De las botas de piel de serpiente a las Air Jordan. Del sombrero estilo Chalino a las gorras planas. De los pantalones y chaqueta de cuero al piquete Balenciaga. De la cocaína y la mota a la codeína y el MDMA... sin salirse de la cocaína ni la mota. Los corridos mexicanos tradicionales se quedaron atrás. Se anticuaron. No enganchaban a las nuevas generaciones. Los temas a tratar, la estética, el sonido. Los chavales ya no saben lo que son los ranchos, ni las clásicas historias de amor rural. Los códigos han cambiado. Los narcos no son los mismos y el fronteo ha sustituido al secretismo. Los Juniors no son como sus padres. Ellos quieren aparentar y exhibirse. Ni piensan igual, ni visten igual ni quieren lo mismo. Y están influídos por las corrientes artísticas y culturales de Estados Unidos. Ante una situación así, había que hacer algo. ¿Y si mezclamos el trap con los corridos? ¿Qué tal si fusionamos Atlanta con Sinaloa? Esta es la historia del corrido tumbado, el sonido mexicano que vuelve a conquistar el mundo.

¿Cómo surgió el corrido tumbado?

Para entender este estilo, es necesario hablar de Jimmy Humilde. CEO de la disquera Rancho Humilde Records, este empresario nació hace 43 años en Venice, California, en una familia de origen mexicano y siempre fue fan de los corridos. En sus orígenes, organizaba eventos en suelo yankee y en 2008 se unió como socio al sello Rancho Humilde. Viendo que la juventud ya había dejado de sentirse representada por el sonido regional tradicional, tuvo que hacer algo: “No teníamos un sonido representativo y actual como tal. Por eso tomé la iniciativa de decir '¿sabes qué? Ocupamos hacer un género', y combiné la música regional mexicana y el hip hop. Así nació el regional urbano”, explicó en una entrevista en Vice. Este chicano consiguió unir dos culturas separadas por una frontera de 3.000 km: la de su sangre y la de su experiencia vital. Empezó a descubrir a nuevos talentos y les dio espacio en sus encuentros musicales. Y un buen día, apareció un chico llamado Natanael Cano. Jimmy vio algo diferente en él y el destino de la música mexicana cambió por completo. Años después, Jimmy Humilde se ha convertido en el número 1 en la lista de Productores Latinos de Billboard: "Somos los papás de los pollitos", exclamó en una entrevista para EFE.

Entre su elenco de artistas están, además del citado Natanael Cano, otros músicos de éxito como Legado 7, Arsenal Efectivo, Herencia de Patrones, Fuerza Regida, El de la Guitarra, Eslabón Armado y Junior H, entre otros. No se sabe si Jimmy Humilde es el papá de los pollitos. Lo que sí es, es la gallina de los huevos de oro en los corridos tumbados. 

Natanael Cano, el pionero del movimiento

Natanael Cano es un joven de Hermosillo, Sonora. Un morrito autodidacta que le daba bien verga a las rolas y tenía como ídolo a Ariel Camacho, cantante sinaoelense que falleció a los 22 años de edad tras un fatídico accidente de coche. Sobre su delgado y tatuado cuerpo recae la responsabilidad de ser el pionero de los corridos tumbados. Un chico de la Generación Z, que ha puesto en el mapa la música regional mexicana. A través de una mezcla de talento y esfuerzo, ha abierto el camino a un sinfín de artistas que ahora saborean las mieles de un enjambre del que él es la abeja reina. Natanael es para los corridos tumbados lo que Yung Beef fue para el trap en español y Daddy Yankee para el reguetón.


