Libros del Asteroide publica "Big Time: La gran vida de Perico Vidal", apasionante testimonio de un personaje mítico y esencial del cine español que vivió una época única. Por sus páginas aparecen figuras como Frank Sinatra, Ava Gardner, David Lean... quienes vivieron muy de cerca la tan novelesca como real vida de Perico Vidal. El libro, en su segunda parte, recoger otro testimonio, el de la hija de Perico, Alana, otorgando al retrato de una cara diferente que amplía el sentido de un libro que se añade a la larga trayectoria de cronista de Marcos Ordóñez, a quien entrevistamos a continuación.


-En el prólogo explicas muy bien cómo nace el libro, pero me llama la atención que durante mucho tiempo tuviste ese material sin tocar.


Bueno, moví el material por varias editoriales, como comento en el prólogo, pero ninguna encontró interesante ni al proyecto ni al personaje. Por eso quedó aparcado durante un tiempo hasta que tuve la posibilidad en el blog de El País de poder publicar tras la muerte de Perico Vidal. Después, Luis Solano se interesó por el libro y, al poco tiempo, apareció Alana como caída del cielo para completar gran parte del relato.


-En el momento de su muerte da la impresión que mucha gente se había olvidado de quién era Perico Vidal.


Pertenecía a esa generación de enormes profesionales del cine que trabajaron en muchas producciones en el cine norteamericano, tanto fuera como el que se hacía aquí. Pero a todos ellos se les echó la edad encima. Pero dentro de ese mundillo Perico no solo no había sido olvidado a pesar de sus ochenta años sino que además seguía estando vinculado al mundo del cine. Seguía siendo consultado, de hecho uno de los parones que tuvimos durante nuestras conversaciones fue porque tuvo que irse a Miami como consultant, y mira la edad que tenía. En realidad era muy venerado por sus compañeros de profesión y él personalmente nunca tuvo sensación de haber sido olvidado.


-Cuando te enfrentas a ese material, ¿dónde está Marcos Ordóñez?


Cuando comienzo un libro de este tipo no suelo partir de una norma para la escritura. La forma la acaba imponiendo de una manera u otra el propio proyecto. Por ejemplo, En beberse la vida, la propia elaboración del libro imponía una estructura coral, eran muchas las voces las que lo conformaban; intenté que fuera como La condesa descalza, en la que varios personajes hablaban sobre el personaje para, al final, tener una idea general de ella. La forma acaba surgiendo del interior del libro.Con Big Time: La gran vida de Perico Vidal, en su primera parte, estaba claro que tenía que ser lo más cercano a las conversaciones que mantuvimos; pero, de repente, apareció Alana y su testimonio cambió la estructura inicial del libro. O más bien amplío o completó.


-La narración de Perico Vidal es fragmentada, no está toda su vida, por supuesto, pero consigue que todo tenga cierta uniformidad narrativa.


El personaje es muy novelesco, como su vida y la manera en que él la narraba, por eso a la hora de transcribir el material esa sensación narrativa no se podía evitar. Si es cierto que, a la hora de dar forma al libro, tuve que someter todo el material a un montaje. Por ejemplo, toda la parte de Frank Sinatra está condensada, porque fueron varios viajes los que efectúo Perico con él.


-Una de las cosas más llamativas se encuentran en  los “huecos”, aquello que no nos cuenta. Y que en gran medida luego la hija sí lo hace.


Si, Perico era reacio a hablar de muchas cosas, sobre todo personales y en muchos casos dolorosas desde diferentes puntos de vista. Algunas, gracias a Alana, conseguí saberlas. Otras no. Alana apareció como caída del cielo cuando pensé que estaba todo cerrado y que muchas cosas, sobre todo a nivel personal, nunca se podrían saber. Ella desveló mucho, aunque otras tantas quedaron fuera. Perico era un torbellino hablando, y tenía una memoria enorme, pero en algunas conversaciones quedaban temas para futuras sesiones pero no se recuperaban.


-Habla de un tiempo y de una época que muy pocos vivieron de la manera en que lo hizo.


Sí, en muchos aspectos es como una continuación de Beberse la vida. Pero desde otra perspectiva. Perico tenía la capacidad de retratar su época y a su gente en muy pocas palabras, era increíble. También sucede cuando hablaba de alguien. Por ejemplo, cuando se refiere a Nicholas Ray, no se trata tan solo en que Perico era capaz de recordar el momento exacto de una manera muy vivida, sino también que con pocas palabras describía bajo su narración al personaje. Por otro lado, recurría mucho a la idea de grupo o equipo de trabajo, como si fuera uno más de un conjunto. Y en cierto modo lo fue. Su gente más cercana eran quienes trabajaban con él y se pasaban trabajos cuando no tenían. Cuando Perico estuvo fuera de España trabajando con David Lean recibía muchas ofertas de trabajo y se ocupaba de pasar esos encargos a amigos. Tenían una idea muy grupal, de forma parte de un conjunto de profesionales del cine español que fueron de una importancia enorme.