¡Vaya si se estaba gestando algo! En época de números, de comparaciones, de álbumes del año, Cruz Cafuné (1993, Tacoronte, Tenerife) ha puesto patas arriba la escena del rap con el lanzamiento de ‘Me Muevo con Dios’, su último disco, compuesto por una lista de 23 canciones con el que el canario no solo ha hecho que la larga espera haya merecido la pena –han pasado más de tres años de su último álbum-, sino que ha vuelto a confirmar que Canarias es a la industria musical lo que La Masía al fútbol.

Los debates de quién es mejor, si yo o Quevedo
Los declaro muertos, gana el movimiento
De las ocho, pa' las ocho, ¿qué fue lo que no entendieron?

Se podrían escribir ríos y ríos de tinta sobre el contenido de la obra de Cruzzi, pero él mejor que nadie resume de qué va todo esto: “Nos trajo lejos el amor que le tenemos a la música hecha por los negros”. Un amor sincero al rap con una única condición: la lealtad. Lealtad a la familia, lealtad a los colegas, lealtad a tus orígenes, y, sobre todo, lealtad a nuestra palabra, que es todo lo que tenemos (y no es poco).

No quiero estar en la cima solo, no quiero estar en la cima solo

Así, con la lealtad y el amor al rap (aunque duela) como bandera, Cruz Cafuné ha sacado un trabajo completo, mimado desde la primera barra e impoluto hasta la última. Un viaje de más de una hora en el que el canario te habla de comienzos y finales a lomos de un sonido envolvente que mejora y mejora con cada escucha.

Entreabre la puerta, asoma la cabeza
Y me checkea por la rendija que deja el cerrojo con cadena
De pies a cabeza, levanta la ceja, media vuelta
Desde entonces no sé de ella
Se fue su amiga, le hizo un altar y no quiso hablar del tema
Se fue su abuela y algo cambió dentro de ella
Se fue su tía y la encontré llorando en la escalera gritándome:
"No quiero que tú también te mueras"
Vi esa misma cara el día que hacía las maletas y dijo:
"¿Sabes qué me da más pena?
Que ahora nos venían un montón de cosas buenas
Y no vas a estar conmigo para verlas"

Y todo ello con un estilo único que demuestra que no hace falta viajar hasta Canadá para embarcarte en un R&B fresco. Un estilo único que en una canción te pone en la piel de un gánster como Omar en The Wire y en la siguiente te hace implorar a los cuatro vientos un domingo de peli y mimos con tu pareja. Porque solo a través de las contradicciones (en otras palabras, de la vida) podemos entender a Cruz Cafuné. Sus letras son un viernes de litros y parque con tus colegas de toda la vida, son el sexo sucio y salvaje (el mejor) con tu ex en los asientos de detrás de un León a la salida del autocine, son lujuria, pasión, sudor y jadeos, son lencería de encaje, son la resaca emocional después de una noche de acid techno, son un Barça-Madrid a las 20.45 horas comentado por Andrés Montes, son Iverson brillando en Philadelphia, son Ja Morant volando en Memphis, son pogos con tus panas, son trends de TikTok con tu pareja, son una bandeja paisa, son ojos rojos y tos, son Madrid de noche, son conversaciones sobre Paula Gonu, son vacile, son el pantalón de cadetes como pijama, son la sudadera de Philipp Plein para ir a por el pan y la camiseta de Riquelme en Boca para la pachanga de los miércoles, son los Bucks de Anteto, son el Tete del 2008, son Karl Marx y Barrabás, son Goku y Broly, son caminar por Serrano sosteniéndole la mirada a todo el mundo, son quemar rueda, son Letti y Toretto, son el amor a tu hermana que nunca le dices, son los mensajes de tu madre pidiéndote que llames a tu abuela, son los mensajes que escribes borracho volviendo a casa, son majalulo, son folelé, son el silbo gomero, son el grito de Canarias que no acepta ser simplemente un destino turístico para guiris. En definitiva, es una vida a base de códigos.

A veces Dios castiga dándote lo que deseas

Colaboraciones de primera fila para un disco de primera fila

Otro de los aspectos en los que este disco ha hecho las delicias de los oyentes han sido sus colaboraciones. Y no es para menos. Hablaremos de ellas por orden de aparición en el álbum.

En el track 2, ‘Dios #1’, aparece el rapero puertorriqueño Miky Woodz. En una instrumental oscura que comienza a asentar el mood para el resto del disco, el que ya brillase junto a Bad Bunny en ‘Estamos Clear’ o en ‘Mala Mía’ de la mano de Eladio Carrión, además de en otras decenas de canciones en solitario, acompaña a Cruzzi en un corte que puede resumirse en una frase: “Arrogante, como seguir disculpas con un pero”. Una canción en la que Dios es titular, pero a la hora de la verdad se sienta en el banquillo para dejar paso a elementos más materiales que él.

El cuarto corte del disco, ‘BABI BOI’, cuenta con la presencia de Chita, una de las voces más importantes del R&B argentino que ya ha tocado un gran número de corazones con releases como ‘No Fue’ o ‘Bring Me Down’. En ‘BABI BOI’ ambos artistas le cantan al amor de larga duración, con una óptica orgullosa del mismo y con algunas trazas de celos, apreciables en líneas como “Si alguna vez me ocultas la verdad, te rajo el auto y tiro un ladrillo contra el cristal” o “Por ti vaciaba un cargador entero”. Tal y como dice Chita en estos emocionantes 3 minutos y 33 segundos: “Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, pero si estoy contigo siento que todo va bien”.