Tras versionar a otros artistas, con tan solo 16 años, Natanael comenzó a componer sus propias canciones y ya cobraba 1.000 dolares por hacer corridos de encargo. Al cumplir los 18, dejó atras Hermosillo y emprendió el viaje al gringo. Se mudó a Los Ángeles con un objetivo: ser una estrella. En junio del 2018 lanzó El de los lentes Gucci, un tema que se hizo viral al poco de su publicación. Una canción que habla de un joven que ama el dinero, el lujo, las ropas caras. Temática trap pero sonido regional. Una especie de Big Bang de los corridos tumbados. Lo subió a Youtube y en pocos días consiguió más de un millón de visualizaciones. Ahí Nata se dio cuenta de que lo que hacía, gustaba. Y no paró de mejorar. Soltó El Diablo en 2019 y ahí sí le pegó fuego al género. De repente, el artista más escuchado del mundo, Bad Bunny, se fijó en él. Escuchó El Diablo y subió un vídeo a su cuenta de Instagram cantándola. Semanas después, grabaron el remix. Y acabaron entonándola juntos en directo en el Staples Center de Los Ángeles.

De esta manera, pudo difundir su música internacionalmente y legitimar su arte, que era criticado por la vieja escuela. En octubre de ese mismo año llegó el álbum Corridos Tumbados, volumen 1. Con temas ya históricos como El Drip o El Nayer, Natanael Cano se juntó con otros artistas de su cuerda. Creó un círculo y juntó a su clicka. Pioneros como Dan Sánchez, Junior H o Nueva Era. Dos años después, en el segundo volumen, se incorporan voces como las de Ovi, Carlos Torres o Juanillo Díaz. Y ahí nació el nombre corridos tumbados. Precisamente, en una conversación con Ovi, trapero de origen cubano pero mexicano de adopción, surgió dicho término. En la jerga autóctona, tumbado significaba llamativo. Y ellos querían que su musica fuera así. Bien tumbada. Bien llamativa. Y lo consiguieron.


Los requintos de la guitarra de Natanael Cano se colaban en los oídos de millones de jóvenes. Sus cifras en redes sociales iban en aumento. Se viralizaban sus obras. La juventud conectó con él. Con sus historias de amor. Sus corriditos de polvo y su culto al exceso y al derroche. Un chico ambicioso que sueña con el trono. En ser el más escuchado del mundo: "Necesito llegar a ser el número uno. Ya lo fui en mi categoría y en mi rango, y me siento como el número 1, pero me falta para serlo en el mundo. Ese momento tiene que llegar, sé que llegará cuando yo quiera”, confesó a Vice. Sin embargo, no fue el quien lo consiguió. Fue Peso Pluma

A estas alturas, Natanael Cano cuenta en su haber con prestigiosos premios como el iHeart Radio, Latin Billboard, Latin American Music Awards y MTV EMA´s. También ha dado sus primeros pinitos como actor al participar en la serie de HBO MAX, Vgly. A través de Todo es diferente (2019), Mi nuevo yo (2019), Trap Tumbado (2020), Soy el Nata (2020), Las 3 Torres (2020), el joven de Hermosillo se fue asentando en la industria. Ya contrastado, sacó a la luz Nata (2021), A mis 20 (2021) y Nata Kong (2022), disco en el que colaboró con Steve Aoki. Este año ha publicado Nata Montana (2023). 

La conquista del mundo de Peso Pluma

Natanael Cano y Peso Pluma son algo así como Cruyff y Guardiola. Uno creó un movimiento artístico y el otro lo llevó al éxito más global. Pero con una diferencia. Nata y la Doble P son contemporáneos y trabajan juntos y han colaborado en temas como Pancake, AMG o PRCHassan Emilio Kabande Laija, Peso Pluma, nació en Zapopan, Jalisco, en 1999. Su carrera musical en los corridos tumbados se mantuvo en un perfil discreto desde 2020 a 2023. Sin embargo, este año, ha pasado de ser una figura secundaria en el regional mexicano al artista más escuchado del mundo. ¿Qué ha pasado para que suceda algo así?

