lo anterior mediante el trabajo de, paradójicamente, aquello que tenemos o que consideramos cercano, aquello que nos rodea y que por repetitivo y familiar ha acabado conformando parte de un paisaje ordinario que apenas nos llama la atención. Entonces, aparece un autor como Jordi Nopca y su colección de cuentos/relatos Vente a casa, y comprendemos lo anterior: que lo cercano puede ser un territorio para el descubrimiento si un autor es capaz de trabajar a los personajes, a los temas y a los espacios de la ficción no tanto buscando una vuelta de tuerca para ser o parecer original, sino partiendo de un estilo y de una mirada al mundo tan personal que su retrato de la realidad, aunque certero, o cercano a ello, se aleja tanto del realismo más ramplón como de los excesos epatantes de cierta literatura que, antes que nada, busca el alzarse como original y rompedora por encima de cualquier otra virtud literaria.


Nopca nos presenta una colección de diez relatos independientes entre sí que en su conjunto presentan una enorme coherencia. Esto no quiere decir que Vente a casa sea una falsa novela en forma de relatos, sino que hay ideas y temas que recorren transversalmente cada pieza. Nopca plantea una visión de la actualidad a partir de narraciones que tienen las relaciones personales –no solo de pareja o emocionales- en un contexto de crisis que ha mermado a la sociedad, que la ha transformado. Y el autor catalán no lo hace desde el dramatismo, o no sólo, porque Vente a casa está recorrido por un fino humor, a veces devenido ironía, que no impide la seriedad del planteamiento. Aunque con un estilo bastante uniforme en todos los relatos, que muestran a un autor con personalidad y cierto recorrido, Nopca plantea en cada uno de ellos diferentes fórmulas narrativas, incluso de género.


Con Vente a casa consigue una crónica muy cercana, humana y reconocible a partir de unos personajes que buscan su lugar, ya sea porque nunca lo han tenido o porque lo han perdido, en un contexto social quebrado y hostil. Personajes de todas las edades y condición social, en diferentes situaciones y con diversas problemáticas que Nopca trabaja con tanto afecto como distancia, introduciéndolos en una realidad que el escritor transforma convenientemente mediante giros y sorpresas, en algunos casos, o simplemente conduciéndolos hacia una resolución que se ve irremediable pero no por ello menos efectiva y lógica.


Nopca ha elaborado en Venta a casa un conjunto de relatos que son el retrato de una ciudad (Barcelona) y un momento (ayer, hoy, mañana) altamente recomendable, por su humor y por su seriedad, por su irreal realismo, por su excelente trabajo narrativo, porque enganchan de principio a fin. Hay mejores relatos que otros, pero en su conjunto su lectura es un descubrimiento.