Hoy en España conviven dos formas antagónicas de hacer política: una que trabaja con datos, derechos y soluciones —la del Gobierno de Pedro Sánchez— y otra que se alimenta del ruido, la crispación y la mentira —la del Partido Popular de Alberto Núñez Feijóo—. Mientras el Ejecutivo progresista ha logrado avances sociales y económicos sin precedentes en un contexto internacional extremadamente difícil, la derecha ha optado por embarrar el terreno, bloquear las instituciones y atacar sin tregua no solo al presidente, sino a todo aquello que huela a justicia social, redistribución o dignidad laboral.
Porque los ataques que la derecha lanza cada día contra Pedro Sánchez, por tierra, mar y aire, no van solo dirigidos a él. Son también ataques contra millones de ciudadanos que se benefician de políticas que han mejorado sus vidas: trabajadores que ahora cobran un salario más digno, pensionistas con prestaciones más altas, jóvenes con más becas, mujeres con más empleo, y familias con más estabilidad. Cada vez que el PP vota en contra de una subida del SMI, de una reforma laboral o de un aumento en el presupuesto para educación, lo que está haciendo es votar en contra de esa España que avanza. Lo que Feijóo pretende derribar no es solo un gobierno progresista: es el Estado del Bienestar.
Vamos por partes. En 2018, el salario mínimo interprofesional era de apenas 735,90 euros al mes. Hoy, tras siete años de gobierno progresista, ha subido hasta los 1.184 euros. Un incremento de más del 61% que ha devuelto la dignidad a quienes trabajaban muchas horas para seguir siendo pobres.
El PP siempre se opuso a esta subida. Argumentaban que destruiría empleo. Los datos han demostrado todo lo contrario. Con más salario mínimo, ha crecido el consumo interno, se ha reducido la desigualdad y se ha impulsado el crecimiento económico. Subir el SMI no arruina un país: lo hace más justo.
España ha alcanzado máximos históricos en afiliación a la Seguridad Social. En 2018, con el PP, había 18,6 millones de personas afiliadas. Hoy, son 21,7 millones. Más empleo, más cotizaciones, más ingresos para sostener el sistema de pensiones y los servicios públicos.
También el paro ha bajado. De 3,3 millones de desempleados se ha pasado a 2,5 millones. Todo esto pese a haber atravesado una pandemia, una guerra en Europa y una crisis inflacionaria. El PP, que solo sabe hablar de “ruina”, no tiene una sola propuesta seria para mejorar estos datos.
Y si el dato de empleo es espectacular, el dato de empleo femenino es aún mejor. En 2018 había 8,8 millones de mujeres trabajando. En 2025 ya son más de 10,2 millones. Un récord que no es fruto de la casualidad. Es consecuencia de políticas feministas, de la reforma laboral, de los planes de igualdad, de las ayudas a la conciliación.
La derecha, en cambio, desprecia estos avances. Niega la desigualdad, ridiculiza el feminismo y no tiene ningún plan para cerrar la brecha salarial o para facilitar el empleo a las mujeres. Frente al ruido, los hechos: las mujeres trabajan más y en mejores condiciones.
Pero uno de los grandes logros del Gobierno ha sido la reducción de la temporalidad. En 2018, más de uno de cada cuatro contratos era temporal (26,86%). Hoy, esa tasa ha caído al 15,1%. Gracias a la reforma laboral aprobada, casi uno de cada dos contratos es indefinido (44,5%). En tiempos del PP era solo uno de cada diez.
Esto significa seguridad, planificación y dignidad. Millones de personas que antes vivían encadenando contratos precarios hoy pueden mirar al futuro con otra cara. El PP no votó a favor de esta reforma. Prefieren un mercado laboral desigual y frágil. Lo llaman “flexibilidad”, cuando su nombre real es explotación.
El Gobierno de Pedro Sánchez también ha priorizado pensiones más justas y más humanas. La pensión media de jubilación ha pasado de 1.082 euros a 1.505 euros. Un incremento que garantiza a nuestros mayores un retiro más digno, sin sobresaltos ni “paguita” miserables como las del 0,25% que impuso el PP. Sánchez ha blindado por ley la revalorización de las pensiones con el IPC. Eso significa que ningún jubilado pierde poder adquisitivo por culpa de la inflación. Donde la derecha ve un gasto, los socialistas vemos un derecho.
Y más becas equivalen a más oportunidades para nuestros jóvenes. En 2018 se destinaban 1.525 millones de euros al sistema de becas. En 2025, son ya 2.544 millones, récord absoluto. Más jóvenes que nunca tienen acceso a estudios superiores, sin importar el tamaño de su cartera. Mientras tanto, el PP sigue apostando por universidades privadas, por recortes a la pública y por un modelo de educación elitista. El acceso al conocimiento no puede depender del nivel económico de tu familia. Por eso el PSOE ha invertido más que nadie en igualdad de oportunidades.
Frente a todos estos avances, la estrategia del Partido Popular es clara: embarrar, bloquear y mentir. Cuando no gobiernan, sabotean. Cuando gobiernan, recortan. Feijóo no ofrece alternativa ni propuestas. Solo ruido.
Los ataques al presidente no son inocentes. Son ataques dirigidos contra los avances sociales. Contra el salario mínimo, contra las becas, contra la sanidad pública, contra las pensiones dignas. Cuando la derecha ataca, lo hace contra quienes más necesitan del Estado.
Feijóo, Ayuso, Abascal y compañía sueñan con un país donde el que pueda pagar, acceda. Y el que no, se quede fuera. Sueñan con desmantelar lo público, privatizar lo esencial y recortar lo que consideran “gasto”. Lo que en realidad quieren es demoler el Estado del Bienestar.
Si puedes pagarte un seguro médico, bien. Si puedes costearte una universidad privada, mejor. Si no, te apañas. Ese “sálvese quien pueda” de la derecha es lo que Pedro Sánchez ha combatido desde 2018, dejando claro que se puede crecer sin dejar a nadie atrás. Que la economía puede ser fuerte y justa. Que se puede gobernar con justicia social, con diálogo, con derechos.
España es hoy más justa, más fuerte y más digna. No porque lo diga un eslogan, sino porque lo confirman los datos: más empleo, más pensiones, más salarios, más derechos, más futuro. Y todo esto se ha logrado con una oposición dedicada a obstaculizar cada avance. Pedro Sánchez ha liderado un gobierno valiente que ha transformado, protegido y construido. Mientras la derecha solo ofrece ruido y retrocesos, la izquierda de gobierno ofrece certezas y progreso. Y eso, hoy más que nunca, hay que defenderlo.