“Chicago mola”, toda una declaración de intenciones. Así empieza ‘La mítica construcción de Chicago’, un nuevo volumen de la colección ‘Ciudades’, obra del catedrático de Ingeniería Civil y director de Política Estratégica del Grupo ACS, Miguel Aguiló. Aunque no es un libro pensado para el turismo, ofrece una visión única de la ‘segunda ciudad’ de EEUU despertando la curiosidad del viajero.

“Chicago es muy diferente de cualquier otra ciudad, a primera vista es como muchos otros sitios, pero cuando rebuscas ves que lo que parecía una historia lineal y simple tiene múltiples capas. Resulta muy curioso que la persona indispensable para hablar de la ciudad sea un gánster como Al Capone, pese a tener más de 100 Premios Nobel”, explica Miguel Aguiló a ElPlural. Para él Chicago, que es también la ciudad de Barack Obama, se acerca a la “categoría de un mito” y no es necesario explicarlo, “basta con verla”.

Miguel Aguiló, urbanista de ACS, nos traslada a Chicago, la ciudad que inventó los rascacielos
En el skyline de Chicago, ciudad que 'inventó' los rascacielos, destaca la Torre Willis, conocida anteriormente como Torre Sears (edificio oscuro que se eleva a la derecha casi hasta el horizonte), que con 442 metros fue el edificio más alto del mundo durante veinte años

“Ha crecido a velocidad de vértigo y no es la más grande, pero sí una de las mejores ciudades del mundo”

Chicago ha vivido con el estigma de ser la segunda ciudad de EEUU -y ya ni siquiera eso, ya que ha sido superada por Los Ángeles-, pero los chicagüenses han sabido hacer de la necesidad virtud y lo han convertido en motivo de orgullo. En realidad, es una ciudad muy joven: nació en 1833 con menos de 200 habitantes cuando Nueva York, por ejemplo, tenía ya más de 150 años de historia. “Ha crecido a velocidad de vértigo y no es la más grande, pero sí una de las mejores ciudades del mundo”, enfatiza Miguel Aguiló.

Chicago está entre el lago Michigan y el río Illinois, uno de los principales afluentes del Mississippi. Sus primeros pobladores no dudaron del importante valor estratégico que tenía ya que conectaba por un lado con el Océano Atlántico, a través del río San Lorenzo y los Grandes Lagos, y por otro, con el Golfo de México, a través de los ríos Des Plaines, Illinois y Mississipi. Sin embargo, lo que parecía un lugar óptimo para vivir se convirtió en una carrera contra las dificultades.

El primer reto fue luchar contra el agua y convertir este privilegiado lodazal en un lugar apto para vivir. Idearon un sistema de canales para drenar la ciudad, pero el cauce del río Chicago estaba cada vez más contaminado por la falta de flujo. Además de provocar epidemias, la basura acumulada agravó el incendio que asoló la ciudad en 1871, haciendo que se propagara a ambas orillas.

“El incendio de Chicago fue la verdadera oportunidad de la ciudad para iniciar una reflexión sobre cómo había que construirla y hacerla de una manera espléndida que nos ha llevado hasta ahora y que la convierte en una de las mejores ciudades de Estados Unidos”, nos explica Miguel Aguiló. Esa reflexión llevó a revertir el curso del río para solucionar definitivamente el problema. “Sacan el agua limpia del lago y se llevan la porquería hacia el otro lado, para que se vaya depurando de forma natural en su camino hasta el Missisippi”, añade.

“Es una ciudad muy dura, muy peleona, muy bronca y, por otro lado, muy fascinante”

Cree que la palabra clave que define a Chicago es “resiliencia”. Se trata, explica, de una ciudad que ha tenido que luchar por todo y eso forma parte de su encanto. “Es una ciudad muy dura, muy peleona, muy bronca y, por otro lado, muy fascinante”, describe.

El antes y el después de los rascacielos de Chicago, en primer plano el Wrigley Building (1924), con 30 plantas de altura y detrás, la Torre Trump (2009), con 98 plantas
El antes y el después de los rascacielos de Chicago, en primer plano el Wrigley Building (1924), con 30 plantas de altura y detrás, la Torre Trump (2009), con 98 plantas

La ciudad que inventó los rascacielos

 “La ciudad está en una zona muy llana y muy pantanosa, pero los edificios se hundían porque el terreno era muy blando. De ahí sale la famosa Escuela de Chicago, un estilo arquitectónico que idearon para hacer edificios altos que no pesaran. Se inventaron una manera de hacer las cimentaciones para que las torres no se hundieran y unas estructuras de esqueleto, que son las mismas que vemos hoy en día en todos los edificios”, asegura poniendo en valor esta revolucionaria forma de construcción más ligera que no tardaría en ser imitada en todo el mundo.

