CaixaForum Madrid acoge el acto de presentación de Abrosyne, el libro de artista de Carlos León producido gracias a la dotación económica recibida en 2016 con el Premio Arte y Mecenazgo en la categoría Artista.

Los Premios Arte y Mecenazgo de “la Caixa” reconocen con sus premios a los principales referentes en el estímulo de la escena artística española. La entidad instituyó en 2011 estos galardones como muestra de su apoyo al sector del arte español. Carlos León fue galardonado en la categoría Artista en 2016 por un jurado constituido por Francisco Calvo Serraller, María Corral y Nimfa Bisbe que lo reconoció como uno de los pintores españoles más relevantes de las últimas décadas. El premio está dotado con 50.000 euros, 20.000 de los cuales se destinan a la producción de un libro de artista, que ahora se presenta.

Un libro de artista es una edición concebida en su totalidad por un artista con voluntad expresiva y no con carácter informativo. El artista busca una forma de expresión cuando emprende la creación de un libro. Se trata de una obra que, en lugar de presentarse en una sala de exposiciones, utiliza el libro como soporte, con sus características propias. Los libros de artista suelen ser ediciones limitadas, aunque no siempre existe voluntad de exclusividad.

Aunque en crecimiento en los últimos años ―se han creado editoriales especializadas, distribuidoras y ferias―, los libros de artista necesitan aún un impulso y una puesta en valor por parte de coleccionistas y público en general. Por ello, la Obra Social "la Caixa" incluye la producción de una obra artística en formato libro en los premios Arte y Mecenazgo. Se trata, en definitiva, de llevar a cabo una acción de mecenazgo en primera persona para estimular que otras instituciones privadas y mecenas participen activamente en el sector del arte.

Abrosyne

Abrosyne, palabra que no gozará del favor de los filósofos y que no podremos traducir si no es mezclando en la mente la delicadeza y el esplendor, la gracia y el lujo. Roberto Calasso, Las bodas de Cadmo y Harmonía.

Abrosyne es un libro fotográfico, en forma, según el propio Carlos León, de "cuaderno de notas", con más de un centenar de imágenes acompañadas de breves textos del artista. Para León, las páginas "recogen un imaginario, una asociación articulada de imágenes, de lo que suelo llamar suministros para la inspiración“.

La primera edición de Abrosyne consta de 350 ejemplares de los cuales 50 han sido intervenidos directamente por el artista y aparecen numerados y firmados por él mismo. Todas las fotografías proceden de la producción de Carlos León, salvo el retrato del artista en su estudio, del que es autor Francisco de las Heras.

"Trabajé en su elaboración durante los doce meses transcurridos", explica León, en un proceso que fue adquiriendo una complejidad creciente "para ir adquiriendo una dimensión semejante a la de una escultura". Para el artista, se trata de una obra importante: "Me ha llevado a emprender un proceso de implementación argumental, de afinamiento, que quedará incorporado de ahora en adelante a mi modus operandi en aquello que atañe a la  incorporación de nuevos registros conceptuales aplicables a la arquitectura interior de mis obras".

Abrosyne es el segundo libro de artista que realiza Carlos León, tras una primera experiencia en 2005, De la tristeza del gimnasta en otoño, publicado en colaboración con la galería Max Estrella.

¿Quién es Carlos León? 

Carlos León nace en Ceuta en 1948 y, tres años después, se traslada con su familia a Segovia, donde reside y trabaja en la actualidad tras varias estancias en París y Nueva York. Su trayectoria viene marcada por las experiencias y el conocimiento acumulado en estos viajes y las relaciones que establece con otros artistas, coleccionistas y mecenas.

La obra de Carlos León empieza a conocerse en la década de los setenta tras su estancia en París, donde se integra en el grupo Supports-surfaces, e introduce después en España novedosas técnicas y expresiones artísticas. Destaca por su voluntad de aportar innovación y transgresión, lo que propicia su participación en la Bienal de Venecia de 1976. En las décadas de los ochenta y los noventa se confronta con la escuela de Nueva York sin renunciar a su identidad pictórica europea.

Su obra es hoy fundamental para comprender cómo la práctica pictórica ha superado el agotamiento provocado por su continua depuración. Sin olvidar que la pintura es siempre una exploración de color, textura y superficie, Carlos León reaviva su espacio abriéndolo a la emoción, a la búsqueda de la expresión a través de la sensualidad.

Hombre profundamente intelectual, la pintura es para él un lugar de encuentro, mental y físico, un juego intelectual-sensorial. Lejos de acusar el paso del tiempo, en la madurez de su carrera se mantiene fiel a su singular lenguaje, gracias al dominio de la técnica sumado a una curiosidad y una sabiduría infinitas.