La Doble P empezó el año con grandes colaboraciones con figuras como el propio Natanael Cano, pero también con artistas como Junior H y Nicki Nicole. Obras de la talla de las antes citadas AMG, PRC y posteriormente El Azul, le hicieron escalar puestos en la popularidad de los corridos tumbados. Sin embargo, Ella Baila Sola, con el grupo Eslabón Armado, se convirtió en la canción más escuchada del mundo. Otro tema, La bebé (Remix) con Yng Lvcas, le sirvió para erigirse en el primer artista mexicano en superar los 40 millones de oyentes en Spotify y ser el mexicano con más entradas en los Billboard Hot 100. También ha roto estadísticas con su colaboración con Bizarrap. Es cierto que colocarse como el artista más escuchado del mundo es gracias a haber tocado temas que se alejan de la violencia y el narcotráfico. Ella Baila Sola es un tema que habla de ligar, de entrar en un bar y que te guste una chica. El amor, el romanticismo, la seducción. Temas blancos que son siempre un éxito en la música y con los que todo el mundo empatiza y se siente identificado. Y así se convierte a los corridos tumbados en un objeto de consumo. A pesar de ello, Hassan también le tira a lo bélico. El subgénero regional que habla de violencia y narcotráfico. Pero ese es un tema que tocaremos próximamente.

El sociólogo de la Universidad de Guadalajara, Jorge Ramírez, analiza así el éxito de los corridos tumbados: "Son temas con gran fuerza musical y ritmos avasallantes que conectan mucho con la juventud. Luego está el peso poblacional de los hispanos, cuya música tiene mucho mercado internacional. Somos muchos en el mundo. Además, está el peso de México como consumidor de Tik Tok. Estos temas han sido virales y la red social ha sido su campo de experimentación en el área de posicionamiento. México está entre los países que más Tik Tok consume y CDMX, es de las ciudades que más escucha Spotify. Finalmente, los mexicanos tenemos mucha presencia en Estados Unidos, ya que somos la primera minoría poblacional. Sobre todo en la zona sur, donde hay también mucha creatividad y un mercado muy grande".

A pesar del binomio Natanael Cano-Peso Pluma, no se pueden obviar a otros representantes del género: Junior H, Fuerza Regida, Dan Sánchez, Justin Morales, El Chino Pacas, Óscar Maydon o Esteban Gabriel. Un elenco de artistas que están configurando un movimiento cultural único y que han sabido atraer a otros referentes musicales de otros estilos. No solo Bad Bunny, también Mike Towers, Eladio Carrión, Becky G, Tokischa, Snoop Dog o Lil Mosey. De hecho, en redes sociales hemos podido ver a Peso Pluma hablando con Travis Scott.

Jon García, director del medio cultural Grindin y autor de Historia del Trap, explica así la llegada de los corridos tumbados: "Son sonidos que son inauditos para mucha gente y al final, al ser folkloricos, es una gozada que algo no-mainstream, y de una localidad muy concreta y "pequeña" dentro del mundo, logre tanto alcance y lo más difícil: conecte con tanta gente de todo el mundo. Es como la explosión del flamenco, de la música jamaicana, el dembow... Nacen de espacios "pequeños", regionales, y terminan por cautivar a gente de todo el mundo, con orígenes y tradiciones súper diferentes. Amigos mexicanos me dicen que los corridos son lo que ellos escuchan para beber, para salir. Y es realmente un acercamiento a su cultura. Además, que llega de las manos de artistas súper jóvenes, como Natanael Cano, Junior H, Peso Pluma... Ninguno supera los 24 años".

