El reconocido ingeniero y urbanista Miguel Aguiló es un apasionado de las ciudades. Se ha recorrido medio mundo para analizar las urbes más destacadas del planeta. Cada año, este catedrático de Ingeniería Civil y Director de Política Estratégica del Grupo ACS, nos sorprende con un nuevo tomo de su colección ‘Ciudades’. Ni la pandemia de la COVID 19 ha evitado que este infatigable viajero siga ofreciéndonos su singular visión de las que considera ciudades emblemáticas.

Este año nos traslada a Vancouver, en la costa Oeste de Canadá, una ciudad muy joven, con apenas 150 años de vida y que se ha convertido en una de los enclaves comerciales más estratégicos del mundo. Cuenta con una amplia oferta cultural, impresionantes paisajes y una forma de vida muy interesante, tanto para el visitante como para quien decida instalarse allí.

La isla de Nootka fue descubierta a finales del siglo XVIII por el capitán Juan Bautista Bodega y Quadra

Los primeros europeos que desembarcaron en Vancouver y navegaron por sus costas fueron marinos españoles

Vancouver alberga, además, un importante capítulo de la historia de España completamente desconocido para la inmensa mayoría. Fueron marinos españoles los primeros europeos que navegaron por estas costas. El capitán Juan Bautista Bodega y Quadra, antepasado de Tomás de la Quadra-Salcedo, conquistó la isla de Nootka, al norte de Vancouver en 1775.

Los ingleses no tardaron tiempo en darse cuenta del valor estratégico de la zona y se enfrentaron a nuestro país por el control de estas costas en un momento en que el imperio español iniciaba ya su cuesta abajo. La Guerra de los 7 años entre España y Gran Bretaña había dejado muy debilitada a la Armada Española mientras que se fortaleció el poderío marítimo británico. “Los ingleses tenían la obsesión de conectar el Atlántico y el Pacífico por tierra para poder comunicarse con sus barcos de una manera más o menos rápida, porque dar la vuelta por debajo de América del Sur llevaba mucho tiempo”, no explica Miguel Aguiló.

Su primer viaje a Vancouver lo hizo precisamente junto a Tomás de la Quadra-Salcedo, a principios de 2011. Este último, como buen aventurero que era, quiso seguir el rastro de su antepasado en la zona. “Fue un marino excepcional. No sólo descubrió aquellas costas, sino que también fue el primero en dibujar unos mapas de la zona, que ahora están tutelados en la Biblioteca del Capitolio, en Washington, en Estados Unidos”, nos explica Miguel Aguiló.

El emblemático Marine Building de Vancouver está decorado con todo tipo de motivos marinos e incluye relieves de buques míticos, entre otros, el de Quadra

Aunque los españoles claudicaron frente a los ingleses, dejaron un muy buen recuerdo de su paso por la zona. Encontramos tanto en la isla de Nootka como en Vancouver nombres de calles, plazas y edificios dedicados a los marinos españoles. Uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad, el Marine Building, es un orgulloso emblema de la importancia del comercio marítimo en la ciudad.

El edificio, de 28 pisos, fue el más alto hasta la construcción de las grandes torres modernas. Está decorado con todo tipo de motivos marinos e incluye relieves de buques míticos, entre otros, el de Quadra. 

La llegada del ferrocaril supuso la mayoría de edad para Vancouver como ciudad

Vancouver, según nos explica Miguel, era una ciudad imprescindible en la zona, pero no se formalizó como tal hasta su conquista por tierra, con la llegada del ferrocarril, conectándola con Monteal y Quebec. “Fue una aventura tremenda que llevó muchos años y mucho esfuerzo”, comenta.

El trazado de la línea ferroviaria transcurre por parajes impresionantes y las montañas Rocosas. Ante esta riqueza natural, no dudaron en aprovecharla construyendo hoteles en puntos estratégicos para atraer turismo. Esos hoteles continúan funcionando hoy en día y se han multiplicado. Desde 1886, fecha en la que se inauguró la ruta entre los dos océanos, constituyen uno de las mayores atracciones turísticas del país.

A lo largo del trazado del ferrocarril se construyeron numerosos hoteles para que los visitantes descubrieran las maravillas naturales de Canadá

Se construyeron numerosos hoteles a lo largo del trazado de la línea ferroviaria para que los visitantes pudieran descubrir las maravillas naturales de Canadá

Con el fácil acceso por ferrocarril, las cumbres de las Rocosas comenzaron a atraer a alpinistas y montañeros de todo el mundo. Además de montañas y bosques, el país está lleno de grandes cascadas, glaciares, lagos y paisajes maravillosos.

