Canelones de calabacín con jamón y queso.

¿Con qué?

Dos calabacines de regular tamaño, trescientos gramos de jamón cocido y queso en lonchas, una cebolleta, tres tomates grandes maduros, aceite de oliva, pimienta, sal y vinagre balsámico.

¿Cómo?

Pelamos los calabacines y los cortamos en finas tiras, cortamos las lonchas de jamón de la misma medida y las lonchas de queso. Colocamos la tira de calabacín, encima el jamón y el queso y enrollamos, así sucesivamente con todas las tiras de calabacín que situamos en una fuente de horno, rociamos con unas gotas de aceite de oliva y vinagre balsámico, salpimentamos e introducimos en el horno a 160º  C durante quince minutos. Entretanto en una sartén pochamos la cebolleta cortada en dados con dos cucharadas de aceite a fuego lento, a los diez minutos añadimos los tomates pelados, sin pepitas y cortados en dados, dejamos que pochen bien, salamos, pellizcamos con azúcar y vertemos sobre los calabacines, dejamos en el horno diez minutos más. También se puede servir por separado, calabacines y salsa de tomate.

Croquetas de marisco y ensalada.

¿Con qué?

Cien gramos de gambas peladas, cien gramos de langostinos pelados, una docena de mejillones al natural, una cebolleta, una cucharada de harina, pan rallado, dos huevos, aceite de oliva, mantequilla, leche y sal. Para la ensalada, una lechuga orejona, un tomate, una cebolleta, aceite de oliva virgen extra, sal y vinagre de Jerez.

¿Cómo?

Cortamos en trozos muy pequeños los mejillones, las gambas y los langostinos y escaldamos en una sartén con una cucharada de aceite y un diente de ajo machacado, quitamos el ajo y reservamos los mariscos. En la misma sartén echamos una cucharada de mantequilla y una de aceite, pochamos la cebolleta muy cortada, añadimos una o dos cucharadas de harina, removemos, retiramos del fuego, vertemos leche y empezamos a mover con cuchara de madera, ponemos la sartén al fuego, medio, movemos la mezcla para que se espese, salamos y añadimos los mariscos escaldados; cuando esté suficientemente cuajada la bechamel la depositamos en una fuente para que se enfríe en la nevera -es mejor prepararla el día anterior y dejarla por la noche en la nevera-. Al día siguiente con dos cucharas cogemos una bola de bechamel, pasamos por el huevo batido, empanamos y freímos en abundante aceite bastante caliente. Para la ensalada preparamos una vinagreta con la cebolleta cortada en dados, el tomate en trocitos, aceite de oliva, vinagre de Jerez y sal que esparcimos sobre la lechuga lavada y cortada en tiras de dos centímetros.

Yogur helado,
como hemos sugerido en otros días o comprado el que ofrecen ahora varias marcas para guardar en el congelador.