Entre los edificios más destacables de los inicios de la Escuela de Chicago encontramos el Tacoma Building (1889), el Rookery Building (1886) -que cuenta con un excepcional patio con una cubierta de hierro y cristal y la Cámara de Comercio (1889)-. Los actuales rascacielos no hubieran sido posible sin sus soluciones arquitectónicas. Como curiosidad, este término (skyscraper), se utilizó por primera vez en 1889, en el periódico 'Chicago Tribune' y en la principal revista técnica de ingeniería, 'Engineering News', editada en Nueva York, en un artículo dedicado precisamente a las torres de Chicago.

Otros hitos ya del siglo XX son la sede del Chicago Tribune, construida en 1922, una torre con una clara inspiración gótica que se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad, el Centro John Hancock (1969) o la Torre Willis (1973), que fue durante 20 años el edificio más alto del mundo.

El Metro Elevado de Chicago se abrió al público con 30 km de recorrido, uniendo el centro de Chicago con los suburbios en cinco minutos
El Metro Elevado de Chicago se abrió al público con 30 km de recorrido, uniendo el centro de Chicago con los suburbios en cinco minutos

Un metro elevado para conectar con el loop

La ciudad ha crecido muchísimo, pero mantiene su núcleo original prácticamente igual que en la segunda mitad del siglo XIX. Se trata de una zona pequeña, de unas diez manzanas, que provee de servicios y de oportunidades de trabajo a otra muchísimo más amplia con edificios bajos. Ese downtown de Chicago concentra dos o tres millones de habitantes y no ha crecido desde 1855”, explica Miguel Aguiló para subrayar que el conjunto de la ciudad no se entendería sin ese centro. “Es curiosa la forma en que se interrelacionan ambas zonas. Allí el sistema clave es el transporte, que también resulta muy peculiar, con ese famoso metro elevado que hemos visto en multitud de películas. Su estructura de hierro monta un estruendo tremendo porque se hizo hace ya más de un siglo, pero permite recorrer la ciudad en una manera muy eficaz, conectando las afueras con el centro”, añade.

El Metro Elevado de Chicago empezó a funcionar en 1892 y es uno de los más antiguos del mundo. Se trata de un trayecto de forma rectangular alrededor del distrito financiero de la ciudad. Tanto al circuito como a la zona se le conoce popularmente como The LoopEn su inauguración se dijo que era el mejor ferrocarril elevado del mundo y la aplicación ferroviaria más amplia de la electricidad realizada hasta ese momento. Ahora se ha convertido en una de las infraestructuras del transporte más concurridas de EEUU.

Todos los puentes de la ciudad de Chicago son móviles, para permitir el tránsito de barcos
Todos los puentes de la ciudad de Chicago son móviles, para permitir el tránsito de barcos

Orgullosos de sus puentes móviles

Una de las singularidades de Chicago es su red de puentes móviles. El Loop está rodeado de agua y es necesario superar los dos brazos del río y el lago para salir de allí. “Todas las calles tienen su puente y todos son móviles para que puedan circular los barcos. Esto es una circunstancia extraña y muy notable. En París o Nueva York, por ejemplo, se priorizan las calles grandes, pero aquí hay una perfecta continuidad de la cuadrícula por encima del río, con puentes móviles”, nos aclara y añade que es un patrimonio cultural del que se sienten sumamente orgullosos: “Las guías turísticas los detallan, te los enseñan y hay incluso un museo de los puentes móviles”.

En Chicago puedes encontrarte esculturas de Picasso en plena calle
En Chicago puedes encontrarte con la obra de grandes artistas como Picasso, como esta colosal escultura situada en la plaza del Centro Cívico, una pieza sin nombre que el malagueño regaló a la ciudad en 1967

Arte en la calle

Le preguntamos qué es lo que destacaría de esta ciudad, que califica de “mítica”. Contesta sin dudar, por un lado, la red de puentes móviles y por otro, la integración que han hecho del arte contemporáneo en las calles para asombro y disfrute de todos. “Allí son capaces de configurar un espacio entero de la ciudad para dar realce a una escultura. Pero claro, el autor es Picasso o Marc Chagall, por ejemplo. Grandes artistas, muy famosos, no sólo dignifican esas plazas, sino que logran transformar los espacios. Es algo digno de verse y de estudiarse porque es un caso bastante único”.

Esta es una de las imágenes más icónicas de la ciudad, conocida popularmente con The Bean
La escultura Cloud Gate, conocida popularmente como The Bean, de Anish Kapoor

Una de las imágenes más icónicas de la ciudad es el Cloud Gate, una imponente escultura de Anish Kapoor que ha sido rebautizada como The Bean (el haba). Se trata de una superficie curva formada por placas de acero inoxidable que está en permanente diálogo con la ciudad, reflejada en la superficie metálica. Según se rodea la pieza, el panorama va cambiando y, si se pasa por debajo, podemos ver nuestra imagen duplicada en un curioso ramillete de prismas redondeados. 

Para concluir, copio una frase de Miguel Aguiló que forma parte del libro y que resume muy bien la grandeza y el espíritu de Chicago “En una ciudad donde el río va hacia arriba, un gran incendio es una promesa o un museo industrial dedica su espacio a las huelgas, no hay lugar para el asombro”. Y, sin embargo, resulta asombrosa y sorprendente.