Minet Peña (25 años, Guipúzcoa) es la princesa de Euskadi y ha llegado a la escena con varios propósitos. El primero, el de establecerse en el panorama como lo que es, la Lehendakari del undergorund que viene a combinar tradición norteña con makineo, reggeaton y sensualidad. El segundo, el de mostrarnos la realidad inseparable a ser una artista trans que además hace lo que quiere. Y por último, a allanarles el camino a las chonis. En un ejercicio que combina estas determinaciones, Euskoprincess lanzó este mes Totosaki, su primer álbum, que la posiciona como promesa del urbano en España.
Pregunta (P):¿Cómo estás después de haber sacado Totosaki?
Respuesta (R): Muy bien, todavía estoy procesándolo porque lancé videoclip con Metrika y GlorySixVain, al poco salió el disco, lo presenté a las 24 horas en el Primavera Sound y llegué anoche. Sigo asmilando todo un poco, pero estoy muy contenta con todo el feedback que ha recibido el proyecto. Dentro un mes probablemente sea más consciente de todo.
P: Has explorado sonidos diferentes y llevabas un tiempo preparándolo. ¿Cómo lo describirías ahora que está fuera?
R: Es como parir un hijo. No lo sé porque no puedo parir (ríe), pero es lo que mi cabeza se imagina que es, después de un año y medio de esfuerzo. Es verdad que hay muchísimos géneros diferentes presentes, pero hemos encontrado un sonido que aglomera todos. Todos conforman la temática que hemos explorado, que es la propia de Totosaki.
P: Precisamente el título es una amalgama entre la palabra 'toto' y la Sanidad Pública Vasca -Osakidetza-. Toda una declaración de intenciones desde el pricipio.
R: En el universo en el que yo me muevo a nivel musical siempre están presentes palabras como 'puta' o 'toto'. Se utiliza mucho la fórmula 'Yo soy las más puta, soy de esta manera'. Se hacen muchas referencias a la vagina, pero faltaba el toto a medida de la Sanidad Pública Vasca, que soy yo. El toto mas cotizado por los españoles. Pensaba '¿cómo no va a existir esa expresión si es lo más normal del mundo?'. Quería que la expresión se tomara tan enserio como las que ya se han insertado en este estilo musical. Me parecía que ya era hora.
El truco está en no putearnos entre nosotras, sino en actuar como un hombre
P: Sigues en esa línea reivindicativa con las letras del disco. En ONI CHAN con Glory sueltas barras como "no busco tu aprobación, no soy una pick me".
R: Solo factos. Todas en algún momento de nuestra vida hemos sufrido la ruptura de una relación tóxica y hemos sido pick me culpando a otra mujer y no a la relación insana en sí. Con el tiempo una aprende que esa actitud no lleva a ningún lado y que la culpa nunca es de una tercera persona. No busco esa aprobación, si me hacen algo con otra chica que lo disfruten, que yo también lo haré. El truco está en no putearnos entre nosotras, sino en actuar como un hombre.
P: Me ha gustado mucho el tema de CRISTALITOS, en el que rompes con la tónica general de los ritmos y temáticas del disco.
R: Es la canción más cruda y personal que he escrito, es muy de verdad. Es de las primeras que yo escribí para Totosaki cuando ni siquiera tenía en mente hacer el disco. Es un acapela que no tiene un tempo y al que se le fueron incluyendo instrumentos en base a ello para crear la lírica de la canción. La letra está más que clara. En las relaciones, las mujeres pensamos que somos madres o psicólogas, y ahí no es, únicamente somos novias. Además, el tema no habla como de una transición a nivel medicinal como persona trans, sino que reivindica que nosotras también tenemos experiencias vitales como cualquier otra mujer. Problemas como por ejemplo tener un novio drogadicto.
P: Precisamente ya has explicado que Totosaki no partía solo de tu experiencia personal como mujer trans, y que la identidad no tiene que ser sinónimo de lo marginal. Es un mensaje esperanzador.