Las riquezas paisajísticas de Vancouver y alrededores no tienen parangón

Vancouver goza de una climatología menos extrema que en otras zonas de Canadá. “Al estar al lado del mar, llueve más, pero el clima está más atemperado y no hace tanto frío”, nos explica Miguel Aguiló. Casi nunca nieva, excepto en las montañas y las temperaturas máximas en verano rondan los 22º y en invierno los 7º.

"Vamos a tener que construir para protegernos de un medio ambiente cada vez más hostil”

A pesar de ser una ciudad rodeada de parajes naturales increíbles, sufre también las consecuencias del cada vez más preocupante cambio climático. A apenas un centenar de kilómetros de la ciudad, se registraron las temperaturas más altas del país, de casi 50º, y provocaron incendios terribles.

“Se demuestra que, hasta en sitios tan naturales como puede ser el Pacífico norte de Canadá, el cambio climático puede generar unos desastres inconcebibles”, enfatiza. “Al final el hombre tendrá que refugiarse en la ciudad cuando el clima se nos ponga muy adverso. Es curiosísimo, pero se ha demostrado lo que hasta ahora se tomaba como una afrenta al medio ambiente, ahora va a ser al revés y vamos a tener que construir para protegernos de un medio ambiente cada vez más hostil”, concluye.

Vancouver en particular y Canadá en general, se toman muy en serio el desafío del cambio climático. La sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente son los ejes transversales presentes en todas sus actuaciones. Por ejemplo, ACS ha construido Fort Saint John, una central eléctrica a unos 1.200 kilómetros al norte de la ciudad que produce energía limpia para toda el área de Vancouver, con una afección mínima al medio ambiente.

“Es una central de esas que no requiere embalse, sino que se eleva la cota del río para que la diferencia de nivel produzca potencial”, explica Aguiló. La constructora también ha participado en la ampliación tanto del puerto antiguo como del nuevo.

El nuevo puerto de Vancouver se ha construido sobre un brazo artificial ganado al mar para que puedan fondear los barcos de mayor calado

La ciudad se ha ido extendiendo cada vez más a partir de un núcleo muy pequeño que alberga lo que llamaríamos el casco antiguo o downtown. Combina dos formas de vida en perfecta sintonía, elevados rascacielos y viviendas unifamiliares. “Han elegido un modelo que es concentrar en varios núcleos de torres altas de rascacielos las viviendas y en esos puntos ponen estaciones de un metro elevado que circula por todos lados y es excelente”, asegura Miguel Aguiló.

Una de las cosas que más le han llamado la atención en esta ciudad es que los coches no suponen ningún problema. Hay grandes garajes cerca de las diferentes estaciones para que las personas que viven más lejos puedan dejarlos y continuar su trayecto en transporte público. En cualquier caso, añade, el diseño de la ciudad está hecho “para minimizar los desplazamientos cotidianos obligatorios del trabajo, de manera que, viviendo cerca de esos conjuntos residenciales, tienes un recorrido de rápido por esos metros hasta tu centro de trabajo”.

Vancouver es una ciudad en la que conviven de forma armónica enormes rascacielos y viviendas unifamiliares

Vancouver lideró durante 9 años consecutivos el ranking de las 10 ciudades más habitables del mundo

Para él, sin duda, es una de las ciudades más acogedoras del mundo para vivir. Entre 2002 y 2011 ocupó el primer puesto del ranking de las 10 urbes más habitables del planeta, elaborado por la Economist Intelligence Unit (EIU). Pasó después al puesto número tres y en 2019 figura en sexto lugar de este exclusivo top ten en el que hay, además, otras dos ciudades canadienses: Calgary y Toronto.

Entre los principales atractivos de la ciudad, tal y como explica Miguel Aguiló, están sus árboles, en perfecta sintonía con la ciudad, y la amabilidad de sus habitantes. Al ser una ciudad multicultural, su gastronomía también lo es, con una importante presencia de la cocina asiática. Cuentan con una carne excelente y un salmón riquísimo.

El turista puede navegar desde la ciudad hasta islas o fiordos increíbles y avistar ballenas. Está todo cerca y se puede utilizar también un hidroavión, un modo de transporte muy frecuente en la zona. Las Montañas Rocosas son, sin duda, otra de las maravillas con las que la naturaleza ha dotado a este país, pero están un poco lejos de la ciudad. Más cerca hay una cordillera costera donde encontrar atractivas rutas naturales. Asimismo, encontramos un ferrocarril que transcurre en paralelo por el río Yukon y a unos 60 kilómetros encontramos Seatle, ya en EEUU. Si viajas en invierno, entre la ciudad estadounidense y Vancouver hay varias estaciones de esquí.