En ocasiones, es complicado distinguir si el alimento que estamos comprando y consumiendo es un ultraprocesado o un procesado saludable. Como las diferencias nutricionales y de producción que existen entre ambos son severas, es conveniente conocer la manera de diferenciarlos. Así, para poder distinguir si un alimento es ultraprocesado o no, Javier Sánchez-Perona, químico y tecnólogo alimentario e investigador del CSIC, nos da la pauta: la Clasificación NOVA. Se trata de cuatro sencillos puntos que nos ayudan a saber cuál es el procesamiento de un alimento. Esta definición cuenta, además, con la aprobación de la comunidad científica. La Clasificación NOVA determina que un alimento es un ultraprocesado si:

1- Cuenta con un elevado grado de procesamiento industrial.

2- Es un alimento en el que no se puede reconocer la materia prima.

3- Contiene grandes cantidades de azúcar, grasas saturadas, o sal.

4- Contiene ingredientes que uno no tiene en su casa, y en particular, los aditivos que se añaden para mejorar su atractivo, como los aglutinantes o espesantes que mejoran textura, así como aromas, colorantes y potenciadores del sabor.

Por otro lado, el investigador y autor del libro Los alimentos ultraprocesados llama la atención sobre los gazpachos o salmorejos envasados: "Tienen un grado de procesamiento alto porque tienen muchos ingredientes que se han procesado en la industria alimentaria pero no cumplen con las cuatro condiciones que hemos mencionado, de modo que no pueden considerarse un ultraprocesado". Con respecto a las salchichas, también advierte: “Depende. Si compramos unas salchichas en la carnicería que simplemente llevan carne y algún aditivo como conservante, no estaríamos ante un ultraprocesado. Sin embargo, si además de ello llevan, por ejemplo, un colorante para enrojecerlas, sí que se considerarían como tal. Es importante mirar todas las etiquetas y tener presente estos datos”.

“Tampoco serían ultraprocesados las ensaladas preparadas, salvo que la salsa que las acompañe cuente con estos aditivos o con mucha azúcar”, explica Sánchez-Perona. Las bebidas azucaradas, la bollería y los snacks son los ultraprocesados más consumidos. A continuación, vienen las hamburguesas veganas, hechas a partir de soja texturizada, o los platos listos para calentar en el microondas.

“Si los cereales que vamos a adquirir en el supermercado contienen únicamente copos de avena y azúcar, no se trata de un alimento ultraprocesado. Un yogur natural es un alimento procesado, pero tampoco es un ultraprocesado. Sin embargo, si el yogur con sabor a fresa es también azucarado, este producto sí lo es", afirma Sánchez-Perona en una entrevista con Europa Press.

El químico y tecnólogo de los alimentos recuerda que ‘cuantos menos ultraprocesados se consuman, mejor' y que, en caso de consumirlos, es preferible ‘tomar los menos perjudiciales’, es decir, aquellos con menor contenido en grasa, en azúcar, o en sal. Una vez aceptada la Clasificación NOVA, cada vez más estudios relacionan estos alimentos con determinadas patologías. Hay evidencia sólida en cuanto a la relación entre comer una cantidad desmedida de ultraprocesados y desarrollar síndromes metabólicos, diabetes, obesidad y enfermedad cardiovascular.