R: Exacto, y demostrar eso también ayuda. Ese tipo de discursos dan esperanza a las mujeres trans sobre tener una vida normal dentro de lo cabe. La vida de las mujeres de por sí ya es dura en muchos aspectos, pero no deberíamos sumarle ser trans como un problema más. Somos mujeres y no solo tenemos problemas derivados de la transición. Por eso en CRISTALITOS narro una experiencia difícil como persona, no como mujer trans.
Somos mujeres y no solo tenemos problemas derivados de la transición
P: Tus inicios en la música son muy cercanos a la movida vasca de colectivos como Chill Mafia. ¿Cómo encajó la identidad trans con el ambiente de izquierda abertzale?
R: Tengo que decir que nunca he encajado ni me he sentido identificada con lo que sonaba allí. Euskadi es mi casa, pero en cuestiones musicales y artísticas existe un ambiente muy cerrado. Hay un arraigo cultural importante a la tradición musical vasca, especialmente con el pop rock y el punk. Si sales de eso y además eres tranny, choni, cantas en español y también referencias a tus raíces, chocas mucho. En ese sentido Chill Mafia abrió la veda a muchas cosas nuevas, y yo he querido hacer lo propio abriéndole el camino a las chonis, que también existimos en Euskadi.
P: ¿Sientes que se acogió bien allí?
R: Lo viví como un abrazo, especialmente de las personas de mi edad que entendían mejor que nadie el concpeto que proponíamos. No me lo esperaba realmente, pero hicimos un grupo de amigos muy grande. En el BEC! que hicimos con Chill Mafia había cosas muy tradicionales de Euskadi mezcladas con el punto macarra de ellos y conmigo moviendo el culo, y la gente lo entendía todo. Ver eso en Euskadi fue increíble, yo lo hubiese agradecido con 12 años.
P: También mezclas el castellano y el euskera, como revindicas en EUSKAÑOL.
R: Es algo muy natural. Yo fui al colegio público en euskera y lo he hablado toda la vida con mis amigas y mi familia, pero vengo de una familia humilde que vivía en un barrio obrero donde había mucho migrante. Había mucha gente de mi entorno que no hablaba euskera y a los que yo tenía que hablarles en castellano. Quiero situar eso en el mapa en el sentido de que también existimos y también somos Euskadi. Es algo que hay que enseñar para que tengamos nuestro hueco.
P: Ese punto entre estar orgullosa de las raíces y querer abrirse a algo nuevo.
R: Esa es la polémica. Por ejemplo, puede llegar a ser controvertido el hecho de que yo me haga llamar la princesa de Euskadi y que la mayoría de mi discografía esté en castellano. Sin embargo, son esas las cosas que me parecen divertidas. Precisamente EUSKAÑOL es un guiño al bakalao. Euskadi también tuvo su momento de la ruta, como lo tuvo Valencia, pero casi nadie se acuerda de lo que allí se vivió. Quería traer de vuelta ese popurrí de gente vasca con personas del resto de España, y precisamente ese concepto es lo que más gente ha entendido de Euskoprincess.
P: En MALA FAMA hablas de "las dolidas". ¿A quiénes tenías en mente?
R: El tema viene de una experiencia real. Desde mi transición no he vivido agresiones ni he pasado por situaciones traumáticas, pero sí he sufrido transfobia de otras maneras. En mi caso, la mayoría de actitudes discriminatorias han venido de parte de otras mujeres que me han recalcado que no soy lo suficientemente mujer. MALA FAMA viene por una anécdota así. Salí de fiesta a una discoteca y un chico vino a ligar conmigo. Otra chica vino histérica corriendo y le soltó a él delante de mí: '¿Sabes que es trans, no?'. Y él se giró y le contestó: 'Sí, ¿y?'. Entonces pensé, 'vas a llevarte una canción'.
