Con Apuntes para una película de atracos (2018), León Siminiani regresa al territorio del documental experimental que ya tratase en su anterior, y más que notable, Mapa (2012). El procedimiento, a modo de diario documental, es muy similar. Al menos, en su arranque y en su superficie.

Siminiani plantea su película, como indica su título, como un cuaderno visual de apuntes basado en una investigación con el propósito de realizar una película de atracos, algo que, según confiesa al inicio, es uno de sus sueños. Para ello, se adentra en el caso del llamado “Robin Hood de Vallecas”, bautizado en el documental como el Flako, un butronero que desde 2010 realizó siete golpes a entidades bancarias a través de este modus operandi y que fue detenido, finalmente, en 2013 durante su último golpe. Siminiani tiene en mente, según ha declarado, cuatro películas básicas del cine de robos y atracos: Rififí (1955), de Jules Dassin, Bob el jugador (1956) y El círculo Rojo (1970), de Melville, y La evasión (1960), de Jacques Becker (en este caso, de huida carcelaria). También tiene en el recuerdo el cine policiaco español de los años cincuenta. Pero no son referencias que utilice de manera directa, sino que aparecen en Apuntes para una película de atracos como fondo, como aquello a lo que en teóricamente aspirar en una futurible película del género. Su documental, de hecho, lo es.

'Apuntes para una película de atracos', de León Siminiani

Siminiani comienza Apuntes para una película de atracos en primera persona, exponiendo el arranque de su trabajo y de su investigación a la par que enfrentándose a su paternidad. Después, cuando logra entablar contacto con el Flako, este poco a poco roba el protagonismo de la película, y Siminiani se lo cede para que (se) exponga, siempre bajo el anonimato con máscara mediante, hablando sobre su vida y su pasado, sobre cómo organizaba los atracos (regalando algunas secuencias magníficas por la transformación del realismo en surrealismo), sobre cómo vivir su presente y mirar hacia el futuro y, de paso, permitiendo una suerte de redención por sus actos que tienen un raíz ciertamente honda. Pero en todo momento sin perder un agudo sentido del humor que recorre la película y una suerte de modestia que sirve a Siminiani para hablar, no solo sobre los mecanismos que la están construyendo, también de la ficción y la realidad, de cómo aquella construye en algunos casos a esta, del uso de la imagen para reconstruir el pasado a partir de diferentes formatos y posibilidades documentales, así como para conformar el retrato de un personaje con todas sus contradicciones.

'Apuntes para una película de atracos', de León Siminiani

Con Apuntes para una película de atracos, Siminiani ha realizado un documental cuya apariencia puede dar a entender que estamos ante una película de poca ambición y sencilla, cuando en realidad hablamos de un trabajo de gran hondura reflexiva sobre los mecanismos de la narración cinematográfica que se abre hacia diversos aspectos asumiendo un cierto carácter amateur que aporta un toque desinhibido que hace de la nueva película de Siminiani una de las mejores experiencias cinematográficas españolas del año.