Ante la ola de artistas de la escena urbana que se suman abiertamente a la vorágine reaccionaria y de extrema derecha que viene cultivándose desde hace años en nuestro país, el concepto de "rapero facha" ha tomado más relevancia. Tras numerosas manifestaciones de artistas como El Jincho, Swit Eme o Santa Flow, que han utilizado el género como vehículo para esparcir ideas ultraderechistas, la batalla cultural se ha evidenciado. 

Pero a menudo, y de manera muy conveniente, las expresiones artísticas se perciben como una isla espiritual y alejada del estado de las cosas, un paraíso despolitizado en el que todo vale. Pero esto no es más que una quimera para los que, sin ser hijos de una cultura intrínsecamente comprometida, puedan hacerse hueco en un movimiento que no respetan pero que les sirve de altavoz.

Por contra, entre los raperos, parece haber unanimidad: los reaccionarios no forman parte de esto, son foráneos en la cultura del hip hop. Es por ello, que más que de un cisma en la órbita del rap, hablamos de un asalto. De un grupo de intrusos que, rompiendo las leyes establecidas que rigen el juego, han saltado al tablero defendiendo la aniquilación de la misma identidad que lo creo y moldeó en su día. Y como dice el coautor de Avenida Rafaela Ybarra, Ill Pekeño, " fachas rapeando, primo, esto no es serio". 

Tal y como muchos vienen señalando desde hace tiempo, defender la agenda de la extrema derecha no cabe dentro del rap, una contracultura que precisamente nacía como reacción a la opresión sistemática y legitimada a poblaciones concretas, y que además ponía los imaginarios del margen social en el foco del movimiento. A ver cómo explicamos que haya raperos fascistas. 

Cada vez más casos

El último nombre en sumarse a este grupo ha sido el de Angie Corine, quien ha incendiado las redes con un capcioso vídeo en el que expone sus motivos para "defender a Santiago Abascal y su programa electoral" y proclama que "ojalá gané Vox las próximas elecciones". En un vídeo de cinco minutos, la cantante que alcanzó repercusión gracias a las redes sociales, abandera el ideario ultraderechista en base a estandartes reaccionarios como la antiinmigración y la xenofobia. 

Corine, que durante su discurso asemeja el programa electoral de Vox con una suerte de cruzada para "salvar" España, repasa lo que ella considera argumentos para, por ejemplo, defender que Vox "no es machista".

Algo que también ocurría, por supuesto, con El Jincho, el cantante de Orcasitas que ha hablado abiertamente de su simpatía hacia Vox y sus medidas, protagonizando quizás el mejor ejemplo de deriva reaccionaria en el panorama actual. Tanto es así, que el cantante le ha dedicado varios temas a cargar contra el progresismo, los inmigrantes, las leyes sobre la violencia machista y las legislaciones que amparan al colectivo LGTBI. "Anticomunista" y negacionista de casi todo, el madrileño le ha abierto la puerta a otros artistas que se han sumado a este asalto de los artistas que "rapean sin ser raperos", tal y como los han definido en más de una ocasión los pesos pesados de esta industria. Este es el caso de Swit Eme, con quien compartió la canción Voto en blanco como una suerte de manifiesto en contra de lo que el género, por definición, defiende. 

Los raperos se plantan ante el asalto

Las posiciones están claras para los que operan en la industria del urbano, y muchos raperos han tachado a los estandartes de la extrema derecha de ser ajenos a las narrativas del género. Las críticas de artistas como Ill Pekeño, Ergo Pro o Erik Urano, se han direccionado contra la invasión de idearios reaccionarios que ensucian el significado último del rap.

"En España tenemos a raperos que se personan en Palestina y tratan de informar de lo que ocurre allí mostrándolo en vivo y “raperos” que se han convertido en palmeros y monos de circo de la ola fascista más real en 50 años. Tú decides a cuál de las dos opciones aplaudes y das voz", decía Percless cuando Swit Eme se hacía eco de las manifestaciones de Alcalá de Henares anti extranjeros, aprovechaba para cargar contra los inmigrantes de manera gratuita. Por su parte, los también conocidos Chikos del Maíz han evidenciado este panorama asegurando que "la música urbana está llena de fachas y votantes de Vox", en la misma línea que sus compañeros, que conforman la primera línea ante los intrusos. 

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