Congelar alimentos es una práctica común en los hogares, especialmente en aquellos habitados por pocas personas que son incapaces de comer rápidamente todo lo que se ha adquirido al ir al supermercado. Esta práctica, la de la congelación, es utilizada principalmente para prolongar la vida útil de los productos y hacer más sencilla la preparación de comidas durante la semana.

Aunque este hábito viene de atrás, una tendencia que ha cobrado popularidad recientemente es la congelación del pan. Hay quienes van diariamente a su panadería de confianza, pero, no obstante, por falta de tiempo o en muchas ocasiones por una cuestión de ahorro, otras familias prefieren comprar pan en cantidad en el supermercado y congelarlo para disfrutarlo en el momento en el que se precise.

Este alimento, que tiende a deteriorarse con rapidez, requiere compras frecuentes para mantenerlo fresco, especialmente el pan francés. Para evitar tener que comprarlo todos los días, muchas personas han optado por adquirirlo en mayores cantidades y conservarlo en el congelador, asegurándose de tener pan fresco siempre disponible para el desayuno.

Beneficios para la salud

Sin embargo, congelar el pan no solo facilita la vida cotidiana, sino que también ofrece un beneficio poco conocido para la salud intestinal, como explicó la nutricionista Beatriz González en su cuenta de TikTok. Según la experta, el proceso de congelación tiene efectos positivos en la microbiota intestinal. “Si eres de las personas que congela el pan y luego lo descongela a medida que lo consumes, estás favoreciendo la salud de tus bacterias intestinales de una manera muy beneficiosa”.

Pero, ¿qué sucede exactamente cuando congelamos el pan? Según González, el almidón presente en el pan experimenta un cambio durante la congelación: se transforma en lo que se conoce como almidón resistente, un tipo de fibra que el cuerpo humano no puede digerir completamente. Este proceso, denominado retrogradación, ocurre cuando el almidón se modifica y, al llegar al colon, sirve de alimento para las bacterias intestinales. Estas bacterias, a su vez, liberan butirato, un ácido graso esencial para el proceso digestivo. El butirato tiene propiedades antiinflamatorias que contribuyen al bienestar del sistema digestivo y otros órganos relacionados.

Por lo tanto, si alguna vez te has cuestionado si es conveniente congelar el pan francés, ahora puedes hacerlo sin preocupaciones, ya que no solo es práctico, sino que también beneficia tu salud intestinal.