Los corridos tumbados es un género admirable por su capacidad de volver a llevar a la élite cultural internacional un producto de origen regional. Además, los artistas mexicanos cuentan con la ventaja de no necesitar el mercado global. Con el consumo mexicano y de Estados Unidos, un artista puede ser una estrella y hacerse multimillonario. Por ello, Peso Pluma es un artista clave. Ha conseguido llevar lo popular al mainstream más puro. Tocar la cima del mundo con folklore. El propio Jon García ve así el fenómeno Peso Pluma: "Temo un poco, y no es por culpa de los corridos, sino de la forma de consumir música ahora mismo, la fugacidad que puede tener el movimiento. Que llegue como una moda rápida, más que como un género a explotar e incluso a explorarse en profundidad lejos de México. El mejor ejemplo es la llegada de Peso Pluma a las sesiones de Bizarrap. Se vive un boom histórico, pero al mismo tiempo revienta la burbuja, y el interés por el sonido cae exponencialmente justo después. Como: '¡Increíble, es lo del momento!'. Y de seguido: 'Vale, y ahora qué es lo siguiente, ¿quién protagoniza la siguiente sesión?'.

Corridos tumbados en España

Si hay alguien que ha sabido entender el boom de los corridos tumbados en España es Vatocholo, un joven mexicano-madrileño, llamado a liderar este sonido en España. En una entrevista con ElPlural.com, Vatocholo definió así la nueva música mexicana: "Los tumbados son corridos simples que no necesitan muchos instrumentos ni voces. Con un bajoloche y una guitarra puedes crear una canción de su principio a fin. La simplificación del corrido y llevado al mundo moderno. Tumbado también porque es cuando estas grifado. También tiene mucho que ver con la calle y cómo nos hemos criado. De ahí la estética del cholo, que está en la calle, que patina y que fuma mota", explica Vatocholo aportando otra definición al término tumbado.


Vatocholo todavía está por explotar y poco a poco su obra se va colando entre los medios de comunicación. También ha colaborado con artistas como Judeline o Dellafuente, un referente en el sonido urbano español. Precisamente, el CEO de Grindin, le entrevistó el pasado mes de junio: "Vatocholo es fácilmente el mayor exponente de corridos tumbados, y de regional aquí en España. Él es de aquí, pero su familia es mexicana. También ha viajado allí para conocerla e incluso trabajar en música, y lo lleva dentro. Él disfruta componiendo, y con su guitarra, contando sus historias... Y poco más se necesita. Lleva ese fuego en la sangre. Y en cuestión de un par de años ya nos ha dejado auténticas joyas, que si firmase Peso Pluma acumularían millones de reproducciones".

La importancia del narcotráfico

Históricamente, los corridos tradicionales han sido utilizados como una fuente de información para contar la leyenda de los narcos mexicanos. Desde históricas bandas como Los Tigres del Norte o Los Tucanes de TIjuana o actualmente los exponentes del corrido tumbado, siempre se ha hecho apología a la violencia, el dinero y el tráfico de drogas a través de sus canciones, dándole así un sonido a la llamada narcocultura. Como si de trovadores se tratara, músicos mexicanos, la mayoría por encargo, han ido narrando la vida y milagros de los jefes de los cárteles.

Jorge Ramírez analiza así la corriente de los tumbados: "Hay diferentes maneras de interpretarlos. Me interesa verlos como una especie de arma simbólica con fines de comunicación y reputación de marca para los narcortraficantes. Los corridos no son neutrales y llevan mensajes expresamente mandados por los narcos. De hecho, eso puede conllevar a los asesinatos de los músicos, algo que ha pasado en más de una ocasión en México. Me interesa analizarlos desde esa perspectiva, como parte de esas dinámicas de conflicto y guerra entre bandas de criminales", expresa a ElPlural.com.

En cuanto a las diferencias entre el corrido tradicional y los tumbados, el profesor Ramírez señala que estos últimos "forman parte de los narcocorridos pero con algunas características propias. Los tradicionales están articulados en tercera persona e implican una narración. Los tumbados, no cuentan eso. Son apologías de personajes relacionados con el narco o de sí mismos. Personas hábiles con las drogas, llenas de dinero, con varias mujeres... De hecho, hace poco un artista de corridos decía que no le gustaban los tumbados por eso, porque no cuentan una historia".

Ante la eclosión de este arte solo queda sentarse y seguir observando con devoción cómo se desarrolla. Y soltar un sincero "puros corridos tumbados, viejones".