Ya sabemos que los hombres pueden salir en chándal a cantar y cobrar el doble
P: Te vi en los MIN dando el Premio a Mejor Canción en Euskera cuando dijiste "jódete J.K Rowling, que seguimos vivas". ¿Una artista debe mojarse?
R: Desde luego. No va solo de mandar un mensaje bonito, la política está sobre la mesa, incluso cuando eres artista. Y muchas veces nos preguntamos: '¿Hasta qué punto me puedo mojar siendo artista?', y ese pensamiento nos hace dar un paso al lado, pero hay que hablar y posicionarse. Necesitamos artistas que se mojen y reivindiquen. Si tienes un espacio como artista, por pequeño que sea, úsalo, especialmente si eres mujer. Porque ya sabemos que los hombres pueden salir en chándal a cantar y cobrar el doble. Entre nosotras, no posicionarse es un lujo que no nos podemos permitir. Porque no posicionarte también es una postura, y hoy en día, eso ya no vale. Y si en vez de usar tu voz solo te dedicas a ser guapa y sonreír, saldrás mona en la foto y lo aguantaré tres veces, pero a la cuarta me aburrirás. Ya se que estás estupenda, pero no puedes vivir como si nada te afectara. Porque ser mujer en esta sociedad significa estar constantemente expuesta y saboteada, consciente o inconscientemente. Por eso yo aproveché ese momento en los premios, cuando acababa de conocerse el fallo del Tribunal Supremo de Reino Unido sobre lo que era ser mujer. Pensé, 'sé que va a ganar un señor, pero antes de que le den el premio, yo voy a reivinidcar a mis hermanas, y si luego me echan, que me echen'. Pero no me echaron (ríe).
P: Estudiaste periodismo y ahora eres una promesa del urbano. ¿Cómo pasó?
R: Empecé en la música justo cuando estaba estudiando y en 2015 me llamaron para grabar un vídeo de Arca. Fue en esa grabación, en Barcelona, donde conocí a Rivers Zeta. Le enseñé algunas de mis demos y él me insistió muchísimo en que las grabara bien. Yo lo veía como un hipotético, sin darle demasiada importancia, pero él se lo tomó muy en serio. De hecho, vino desde Barcelona a Madrid para grabarlas conmigo en un estudio que él mismo eligió. Grabamos Lehendakari y lo publiqué cuatro meses después. Empecé a pensar que igual no solo era una fan que hacía música en su casa, sino que realmente tenía algo que contar.
P: ¿Qué tal en el Primavera Sound?
R: Ha sido increíble. La energía era muy parecida a la del Orgullo. Estaba muy nerviosa y además me tocaba actuar a una hora complicada. Pero hicimos uno de los shows más elaborados que hemos hecho y tengo un muy buen recuerdo. La gente estaba muy implicada conmigo y recibí un feedback brutal. A día de hoy todavía me impresiona. No soy del todo consciente de la cantidad de gente que me escucha. Me impacta muchísimo ver a personas cantando mis canciones.
P: Con todo el revuelo en la comunidad artística con los festivales, ¿rechazarías ir a alguno por implicación política?
R: Sí, porque esas actitudes tienen que ver con la empatía, con la capacidad de ponerse en el lugar del otro, más allá de si perteneces o no a un colectivo. A mí me gustaría que si atacan a los míos, la gente hiciera boicot. Pero no puedes esperar solidaridad si tú no la das a los demás. Por eso es tan valioso mojarse, incluso aunque no sea a través de la ausencia. Hay personas que han cancelado su participación en festivales, y eso está bien. Pero también hay quienes han decidido no cancelar, pero aprovechar ese espacio para lanzar un mensaje. Hay artistas que, en su hora de directo, han puesto audios de Gaza o han mostrado la bandera de Palestina. Usan ese mismo espacio para incomodar, para visibilizar, me parece brillante.