Los medicamentos inyectables para perder peso han supuesto un avance notable en el tratamiento de la obesidad. Sin embargo, su uso no está exento de riesgos. “La industria de la pérdida de peso ha encontrado su Santo Grial. Pero hay algo que no quieren que sepas”, advierte la doctora Inés Moreno, traumatóloga. “Los nuevos medicamentos inyectables para adelgazar han revolucionado la medicina, pero hay una complicación poco mencionada".
Moreno señala que esta complicación, emergente aunque poco conocida, es la aparición de bezoares, unas masas compactas de material no digerido que pueden generar serios problemas digestivos y quirúrgicos.
Los bezoares están en aumento
Aunque en la población general los bezoares son infrecuentes, Moreno señala que su aparición está aumentando entre quienes utilizan este tipo de tratamientos. “Son más comunes debido a la ralentización del vaciado gástrico que provocan estos fármacos. Eso favorece la acumulación de material no digerido”, explica.
Los bezoares pueden estar compuestos por fibras vegetales, pelo o incluso restos de medicamentos. Su presencia en el estómago puede dificultar la digestión y provocar síntomas como náuseas, vómitos, dolor abdominal e incluso obstrucción intestinal. “Tienen un nombre que parece sacado de una criatura mitológica, pero son una realidad médica seria”, añade Moreno.
Las consecuencias de esta complicación médica
El problema no termina ahí. En algunos casos, los bezoares requieren tratamientos específicos para ser eliminados. “Muchos pacientes necesitan intervenciones médicas: desde tratamientos farmacológicos y endoscópicos hasta cirugía”, explica la especialista.
Una de las situaciones más preocupantes se da en contextos quirúrgicos. “Una de las complicaciones más importantes es que el bezoar puede hacer que el paciente retenga alimentos incluso tras un ayuno quirúrgico adecuado, lo que incrementa drásticamente los riesgos en el quirófano”, advierte.
El riesgo más serio
El riesgo más grave, según Moreno, es que el contenido gástrico ascienda por el tubo digestivo durante la anestesia y sea inhalado por el paciente. “Podría ser mortal. Durante una intervención, ese material puede llegar a los pulmones y causar complicaciones respiratorias graves”, concluye.
Ante la popularidad creciente de estos medicamentos, especialistas como Moreno insisten en la necesidad de un seguimiento médico riguroso y en la importancia de informar adecuadamente a los pacientes sobre los posibles efectos secundarios. La prevención y el conocimiento siguen siendo claves en un contexto donde el adelgazamiento rápido no siempre va de la mano con la salud.