La Tristura ha puesto en marcha en el barrio de San Cristóbal (Madrid) el Festival Salvaje, entre el 8 y el 10 de mayo. Se trata de un festival teatral de calle, donde se rompe la barrera entre público y espectador, para que todos formen parte de la creación de la experiencia escénica.


Corrían los años 50 cuando se fue conformando al Sur de Madrid, en el distrito de Villaverde, un barrio rectangular y laberíntico con un marcado carácter obrero, compuesto fundamentalmente de domicilios de trabajadores (de arquitectura cuestionable) y de vecinos expulsados de otras zonas de Madrid`, empujados por operaciones urbanísticas y el reclamo de la vivienda social. Era el barrio de San Cristóbal, y sus vecinos, que fueron quedando orillados de la capital en muchos sentidos, sufrieron en los ochenta el castigo, con fuerza, del desempleo y la heroína, y en ellos ha ido brotando un fuerte sentido identitario que aún hoy se conserva, por encima de la diversidad cultural de su población de más de 20.000 personas, en su mitad inmigrantes y de etnia gitana.


Hace unos años, una pareja, Juan y Sarah, puso en marcha el proyecto Autobarrios, para fomentar la comunidad y desarrollar la faceta artística y cultural de los vecinos. Un proyecto en el que recientemente se han involucrado el colectivo graffitero de moda, Boa Mistura, y la compañía teatral La Tristura, una de las más interesantes de nuestro panorama escénico, Premio Injuve 2008 y creadora de intimistas y excelentes montajes como Materia prima o Actos de juventud.


En concreto, La Tristura ha puesto en marcha en en este barrio el Festival Salvaje, entre el 8 y el 10 de mayo. Un festival teatral de calle, donde, en gran medida, se rompe la barrera entre público y espectador, para que todos formen parte de la creación de la experiencia escénica. Así, se abunda en la faceta más antigua de las artes escénicas, que ya se explotaba en su orígenes en la antigua Grecia, y nos permite no solo representar lo que no somos, sino también construir escenas ficticias en las que recrear problemas de nuestra sociedad y discutir soluciones.


El programa del festival es insuperable: este viernes 8 de mayo, la plaza del Espinazo de San Cristóbal acogerá, a las 20h, el excelente montaje Dominio público, del dramaturgo de pedigrí Roger Bernat (Barcelona, 1968), decidido con sus piezas a transformar al espectador en “espect-actor”. En un momento donde los políticos se comportan como actores, en esta pieza se propone que los espectadores, que son parte de la acción, se comporten como políticos. La estructura de los espectáculos de Bernat es impersonal, abstracta. El espectador llega a un escenario vacío, donde solo encuentra unos dispositivos e instrucciones con los que construye algo junto con el resto del público. Quizá así pueda preguntarse a dónde nos lleva esta impersonalidad que nos rodea.


El sábado 9 de mayo, también a las 20h y también en la Plaza del Espinazo, , la compañía El Conde de Torrefiel, que lideran liderada por Pablo Gisbert y Tanya Beyele y se expresa con obras libres, de humor absurdo y que aborda temas complejos como el franquismo, nos propone su sorprendente montaje Observen cómo el cansancio derrota al pensamiento, que aúna filosofía, baloncesto y rock and roll, y lleva desde 2011 rodando por el mundo. Por último, el 11 de mayo, a las 20h, la Plaza Espinazo celebrará el estreno absoluto de Take a walk on the wild side, de Emilio Rivas, basado en un recorrido por San Cristóbal.


www.tea-tron.com/salvaje/blog