La lavadora es probablemente la gran aliada de todos los hogares para hacer una limpieza rápida y con el mínimo esfuerzo. Sin embargo, no se suele prestar especial atención al saneamiento de este electrodoméstico. Y es que tendemos a pensar que con el detergente y el agua que utiliza para la ropa, ella sola se limpia en cada lavado.

Precisamente, debido a que trabaja con agua, la lavadora retiene humedad, lo que hace más fácil que pueda acumular moho y diferentes gérmenes y bacterias. Por eso, es imprescindible higienizarla adecuadamente para alargar su vida útil y que la ropa salga perfectamente limpia. Desde ElPlural.com te traemos unos consejos simples para limpiar tu lavadora por dentro con productos que seguro tienes en casa. 

Los pasos

Aunque parezca una obviedad, primero hay que lavarla por fuera. Para ello solo tienes que humedecer una bayeta con agua y jabón y pasarla por toda la superficie. También puedes diluir un poco de amoniaco y hacer el mismo proceso. De esta manera tu lavadora se quedará como nueva. Tras llevar a cabo este primer paso, toca empezar a higienizarla en su interior. Uno de los remedios caseros más efectivos es el vinagre, sobre todo el blanco, ya que elimina los malos olores y acaba con las bacterias. 

Empezamos por la goma de la puerta de la lavadora. Para limpiarla en profundidad apaga el aparato y tira un poco de ella sin sacarla del todo. En esta se queda incrustada mucha suciedad, por lo que lo mejor es diluir vinagre en agua caliente y frotar con un paño humedecido en esta mezcla. Tras esto, puedes repetirlo con un trapo mojado en un poco de lejía. En el caso de que queden manchas muy localizadas, usa un cepillo de dientes viejo y rasca sobre la superficie. En cualquiera de los casos, retira bien el sobrante. 

Los restos de suciedad e incluso de ropa se acaba acumulado en el filtro. Para un correcto aseo conviene retirarlo. Asegúrate que la lavadora siga desenchufada y pon en el suelo un trapo o una toalla para que absorba el agua que puede caer. Usa el vinagre diluido y sumerge el filtro. Deja que la mezcla actúe, enjuágalo, sécalo muy bien y vuelve a colocarlo en su sitio.

El vinagre, tu gran aliado

También es importante limpiar los compartimentos donde pones el detergente y el suavizante. En ellos pueden quedarse restos que se endurecen y pueden generar moho o gérmenes. Para eliminarlo solo necesitas agua y jabón o agua caliente y vinagre. 

En cuanto al tambor, lo mejor para limpiarlo rápidamente es añadir media taza de vinagre blanco en el dispensador del detergente y seleccionar un ciclo de lavado corto a una temperatura de 30 grados o más. Si tras esto consideras que todavía queda algo de suciedad, repite el proceso añadiendo en el cubilete un poco del detergente que usas para lavar la ropa. Para finalizar puedes poner otro ciclo corto en vacío o con tejidos viejos como toallas para enjuagarlo.

Este último paso hará que se acabe de limpiar bien todo el electrodoméstico y no queden restos en el interior. Sin embargo, es importante seguir unos consejos para que tu lavadora esté siempre como nueva. Límpiala cada tres meses; deja la puerta y las cubetas abiertas después de cada lavado para ventilar; revisa siempre los bolsillos de las prendas antes de meterlas; pon cada 15 días un ciclo corto con agua caliente y vinagre; y utiliza productos antical si el agua de tu zona contiene mucha. 

Importancia de una buena limpieza

Para conseguir unos buenos resultados de lavado de nuestra ropa es importante tener en buen estado nuestra lavadora. De vez en cuando este electrodoméstico exige una limpieza, ya que con los lavados va acumulando suciedad, generando al final malos olores que se notarán en las prendas.

Algunos consejos para tener limpia nuestra lavadora es evitar la sobrecarga, ventilar bien el tambor después de cada uso, limpiar la junta de la goma regularmente, limpiar el cajetín del detergente y utilizar de vez en cuando un producto específico para su cuidado. En el mercado hay diferentes tipos de limpia lavadoras que ofrecen unos buenos resultados por precios asequibles. Utilizarlos con cierta continuidad ayudará a nuestro electrodoméstico a olvidar los restos del jabón, restos de cal del agua o malos olores que se van acumulando con el paso del tiempo.

Tenerla limpia y en buenas condiciones también ayudará a alargar la vida y el funcionamiento del aparato, ofreciendo con ello mejores resultados.