Fernando Benzo Sáinz (Madrid, 1965) está al frente de Madrid Destino, Cultura, Turismo y Negocio, la empresa pública municipal dedicada a la gestión cultural, turística y de espacios y eventos bajo la batuta de Andrea Levy, delegada de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid. Anteriormente había sido secretario de Estado de Cultura durante el último Gobierno de Mariano Rajoy y desempeñó distintas funciones entre 1996 y 2001 en el Ministerio del Interior, donde llego a ser Secretario de Estado de Seguridad. De su experiencia en Interior ha surgido la novela ‘Nunca fuimos héroes’ (Planeta), un thriller que recorre la historia de ETA en España a través de la voz de los policías implicados en la lucha contra el terrorismo.

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PREGUNTA: ¿Cómo se gestó este libro?
RESPUESTA: Tiene un recorrido en el tiempo importante, un recorrido peculiar efectivamente. El origen del libro es de nada menos que hace 20 años, en una época completamente diferente. Estaba entonces en el Ministerio del Interior y junto a dos compañeros decidimos escribir un libro sobre la lucha policial contra el terrorismo, la historia de los policías que estaban en ello. Fue aproximadamente en el año 2000 y hablamos con mucha gente, con la idea de que, si esas personas no nos daban la autorización para publicarlo, no lo haríamos. Trabajamos duro y terminamos el libro, pero en aquel momento algunas de las personas que nos ayudaron a escribirla nos pidieron que no se publicara. Era un escenario muy diferente a la actual.

"El origen de esta libro es de hace 20 años. Ahora, el escenario ha cambiado, son muchos años después, ya no existe el terrorismo en España, al menos ya no es una amenaza"

El año 2000 fue un años especialmente duro, con 23 asesinadas por ETA, entre ellas Ernest Lluch.
Fue un año muy duro, un momento muy malo. Estaba muy vivo el fenómeno de ETA, enormemente vivo y no se parece en nada a la situación actual. Con lo cual ese libro quedó en un cajón y cuando a mí se me ocurre retomar el tema del terrorismo para una novela, me apetecía contar algunas de las historias que estaban en ese libro. No es el mismo libro, entre otras cosas, éste es una novela, pero he querido que la gente conozca estas historias interesantes y desconocidas de la lucha diaria de los policías contra el terrorismo y las he engarzado en el argumento de esta novela.

El escenario ha cambiado, son muchos años después, ya no existe el terrorismo en España, al menos ya no es una amenaza en España, y por tanto era más fácil de publicar. Parte de lo que había en aquel libro ha salido en éste, aunque sea un libro diferente.

"En 'Nunca fuimos héroes'  todo realidad y es todo ficción"

¿Cuánto hay de novela y cuánto de realidad en 'Nunca fuimos héroes'?
Llega un momento en el que casi me resisto a diseccionar qué es real y qué es ficción en este libro, porque todo es real y todo es ficción. De alguna manera, he cogido una serie de ingredientes de una receta y ha salido un producto que es esta novela. Hasta a mí como autor me resulta difícil separar los diferentes ingredientes. Yo diría que el libro es todo realidad y es todo ficción.

¿Se podría decir que las circunstancias que narra la novela no han ocurrido en realidad, pero sí podrían haberlo hecho?
En esta novela hay dos libros. Por un lado hay un thriller de suspense, una historia policíaca, con aventuras policíacas en el marco de una investigación a un terrorista que reaparece en España después de haber pasado muchos años fuera. Al mismo tiempo, y para mí es tan importante como el otro, hay un recorrido emocional de una persona que dedicó toda su vida a la lucha contra el terrorismo y en ese recorrido emocional se repasan muchos hitos de la historia del terrorismo y muchas historias que son reales. Es un recorrido por la historia del terrorismo junto a una aventura policíaca y lo que he intentado es que ambas, al final, formen un todo.

Hay una dedicatoria a las víctimas, muy cortita pero muy impactante.
He estado muchos años relacionándome con las víctimas del terrorismo y fui director de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Me daría mucho miedo y me parecería muy violento escribir sobre cualquier cosa relacionada con el terrorismo sin tener presentes a las víctimas, sin tener presentes el respeto y la dignidad que hay que tener a las víctimas. En cuanto escribo una palabra sobre terrorismo lo que estoy pensando es en cómo la recibirán las víctimas. Creo que esta novela les interesará, la disfrutarán y les aportará cosas. Lo primero cuando escribo sobre terrorismo siempre son las víctimas, por encima de cualquier otra cosa y por ello quería tener un recuerdo para ellas en el libro. La dedicatoria es una expresión de respeto hacia ellas.

"Es necesario hablar del terrorismo en ensayos y tesis doctorales, en debates políticos, pero también es muy importante que hablamos desde la ficción o desde la comedia"

¿Está preparada la sociedad española para hacer ficción con el terrorismo, en un momento en el que algunas personas y partidos políticos hablan ETA como si siguiera viva?
Tenemos que perder ciertos pudores y prejuicios, algo que poco a poco va a ocurriendo. Es muy importante que construyamos eso que se llama el relato, de todo lo que ocurrió en este país y que no nos lo construyan. Lo digo sin ninguna ideología política concreta, lo digo como sociedad y como seres humanos, no como seres políticos. En ese sentido, superar pudor y prejuicios es un camino que ya se está haciendo. Es necesario hablar del terrorismo en ensayos y tesis doctorales, en debates políticos, pero también es muy importante que hablamos desde la ficción, desde la comedia -'Ocho apellidos vacos' abrió un camino-, por supuesto está 'Patria', un libro crucial para abrir este camino y demostrar que la ficción puede tratar el tema del terrorismo.