La tercera colaboración de ‘Me Muevo Con Dios’ la firma Leïti Sene en el noveno tema, ‘ABAMA Jr. Suite’. El hotel de cinco estrellas ubicado en Tenerife que da título a esta canción es testigo de cómo ambos raperos se permiten vacilar y estar en su salsa, sin bajarle un ápice al estilo de vida al que acostumbran. “Subidos al techo solar tirando signos […] Merch sold out, los racks más easys de mi vida, setenta bandas como el Lollapalooza Argentina […] Guarda mis chats y mis directos, por si algún día muero”. Cabe destacar que esta colaboración ha levantado cierta polémica en Twitter, ya que, en su día, circularon rumores de que el artista barcelonés había protagonizado abusos sexuales en una discoteca de la Ciudad Condal, pero nunca se ha sabido más sobre dicho caso.

El cuarto junte corre a cargo de Boj en la décima canción del disco, ‘Folelé’. Este track, cuyo título significa literalmente libélula en Tenerife, nos presenta un ritmo tropical, playero, de descapotable por la costa, de esos que te trasladan temporalmente al paraíso. Un paraíso en el que construyes recuerdos que te atan para siempre al mismo y que te harán añorarlo. “Rockeando un vestido de verano y mi cadena. La pienso en las canciones, está en mis oraciones. Tiene mi nombre en la mano pintado con henna”. Qué manera de decir tantas cosas en tan pocas palabras.

La siguiente canción, ‘RE-UP’, saca a escena al puertorriqueño Kris Floyd. Esa relación que ya no está como siempre, pero uno se hace el tonto para no hacerle frente a los problemas y añora lo que un día fue, se convierte en protagonista durante los 3 minutos y 25 segundos que dura este banger. “Eras mi ride or die, bae, y eso puedo jurarlo. Ahora vamos en el carro y no sonríes cuando agarro tu mano, ¿qué ha cambiado? […] Vamos a fingir que nada está mal por última vez”. Esto le duele hasta al que no lo ha vivido.

Ya adentrados en la segunda mitad del disco, el corte 14 cuenta con la presencia de uno de los artistas españoles más internacionales del momento, Quevedo, en un registro mucho más rapero que el presente en los trabajos que le han servido para irse mundial. Bajo el título ‘Sangre y Fe’, esta juntera era inevitable: aparte del hecho innegable de que Cruzzi es el padrino musical de la nueva sensación del reggaetón global, ya avisó de lo que estaba por llegar en el intro de ‘Donde Quiero Estar’: “Soñé que un canario sacaba el disco del año”. A cuál de los dos se refería es un dilema del que nos tendrían que sacar ellos, pero lo que está claro es que sentó la pauta para que Quevedo apareciese en este disco. “Canarias es la Nueva Masía”. Vaya que sí.

La séptima colaboración es, simplemente, un culto al flexeo. ‘LUISAViAROMA’ es testigo de cómo el tinerfeño y LaBlackie tiran pa’lante con todo, conscientes de quiénes son. Un grito al oído de ego, finesse y superlujo, como el de las prendas que pueden encontrarse en el portal online que le da título al tema. “Voy a pisarle a este bólido, hacer zigzagzig por el tráfico, verme envuelto en un escándalo, coge la Visa, bae, tira esas Buffalo”. Las cosas de estar arriba.

Tenerife, Buffalo, Mecén. Para los que nos movemos con soltura en estos mundos, ver este nombre en la tracklist fue una sorpresa que nos dejó de piedra. ¿Westside Gunn en el disco de Cruz Cafuné? ¡Westside Gunn en el maldito disco de Cruz Cafuné! Un miembro fundador de Griselda, ni más ni menos, se ha juntado con uno de los mejores raperos de España en ‘Corintios 13:12’,  en un cruce oceánico que, probablemente, signifique la primera piedra de grandes cosas en los meses y años venideros. Para quien no esté tan al tanto, que Westside Gunn aparezca en un trabajo de un rapero español es como si Kyrie Irving viniera a jugar al WiZink. Curiosamente, el Real Madrid de baloncesto juega los cuartos de final de la ACB contra el Gran Canaria.

Acercándonos a la recta final encontramos ‘G WAGON’, un reggaetón contundente, sucio, en el que Cruzzi y La Pantera forman una dupla implacable y nos traen más fronteo y orgullo por lo conseguido, por si no hubiera sido ya suficiente. Este es uno de los temas más cortos del disco, pero también es uno de los más propensos a sonar en tu discoteca o pub de confianza. “Me leyeron el futuro en 2002, y me dijeron que con 20 me iba mundial si quería Dios, cabrón, y se ve que quiso”. Simple.

Y si de baloncesto iba la cosa en ‘Ja Morant’ y en la ACB, de baloncesto sigue yendo la cosa en ‘Practice’, el último featuring del álbum, hombro con hombro con uno de los raperos más en forma de la escena urbana española, Hoke. Un tema que arranca con una legendaria rueda de prensa de Allen Iverson, en la que el MVP de la NBA en 2001, que dejó una huella irrepetible en el baloncesto y en otros elementos culturales como el propio rap, justifica sus ausencias en los entrenamientos de los Philadelphia 76ers. Con un cambio de ritmo de por medio, Hoke y Cruzzi repasan sus trayectorias y hábitos en un junte que ha hecho muy felices a los fieles de BBO. “Estuve en tantas que celebro, si ahora la ropa que me pongo es blanca y el arroz que me como es negro”. Salir del agujero y prosperar.

Crítica general y reacciones en redes sociales

La acogida del disco ha sido excelente. Tan solo un par de horas después del release, numerosas frases y palabras que aparecen en el disco se convertían en tendencia en Twitter, la gente empezaba a dar sus impresiones, a hacer memes y a compartir sus temas preferidos. Para cerrar este sentido análisis, hemos recopilado algunas de ellas: