A todos nos ha pasado alguna vez: estamos en medio de una conversación y, sin darnos cuenta, decimos algo que cambia el ambiente. De pronto, el tono se vuelve incómodo, la otra persona se cierra o simplemente deja de mostrarse tan abierta como antes. En la mayoría de los casos, no hay mala intención detrás. A veces ocurre por nervios, otras por costumbre o por no saber encontrar las palabras adecuadas en ese momento.

Hay ciertas expresiones que usamos con frecuencia y que, aunque parezcan inofensivas, pueden hacer que el otro se sienta juzgado, ignorado o fuera de lugar. Estas frases crean pequeñas barreras que dificultan la conexión con los demás y que, con el tiempo, pueden afectar la forma en que nos relacionamos.

Identificar estas frases no significa que tengamos que dejar de ser honestos o que debamos censurarnos en todo momento. Se trata, más bien, de prestar atención a cómo nos expresamos y de buscar un equilibrio entre la sinceridad y el respeto por las emociones ajenas.

A continuación, repasamos 15 frases habituales que muchas personas usan sin darse cuenta del efecto que pueden tener. El objetivo no es evitarlas por completo, sino aprender a comunicarnos con más empatía, cuidar el lenguaje que usamos y fomentar conversaciones más saludables y constructivas.

1. “Solo digo la verdad”

Esta frase suele aparecer después de un comentario brusco o poco considerado. El problema no es decir la verdad, sino cómo se dice. Saber comunicar lo que pensamos sin herir es una habilidad clave en cualquier interacción.

2. “No lo entenderías”

Decir esto puede cortar una conversación de raíz. Transmite que la otra persona no está a tu nivel o que no vale la pena explicarle algo. Quienes manejan bien las relaciones suelen buscar la inclusión, no la exclusión.

3. “Lo que sea”

Aunque parezca inofensiva, esta expresión sugiere que no te importa lo que se está hablando. También puede interpretarse como falta de interés en llegar a un acuerdo.

4. “Eso es una tontería”

Descalificar las ideas o intereses de los demás crea distancia. Si queremos que nos escuchen, lo primero es mostrar respeto por lo que el otro comparte.

5. “Cálmate”

Pocas frases generan más efecto contrario. En vez de tranquilizar, puede hacer que la otra persona se sienta juzgada o ridiculizada. Una alternativa más útil es preguntar: “¿Qué te preocupa?”

No se trata de censusar sino de utilizar frases que mejoren la comunicación.

6. “Ese no es mi problema”

Aunque a veces algo no sea tu responsabilidad directa, responder así transmite falta de empatía o de disposición para colaborar. Un poco de apoyo, incluso mínimo, puede marcar la diferencia.

7. “Me da igual”

Decir esto en medio de una conversación puede sonar a indiferencia total. Si alguien está compartiendo algo personal y recibe esta respuesta, es probable que no vuelva a abrirse.

8. “¿Por qué eres tan sensible?”

Esta frase invalida las emociones del otro. En lugar de juzgar cómo se siente, es más útil tratar de entender por qué se siente así.

9. “Te lo dije”

Aunque a veces cueste resistirse, soltar esta frase no ayuda. Más bien añade vergüenza a quien se equivocó. Escuchar sin reproches suele ser más constructivo.

10. “Estás equivocado”

Abrir una discusión con esta afirmación suele crear tensión. En cambio, decir “yo lo veo diferente” permite expresar una opinión sin poner al otro a la defensiva.

Empezar una discusión con esta afirmación suele crear tensión.

11. “Voy a hacer de abogado del diablo”

Usado con frecuencia, puede parecer que la persona solo busca llevar la contraria. En lugar de fomentar el diálogo, muchas veces interrumpe la conexión con los demás.

12. “Yo no lo haría así”

Aunque se diga con intención de ayudar, si nadie ha pedido tu opinión, esta frase puede sonar crítica. Saber cuándo y cómo hacer sugerencias es parte de una buena comunicación.

13. “Esto es un aburrimiento”

Expresar aburrimiento de forma directa, sobre todo en grupo, puede resultar ofensivo. Hay maneras más cuidadosas de proponer cambios sin despreciar lo que otros comparten.

14. “¿No sabes aguantar una broma?”

Cuando una broma no cae bien, esta frase evita asumir responsabilidad. Reconocer que algo pudo ofender y pedir disculpas suele ser más efectivo.

15. “Yo soy así”

Esta expresión se usa a menudo para justificar comportamientos que molestan a los demás. Pero tener una personalidad no implica que no podamos hacer ajustes para mejorar la convivencia.

Qué puedes cambiar en tus conversaciones

Si te reconoces en alguna de estas frases, no te alarmes. Todos tenemos momentos en los que no acertamos con las palabras. La clave está en observar, aprender y ajustar. A veces, un pequeño cambio en cómo decimos las cosas puede mejorar mucho nuestras relaciones cotidianas.