El periodista Alejandro Requeijo ha publicado un alegato sobre un fútbol que está muriendo. Invasión de campo: Un manifiesto contra el fútbol como negocio y en defensa del aficionado es una obra que analiza la situación del fútbol moderno desde el punto de vista del hincha. Reivindicando una conciencia de clase. En defensa de aquel que va cada fin de semana a su estadio a defender un escudo. Ese ser cada vez más translúcido, convertido en consumidor y cuyo alma está dejando de alimentar los estadios. Dejándolos escuálidos.

A lo largo de la publicación, Requeijo aborda temas como la dictadura de las televisiones, ejemplos a seguir, la ocultación del aficionado en pos del dinero y también recuerda algunas publicaciones en las que participó como periodista de El Confidencial, tales como los audios de Florentino Pérez o Supercopa Files, donde se revelan oscuros negocios de la RFEF y su presidente, Luis Rubiales.

"El título del libro es una metáfora por partida doble. Por un lado viene a denunciar que agentes externos a los intereses del hincha han invadido nuestros estadios hasta el punto de expulsarnos, ya sea por los precios de las entradas, por normas absurdas, por decisiones incoherentes, ajenas y a los derechos y a la legitimidad que tiene el aficionado", confiesa. Asimismo, Requeijo añade que antes "era más bonito, más emocionante, más auténtico. El libro tiene cierta vocación de que los aficionados tomemos conciencia de clase".

Tal y como refleja Requeijo, "los clubes de fútbol se gestionan con mentalidad empresarial, donde solamente sirve mejorar los datos del año anterior, sobre todo los económicos". Asimismo, añade que "incluso en el propio aficionado ya empieza a calar un mensaje basado única y exclusivamente en el dinero y no tanto en conceptos que explican mucho mejor lo que es el fútbol, como la pasión, la vinculación, la pertenencia, o la comunidad".

El periodista, hace un canto a la importancia del estadio: "Reivindico que el fútbol no es un programa de televisión y su esencia está acudiendo al estadio". Según él, "los estadios tienen una identidad propia y veo que en los últimos años ese relato en el que solamente vale el dinero".

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