Guía Repsol ha lanzado la edición otoño-invierno de sus Soletes, los premios con los que quiere reconocer a los bares, mesones, tascas, sidrerías, chiringuitos o tabernas de barrio. Un total de 1.000 establecimientos de toda España se suman a este singular club que nunca saldrán en el top de las guías más selectas, pero sí cuentan con el favor popular. Estos locales son una referencia en nuestros pueblos, barrios o ciudades por su originalidad, sus tapas o menús deliciosos, su encanto y un ambiente que te invita a volver una y otra vez. Estos nuevos Soletes se suman a los lanzados el pasado mes de junio y que constituyen la mejor guía para moverte por toda España y a precios imbatibles. "Hemos querido estar cerca de la calle, ofrecer opciones a personas con ticket medio, que puedan disfrutarse cotidianamente", asegura María Ritter, directora de Guía Repsol.

"El nivel gastronómico de este tipo de establecimientos es estratosférico"

Para comer bien en nuestro país no es necesario ir un restaurante plurilaureado -que también, pero no está al alcance de cualquier bolsillo-. En todos los barrios existe ese local donde tapear, comer o simplemente pasar un rato se convierte en adicción. Son muchos y seguramente deberían ser muchos más. Hemos recorrido junto a Guía Repsol tres de estos establecimientos en el barrio de Lavapiés, uno de los más antiguos de Madrid donde convive su irrenunciable esencia castiza y la fusión multicultural. Tradicionales tabernas, locales de comida asiática, indios... todo lo que puedas imaginar lo encuentras. Puedes empezar eligiendo la terraza perfecta para degustar un café con tortilla de patatas o una tosta llena de sabor, y seguir con un vermú que se convierte en comida-merienda-cena. "Lavapiés está en un momento buenísimo, hay una gastronomía muy buena, muy diferente y muy diversa", comenta Ritter. Y añade rotunda: "El nivel gastronómico de este tipo de establecimientos es estratosférico"

La Caníbal cuenta con una amplia gama de vinos que se sirven de grifo, por copas o en frascas

Nuestra primera parada es en La Caníbal (Argumosa, 28), donde aparece reflejada la evolución que ha hecho el barrio desde la tradición a la modernidad. Del mesón tradicional conserva sus platos de siempre, que se degustan en un acogedor local con mesas corridas. Pero lo más singular son sus frascas de vino y cervezas artesanas, que se sirven directamente del grifo, un concepto muy poco extendido en España. Pegado a su alma mater, el restaurante gallego O'Pazo de Lugo, y con el que se comunica, reivindica los sabores tradicionales, de temporada, enfocados al pequeño productor, todo ello con un toque innovador y moderno. Sirven todo tipo de quesos, sobre todo gallegos y cómo no, el queso Savel, permiado en el Salón Gourmet como el mejor queso azul de España. Y para completar un picoteo perfecto, sus croquetas de chipirones y huevos rotos con pulpo a la gallega se merecen un diez. 

"Hemos vuelto al concepto antiguo de rellenar la botella, mucho más sostenible"

El vino se puede consumir en el locar y también te lo puedes llevar a casa. Tienes que comprar una botella, como las de gaseosa de toda la vida, con tapón hermético y el logo de La Caníbal, que se puede reutilizar tantas veces como se quiera. "Hemos vuelto al concepto antiguo de rellenar la botella, mucho más sostenible", nos explica Javier Vázquez, director y propietario del establecimiento. Lleva 20 años al frente de O'Pazo de Lugo y hace tres años se embarcó en esta apuesta "atrevida, enfocada en el pequeño productor". La sostenibilidad forma parte del ADN de negocio: cocina cercana, de temporada, muy pegada al pequeño productor. "A la hora de elegir un vino tenemos en cuenta que se hagan las cosas de la manera más respetuosa posible, respeto a la climatología, al propio viñedo, que no se utilcen tratamientos químicos y que la enología sea lo menos intervencionista posible.", nos explica.

Yeca Estrit Fud te traslada los sabores de los puestos callejeros del Sudeste asiático

En la calle Tribulete 10 encontramos Yeca Estrit Fud, donde el chef argentino Germán Bernardo y su socio José María Aquino nos trasladan a Asia con una carta de apenas nueve platos de entre 4 y 12 euros. Estos dos jóvenes han sabido plasmar en su pequeño establecimiento los sabores callejeros del sudeste asiáticodumplings fritos con salsa de vinagre negro y rellenos de kimchi, tofu y boniato asado o curry verde de pollo con calabaza. Cuenta con una cocina vista y un mobiliario sencillo, muy poco sofisticado que le da un toque natural, sin artificios, muy acogedor. Llevan apenas 5 meses en el barrio y les auguramos un futuro muy prometedor, con ampliación urgente del negocio, ya que cuenta con apenas 5 mesas.

Un sabor muy tradicional y castizo de La Lorenza, callos a la madrileña

La Lorenza (Calle Dr. Piga, 3), llegó a Lavapiés hace dos años de la mano de Xan Otero y Claudia Rodríguez con una apuesta por la cocina gallega tradicional aderezada con sabores asiáticos. El truco de su éxito combina respeto al producto, siempre de buena calidad y un delicado equilibrio entre el respeto a las raíces y la innovación. Para ellos "la mejor receta que existe es la pasión, pasión que se transmite en cada bocado".

En ese equilibrio buscado entre tradición e innovación, encontramos un local que conserva la esencia de las tabernas de siempre, con su barra de aluminio y las paredes alicatadas con cerámica con motivos azules, y un acogedor comedor que invita a largas sobremesas. Entre sus platos estrella están la tortilla con huevos de gallinas de Mos, el canelón de manitas de cerdo, rabo de vaca y setas o la tarta japonesa de queso gorgonzola. 

La ruta de Soletes por el barrio de Lavapiés pasa también por La Fisna (Amparo, 91), una vinacoteca con aire francés, un especial cuidado de los vinos de Jerez y una carta muy sugerente: rabo de toro, patatas revolconas o croqueta de cecina con queso San Simón. Los Porfiados (Calle Buenavista, 18), un local de cocina casera internacional a precio razonable; La Esperanza (Torrecilla del Real, 3), un local vintage de cocina mediterránea donde conviven la ensalada Zuchinni con burrata, con el hojaldre de Camembert o el cuscús siciliano. Badila (San Pedro Mártir, 6), una casa de comidas donde se sirven los mejores menús del día de la zona, según algunos y que cambia los platos cada temporada. Cascorro Bistrot (Plaza del Cascorro, 21), un local de cocina francesa y vinos nautrales que ofrece por las tardes, además, actividades culturales. Casa Pachuco (Tres Peces, 15), que ofrece platos diferentes, con opciones vegetarianas, vinos de calidad y buena música. Por último, Cafelito (calle Sombrerete, 20), donde encontramos una amplia carta de cafés (también para los no muy cafeteros), infusiones y licores para los paladares más exigentes. De estética vintage, el local ofrece música jazz y soul de fondo y libros para llevar a casa siempre y cuando dejes otro.

Nuestro recorrido se ha ceñido al barrio de Lavapiés, pero hay 1.000 Soletes otoño-invierno repartidos por toda España, que se suman a los 1.000 de verano. Si quieres consultar la lista completa, pincha aquí.