Quizá fue un sueño hecho realidad, o quizá una pesadilla que se hizo carne. Lo cierto es que hace 22 años, un niño con una cicatriz en forma de rayo irrumpió en las pantallas de cine de todo el mundo, desatando una fiebre mágica que aún perdura. Harry Potter y la piedra filosofal, la primera adaptación cinematográfica de la saga literaria de J.K. Rowling, se estrenó el 4 de noviembre de 2001 en Londres, ante la mirada atónita de miles de fans que esperaban ver plasmadas las aventuras del joven mago y sus amigos en Hogwarts, la escuela de magia y hechicería. Desde entonces, la película ha sido aclamada por la crítica y el público, y ha dado origen a un fenómeno cultural que ha trascendido las fronteras del cine y la literatura, y ha marcado para siempre a varias generaciones.

Un legado que trasciende las pantallas

El legado de Harry Potter y la piedra filosofal es indiscutible. La película recaudó más de 974 millones de dólares en todo el mundo, siendo la segunda más taquillera de 2001, solo superada por El señor de los anillos: la comunidad del anillo. Además, recibió tres nominaciones a los premios Óscar, en las categorías de mejor dirección de arte, mejor banda sonora original y mejor vestuario, aunque no logró llevarse ninguna estatuilla. También fue candidata a cuatro premios BAFTA, de los que ganó el de mejor diseño de producción. Asimismo, obtuvo el reconocimiento de otros galardones, como los MTV Movie Awards, los Teen Choice Awards o los Saturn Awards.

Pero más allá de estos reconocimientos, la película fue el inicio de una saga cinematográfica que duró diez años y que contó con ocho entregas, adaptando los siete libros de J.K. Rowling. En total, las películas de Harry Potter han recaudado más de 7.700 millones de dólares, siendo la tercera franquicia más exitosa de la historia, solo por detrás de Marvel y Star Wars. Además, han recibido 12 nominaciones a los premios Óscar, aunque ninguna se ha traducido en un premio. Sin embargo, han ganado otros reconocimientos, como siete premios BAFTA, nueve premios Saturn o el premio del público en el Festival de Venecia.

La saga de Harry Potter también ha generado un universo expandido que incluye obras de teatro, videojuegos, parques temáticos, exposiciones y spin-offs. Entre estos últimos se encuentran las películas de Animales fantásticos, una precuela ambientada en el mismo mundo mágico, pero décadas antes de la historia de Harry Potter. La primera entrega, Animales fantásticos y dónde encontrarlos, se estrenó en 2016 y fue la única película de la franquicia que ganó un premio Óscar, al mejor diseño de vestuario. La segunda, Animales fantásticos: los crímenes de Grindelwald, llegó en 2018 y fue la menos exitosa de la saga, tanto en crítica como en taquilla. La tercera, Animales fantásticos: los secretos de Dumbledore, se estrenó en abril de 2022.

Un punto de inflexión en el cine de fantasía

Por otra parte, el abrumador éxito de la película también supuso un auténtico revolcón para la industria cinematográfica, especialmente en lo que respecta al género de la fantasía. Y es que, Harry Potter y la piedra filosofal supuso un hito en el cine de fantasía, al adaptar con fidelidad y espectacularidad una obra literaria que había cautivado a millones de lectores. La película logró recrear el mundo mágico de J.K. Rowling con una estética cuidada y una ambientación que mezclaba lo moderno y lo antiguo, lo real y lo fantástico. La película abrió el camino para otras adaptaciones de éxito, como El señor de los anillos, Las crónicas de Narnia o Los juegos del hambre, que también apostaron por el género fantástico y por el público juvenil.

Uno de los aspectos más destacados de la película fue el uso de los efectos especiales, que permitieron dar vida a criaturas, objetos y escenarios mágicos. La película contó con la colaboración de la empresa Industrial Light & Magic, fundada por George Lucas y responsable de los efectos visuales de sagas como Star Wars o Indiana Jones. La película empleó tanto técnicas digitales como prácticas, combinando el uso de ordenadores, maquetas, animatrónicos y maquillaje. Algunas de las escenas más memorables de la película, como el partido de quidditch, el ajedrez gigante o el enfrentamiento con el troll, fueron posibles gracias a los efectos especiales.

La película también tuvo un impacto en la forma de hacer cine, al introducir innovaciones técnicas y narrativas que marcaron tendencia. Por ejemplo, la película fue una de las primeras en utilizar la tecnología IMAX, que ofrece una mayor calidad de imagen y sonido. La película también fue pionera en el uso de la captura de movimiento, que consiste en registrar los movimientos de un actor y trasladarlos a un personaje digital. Esta técnica se usó para crear al elfo doméstico Dobby, que apareció por primera vez en la segunda película de la saga. Además, la película estableció un modelo de narración que se basaba en la fidelidad al libro, la continuidad entre las entregas y el desarrollo de los personajes a lo largo de la historia.

J.K. Rowling y la eterna polémica

Sin embargo, no todo ha sido positivo en el mundo de Harry Potter. Su creadora, J.K. Rowling, ha estado envuelta en varias polémicas por sus opiniones sobre el colectivo transgénero, que han sido tachadas de transfóbicas por muchos de sus seguidores y por algunos de los actores de las películas, como Daniel Radcliffe, Emma Watson o Eddie Redmayne. La escritora ha defendido su postura en varios tuits y ensayos, en los que afirma que el sexo biológico es una realidad inmutable y que los derechos de las mujeres se ven amenazados por la definición de género. Estas declaraciones le han valido el rechazo de parte de la comunidad LGTBIQ+ y de organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch.

Otra de las polémicas de J.K. Rowling tiene que ver con su inclusión de personajes y elementos de otras culturas en sus obras, sin respetar su contexto histórico o simbólico. Por ejemplo, en la película Animales fantásticos y dónde encontrarlos, la escritora introdujo a una bruja descendiente de los salem, una comunidad de esclavos africanos que practicaban la magia en Estados Unidos. Sin embargo, muchos críticos señalaron que esta representación era inexacta y ofensiva, ya que ignoraba el sufrimiento y la opresión que vivieron los salem y los reducía a un estereotipo exótico. Algo similar ocurrió con la inclusión de la escuela de magia Ilvermorny, inspirada en la cultura indígena americana, pero sin tener en cuenta su diversidad y su cosmovisión.