¿Por qué nos resulta tan difícil hablar de sexo en público? ¿Crees que lo sabes todo sobre las relaciones íntimas? La sexóloga Silvia Pérez (Fuenlabrada, Madrid), con una dilatada experiencia profesional, está convencida de que falta mucha educación sexual, tanto para jóvenes y adolescentes como para adultos. "Vivimos en una sociedad muy pornificada y poco sexualizada", asegura, a pesar de que nos creemos que se habla mucho de estas cuestiones. Sí, pero mal. "Falta educación sexual y ahí es donde hay que meter la mano, nunca mejor dicho".

Haciendo de la necesidad virtud, ha trasladado las anécdotas que ha vivido en su consulta, las propias y las de su entorno en un monólogo con el que pretende romper tabúes y acabar con los estereotipos sexuales.  Empezó con un pequeño texto que ha ido creciendo en paralelo a su experiencia. Para ella es una "herramienta mágica" con la que concienciar al público, con humor, de la importancia  de aspirar a conseguir el bienestar sexual. "Si tu pareja, tu amigo ocasional, tu hija, tu madre no quiere ir a la sexóloga, la sexóloga le lleva la terapia a los escenarios", nos explica.

Dónde ver 'Cita con la sexóloga', el monólogo de Silvia Pérez

Silvia Pérez debutó como monologuista en 2018 y desde entonces compagina su consulta con el espectáculo, que además de hacerte pasar un buen rato, resulta terapéutico y educativo. 'Cita con la sexóloga' llega  el próximo 9 de febrero al Teatro Campos Elíseos de Bilbao y el 23 y 24 de febrero a la sala Off de Barcelona.

Cartel 'Cita con tu sexóloga'

 

Los sexólogos vivimos de lo que a nadie les pasa

PREGUNTA.- ¿Hablar de sexo sigue siendo tabú a estas alturas?

RESPUESTA.- A la gente todavía le da vergüenza reconocer que ha venido a una sexóloga. En el show pregunto, quién ha ido alguna vez a la sexóloga y una vez han levantado la mano. Siempre digo que vivimos de lo que a nadie les pasa. Nadie reconoce tener este tipo de problemas, cuando me preguntan a qué me dedico siempre hay alguien con el chascarrillo de 'bueno, pues yo no lo necesito, pero está muy bien que esto exista'. Como si se necesitase una justificación. Nadie dice esto de un cerrajero, por ejemplo. '¡Ah! Yo no lo necesito, pero está muy bien que exista'.

Esa es la realidad, que el sexo a día de hoy, en 2024, sigue siendo un tabú a pesar de que da la impresión de que se hable mucho de sexualidad. En realidad, vivimos en una sociedad muy pornificada y poco sexualizada, falta educación sexual y ahí es donde hay que meter mano, nunca mejor dicho.

Tiene buen sexo, quién tiene la cabeza llena de empatía y no de pornografía

P.- ¿La pornografía es un problema en la sociedad actual?

R.- La pornografía se ha metido en nuestras camas y cada vez a edades más tempranas. Hay una frase que ronda las redes que dice 'Tiene buen sexo, quién tiene la cabeza llena de empatía y no de pornografía'. Es cierto, se cree que el porno es algo que genera ideas para el sexo o que puede en un momento avivar la chispa, pero la realidad es que lo que genera es mucha insatisfacción. El porno te excita de manera muy rápida y al final genera disfunciones. A nadie se le ocurriría aprender a conducir viendo 'Fast and Furious', por ejemplo. en el caso del sexo no va a ser diferente. El porno es ficción, pero a diferencia de lo que pasa con otro tipo de películas, parece que sí está ocurriendo. La falta de educación sexual provoca que se vea a las mujeres como un objeto y los hombres un sujeto, en plan activo-pasivo. Cada vez se consume porno antes y es un problema.

Hay más tabú y más problemas para que las sexólogas entremos en las aulas y expliquemos las cosas en condiciones, que a que el porno entre en los móviles de los adolescentes

P.- ¿Cómo le explicas a un adolescente que el porno es una película y que el sexo es algo bien diferente?

Hago talleres con alumnos de instituto y hablamos de todo esto sin tapujos. Pero hay más tabú y más problemas para que las sexólogas entremos en las aulas y expliquemos las cosas en condiciones, que a que el porno entre en los móviles de los adolescentes. Justo esta mañana he leído que el el 75% de padres y madres piensan que sus hijos adolescentes no ven porno, pero lo habitual es que digan que no lo hacen. 

Yo se lo explico directamente a ellos: 'Ten en cuenta que probablemente antes de que tú hayas tenido tu primera interacción sexual, antes de que te hayas acariciado de una manera íntima, ya has visto un montón de cosas. Entonces cuando te presentas ante la realidad, es probable que te choque bastante, porque no tiene nada que ver'.

P.- Incluso puede resultar frustrante ¿no?

