El turismo gastronómico en nuestro país es exquisito, al nivel, o incluso por encima de otros países de Europa famosos por su deliciosa cocina. En esta ocasión, el hambre de nuevas experiencias nos traslada inevitablemente al pueblo vasco de Zarautz, donde creció uno de los mejores cocineros que hay en España, Karlos Arguiñano. Esta pintoresca localidad ubicada en la costa guipuzcoana es conocida principalmente por su impresionante playa de 2,5 km, apodada "la reina de las playas".

Desde el siglo XIX, esta vasta extensión de arena ha sido un imán para turistas de todo el mundo, especialmente desde que la reina Isabel II la eligiera como su destino de verano favorito. Un hecho que marcó un punto de inflexión en la historia de Zarautz, atrayendo a la aristocracia española y fomentando la construcción de lujosas mansiones a lo largo de la costa. Estas impresionantes edificaciones simbolizaban el estatus y la opulencia de sus propietarios. Sin embargo, a partir de los años 70 y 80 Zarautz comenzó a transformarse en un destino vacacional más accesible.

Pero su origen se remonta al año 1237, siglos antes del nacimiento de la reina Isabel II. Durante ese periodo, Zarautz vivía de la pesca, aunque tras la desaparición de las ballenas del mar Cantábrico en el siglo XVI, los habitantes del lugar tuvieron que adaptarse y dedicarse a otras actividades como la construcción naval. Existe un rumor que cuenta que el astillero de Zarautz fue el lugar de construcción del Nao Victoria, el barco que realizó la primera vuelta al mundo bajo el mando de Juan Sebastián Elcano, originario del pueblo vecino Guetaria. 

¿Qué ver en Zarautz?

El principal atractivo de Zarautz en su playa de 2,5 kilómetros, destacándose como la más extensa del País Vasco y una de las más impresionantes del mar Cantábrico. Su arena fina y vistas espectaculares atraen a turistas de todo tipo, incluyendo familias con niños, parejas de todas las edades y, especialmente, surfistas.

Vistas de la playa de Zarautz, la más extensa del País Vasco.

Esta preciosa playa se organiza en tres zonas distintas: la parte oeste, ideal para familias y bañistas que buscan un lugar seguro y relajado; la zona central, un paraíso para los surfistas con sus olas desafiantes; y el extremo este, donde se disfruta de un ambiente más tranquilo, perfecto para aquellos que buscan relajarse y disfrutar del sol y el mar en solitario. Bordeando la playa, encontramos un encantador paseo marítimo adornado con esculturas y áreas de juego para niños. Este paseo no solo embellece la playa, sino que también se extiende hacia el oeste, llegando hasta la vecina localidad de Guetaria. 

Para una vista panorámica de Zarautz, el Mirador de Santa Bárbara es una parada obligatoria. Situado en el extremo oeste de la localidad, cerca de la ermita homónima, este mirador es accesible a pie a través de un camino que comienza en el parque Mutxio o Montetxio, rodeado de naturaleza y viñedos de txakoli. Desde este punto elevado, se pueden apreciar vistas espectaculares de la playa y la ciudad, ofreciendo un contraste perfecto con la vibrante vida de la playa. 

Vista panorámica de Zarautz desde el Mirador de Santa Bárbara, País Vasco.

Por último, a pesar de que el casco antiguo de Zarautz no es muy extenso, tiene varios rincones con encanto e historia. Paseando por la calle principal, Kale Nagusia, se encuentra la Torre Luzea, un ejemplo de la arquitectura defensiva vasca del siglo XV. Aunque no está abierta al público, su presencia es imponente. Frente a la torre se sitúa el mercado de Zarautz, un lugar perfecto para experimentar la vida local.

En el extremo oeste de esta calle, se erigen la iglesia gótica de Santa María la Real y la Torre Zarautz, formando un complejo arqueológico que narra la historia de Zarautz desde el siglo V antes de Cristo. Además, la Torre Zarautz alberga el Museo de Arte e Historia, siendo el edificio más antiguo de la localidad. El Palacio de Narros, situado en el extremo oeste y en primera línea de playa, es otra joya arquitectónica que, aunque es una residencia privada y solo puede ser admirada desde el exterior, añade un toque de elegancia e historia a la panorámica de Zarautz.

Zarautz, directo al paladar

Como mencionábamos anteriormente, Zarautz brilla particularmente por su oferta gastronómica. Esta localidad costera se destaca por sus exquisitos platos de pescado y mariscos, reflejo de su privilegiada ubicación geográfica. La diversidad culinaria de Zarautz satisface todos los paladares y presupuestos, convirtiéndola en un destino gastronómico por excelencia.

Los aficionados al pescado y marisco encontrarán en Zarautz un paraíso culinario: platos como la merluza a la koxkera, chipirones en su tinta y bacalao a la vizcaína son especialidades locales. Un plato distintivo del lugar y recomendado para todo visitante son los txipirones a lo Pelayo, una delicia que destaca entre la cocina de la región.

Aunque el marisco es protagonista, los entusiastas de la carne no se quedan atrás. Zarautz ofrece excelentes asadores donde se sirve el renombrado txuleton vasco, junto con ternera, cordero y pollo, criados en granjas cercanas y frecuentes en los menús de los restaurantes.

La experiencia gastronómica se completa con el txakoli, el vino blanco local, joven y ligeramente espumoso. Este vino, con una rica historia en la costa vasca, ha comenzado a ganar popularidad en los últimos años. Zarautz se sitúa dentro de la Denominación de Origen Getariako Txakolina, considerada la más prestigiosa y quizás la mejor variedad de txakoli.

El Hotel Restaurante Karlos Arguiñano

En el corazón del municipio, el Hotel Restaurante Karlos Arguiñano ofrece a los turistas una experiencia culinaria y de alojamiento única. Dirigido por la familia del renombrado chef Karlos Arguiñano, el hotel es una antigua mansión del siglo XVIII, renovada y lujosa. Con 20 habitaciones individualmente decoradas y vistas espectaculares al mar, el hotel promete confort y estilo.

Hotel Restaurante Karlos Arguiñano, en Zarautz, País Vasco.

Su restaurante es un referente en la cocina vasca, fusionando tradición e innovación con platos basados en productos de temporada. Además, el establecimiento cuenta con un bar y una terraza que da directamente al Cantábrico. Galardonado y reconocido, este hotel es el complemento perfecto para explorar la rica gastronomía de Zarautz.