Se ha hecho ya con cierta timidez y hay que superar esos pudores. En cualquier otro país incorporarían a su creación y a su reflexión artística, creativa o cultural lo que ha ocurrido en ese país. Es bueno que el terrorismo se incorpore en la reflexión, en el pensamiento, pero también en la creación para construir entre todos un relato de lo que ocurrió desde diferentes perspectivas y con diferentes elementos.

"En mi novela, los buenos son los que han luchado contra el terrorismo, aunque, como seres humanos, no son perfectos. Y los terroristas son los malos"

¿Cómo es el relato en este libro y qué lugar ocupan las víctimas?
No soy nada equidistante, he escrito una novela de buenos y malos. Los buenos son los que han luchado contra el terrorismo, aunque, como seres humanos, no son perfectos. Y los terroristas son los malos. Todo está escrito en en esa ambivalencia de buenos y malos. Las víctimas evidentemente estarán en el bando de los buenos, son los mejores.

¿Ha facilitado el libro a alguna víctima para que se lo leyera antes de su publicación?
He contrastado el libro con muy pocas personas, pero con personas muy seleccionadas y la respuesta ha sido muy buena, lo cual me ha dado bastante tranquilidad. Soy el primero que está sometido a algunos pudores y prejuicios de los que hablaba, con lo cual, eso me da la tranquilidad de haber hecho un buen trabajo.

"No referirme a ETA en ningún momento es un recurso literario, para crear distancia entre la voz narradora y los malos"

En ningún momento habla de ETA por sus siglas, ¿a qué se debe?
Es un recurso literario. Vuelvo a lo mismo, es una novela de buenos y malos. En el lenguaje policial se hablaba de los etarras como los malos, algo que puede ser un poco infantil, pero de alguna manera no citarles por el nombre o no citar la organización era una forma incluso de restarles una cierta dignidad. Es decir no tienen una personalidad, son los malos contra los que hay que luchar. Al narrador de la novela, y esto lo digo en términos de técnica literaria, le he dotado de una voz un poco como si fuera un personaje más de la novela, como si fuera uno más de los policías. Al narrador a la voz narradora de la novela le doy cierto carácter policial, aunque es una narración en tercera persona, y esa voz no menciona a los terroristas por su nombre para crear distancia con los malos.

Está muy de moda el cine y la novela policiaca. ¿Hay mucha competencia?
Me ha pasado una cosa muy curiosa. No era consciente de que estaba leyendo una novela tan policíaca. He escrito esta novela pensando que era el viaje emocional de una persona, el protagonista, desde los años 70 hasta nuestros días, con la ilusión de cuando empieza su carrera como policía, todos los años de lucha contra el terrorismo y un cierto desencanto al final de su carrera profesional. En fin, todo el sufrimiento de la vida de una persona. No fui consciente de cómo la trama policial iba a adquirir tanto protagonismo como este viaje o esta narración intimista, por llamarlo de alguna manera. Me he convertido en escritor de novela policíaca sin querer y da un poco de vértigo. Llevo escribiendo treinta años nunca había pensado en ser un escritor de novela policíaca, no me lo había planteado jamás. Es una sorpresa para mí mismo, pero no tengo ningún problema, estoy encantado.

"Nunca había pensado en ser un escritor de novela policíaca, pero estoy encantado"

¿Cuál es el personaje que le ha resultado más difícil perfilar?
El perfil más complicado es Harri, el terrorista. La novela pivota sobre dos personajes tienen que tener mucha potencia. Gabo, el excomisario de policía protagonista, pero casi al mismo nivel el protagonista también es Harry, que es un jefe de la banda terrorista ETA exiliado que de pronto vuelve a España, con la intriga de para qué demonios ha vuelto.

Meterse en la mentalidad de un terrorista resulta muy complicado evidentemente y el gran reto creativo es que resultará creíble y aunque. Aunque es una novela de buenos y malos, tampoco quería caer en el estereotipo de que el malo es malísimo y un terrible psicópata. Hay una cosa que se repite varias veces en la novela y que hay que tener muy claro: los terroristas eran terroristas pero son personas.

"Los terroristas no son psicópatas o asesinos en series, sí seres humanos muy peculiares que han elegido ser terroristas"

¿Has conocido a algún terrorista que te haya podido servir de inspiración?
He conocido a lo largo de mi vida a gente que estaba ideológicamente muy cerca de ETA, pero no a terroristas. Lo he conocido de manera indirecta, a través de la experiencia de policías que han tratado con ellos de manera de manera muy directa. Lo que me transmiten es que son terroristas, pero también seres humanos. No son psicópatas o asesinos en series, sí seres humanos muy peculiares que han elegido ser terroristas.

¿Qué tipo de relaciones se pudo establecer entre los policías y los terroristas?
Uno de los ejes de la novela es la idea de la fijación, de cómo policías que han dedicado toda su vida a la lucha contra el terrorismo están luchando contra un concepto general que es el terrorismo, pero al final muchos de ellos acaban luchando contra una única persona, un terrorista al que quieres detener, con lo que se convierte en una fijación. A pesar de que lo recomendable es mantener una cierta distancia emocional, resulta inevitable que lo centres en una determinada persona. Eso precisamente es lo que articula la relación entre los dos personajes principales de la novela.