R.- Eso es, incluso te lo dicen: 'Pues el sexo no es para tanto'. Me he encontrado también con chicos que dicen que se excitan más con el porno que con una felación de su pareja, por ejemplo. Fíjate el nivel, pero es una excitación muy rápida y después son muchos los que reconocen que se quedan raros. Claro, no hay una interacción humana placentera. Si no sabes leer el cuerpo de quien tienes delante, que es algo a hacer, más que a estar presente, no se va a dar muy bien la verdad. Aparte, todos los complejos de cómo tienen que ser los cuerpos en general y los genitales en particular, que no coinciden para nada con la realidad, evidentemente.

Cuando los chavales y chavalas cogen conciencia, se relacionan de una manera infinitamente más sana que cuando es tabú, escondido, temor y pecado

P.- El sexo es tabú y llevar la educación sexual a las escuelas resulta escandaloso para algunos, ahora especialmente con la situación política y la polarización que vivimos. ¿Lo estás notando?

Hay una doble moral tremenda. Es mejor ir a las escuelas. Cuando los chavales y chavalas cogen conciencia, se relacionan de una manera infinitamente más sana que cuando es tabú, escondido, temor y pecado.

P.- ¿Has recibido críticas por parte de, digamos, los garantes de la tradición y el decoro?

R. - No, pero sí me han llegado comentarios de ofendidos. Cuento con ello. A mí me respalda que soy educadora y sexóloga, pero como es algo de lo que todo el mundo quiere opinar y todos saben, tengo siempre a mano la frase de que esto no es una opinión, sino algo respaldado por estudios científicos. La sexología es una ciencia.

P.- ¿De dónde sacas inspiración para tus monólogos?

R.- De la vida misma, de las conversaciones con mis amigas y mis amigos, de sus citas, de las mías, de la consulta.... Esto surgió de contar de manera graciosa lo que ocurre en una consulta para que la gente lo conociera la terapia. Construí un monólogo muy cortito que fue creciendo a medida que me pasaban anécdotas. La inspiración es de la realidad, luego ya le meto un poquito de imaginación al asunto para que el mensaje entre mejor. Pero no hay nada que nos haga más gracia que nuestra vida misma, es un hecho y te sale la risita nerviosa de 'a mí también me pasa'.

P.- Al final todo el mundo se siente identificado con este tipo de experiencias

R.- Claro, aunque te digan luego que 'eso le pasa a mi amiga o a mi amigo'. 

P.- ¿Es un juego aceptado este tipo de excusas?

R.- Exacto. Al final mi amiga soy yo. Cuando consigues que la carcajada sea general, todo el mundo se relaja por nos pasa a todos.

Es un éxito en el sexo conseguir ser tú, que es trabajo de exclusivamente personal, y también estar con una persona que sepa recibir eso

P.- ¿Somos todos más parecidos de lo que pensamos en cuestiones de sexo?

R.- Al final todos queremos que nos traten bien, estar a gusto y poder ser. Es un éxito en el sexo conseguir ser tú, que es trabajo de exclusivamente personal,  y también estar con una persona que sepa recibir eso.

El sexo es un momento muy vulnerable, aparecen miedos, inseguridades, problemas de autoestima... ¿Cuándo estás a gusto en una situación de intimidad, de vulnerabilidad en el buen sentido? Pues cuando puedes ser tú. ¿Qué pasa entonces? Pues que todo fluye y el placer no se puede controlar, Es como la risa, te tienes que soltar, porque si no, no fluye.

P.- La risa puede ser una reacción nerviosa ante algo que nos da vergüenza como hablar del sexo, no. ¿Qué temas serían los más escandalosos, en este sentido, de tu monólogo? ¿De qué se ríe tu público?

Contar algo y reaccionar en plan 'me has pillado' pasa mucho. Surge mucho la risa cuando cuentas una situación, por ejemplo, en una cita, ya sea sexual o romántica, y el público se da cuenta de que le ha pasado exactamente lo mismo. Sale entonces la risa nerviosa de 'vale, sí, me estás retratando'. A veces me han dicho que es como si me hubiera metido con ellos en su cama, en su casa. En la consulta pasa lo mismo. Si hablásemos todos con todos de nuestras vergüenzas, por así decirlo, nos daríamos cuenta que no somos ni tan únicos ni lo que nos pasa es tan horrendo. 

En el teatro, lo que más carcajadas suele provocar es cuando cuento mis experiencias en Tinder, sobre todo entre las mujeres heterosexuales que se sienten muy identificadas conmigo.

P.- ¿Esas experiencias en Tinder las has vivido personalmente o a través de otras personas?

R.- Ni confirmo ni desmiento que me hice Tinder solo para eso.

P.- ¿Cómo es tu público? ¿Hay más mujeres, más hombres o está igualado?

R.- Hay de todo, pero en general lo que más tengo son grupos de mujeres o parejas. Hombres que vengan solos son menos.

Si yo estoy en una situación de privilegio o de poder, no creo que sea tan gracioso meterme con los de abajo, pero sí al revés

P.- ¿Tiene límites el humor?

R.- No es lo mismo hacer humor de arriba a abajo que de abajo a arriba. Es decir, si yo estoy en una situación de privilegio o de poder, no creo que sea tan gracioso meterme con los de abajo, pero sí al revés. A mí me encanta el humor negro, pero creo que también se puede hacer humor negro sin hacerlo desde tu privilegio. Soy de sexo consentido y de humor negro con sentido.