Este verano se cumplirán dos años de mi salida del PSOE. Tras diez años de militancia, la situación llegó a un punto, para mí, insostenible y en aquél momento tenía tan claro que ese PSOE no tenía absolutamente nada que ver con lo que yo defendía, que finalmente, entendí que no era el lugar para defender mis ideas, apelar a los principios y valores que se pasaban por alto sistemáticamente.

"Me fui porque en ese momento el PSOE no era el lugar para defender mis ideas"

Más de diez años de militancia, de experiencia, de alegrías y disgustos, pusieron punto y a parte. Tenía muy claro que no iría a ninguna otra formación, y también esperaba, con ganas, que el PSOE se diera cuenta de una vez por todas que el camino que había emprendido suponía su suicidio. 

Ya en el Congreso de 2014 vi que las cosas iban a ser complicadas. Para todos. Desde la candidatura que coordiné, la de José Antonio Pérez Tapias (la opción de izquierdas en aquélla contienda), pude observar cómo funcionaba realmente "el aparato". Cómo se hizo todo lo posible y lo imposible por jugar con la figura de Eduardo Madina, con la de Pedro Sánchez, e incluso con nuestro candidato Tapias. Aunque al principio era complicado de entender, la intuición y sospecha de aquél momento, se convirtió después en evidencia: el propio "aparato" (las baronías, felipes, zapateros, rubalcabas y compañía)  apostaban por dar su apoyo a un Sánchez hasta entonces desconocido, sin tablas, sin un perfil realmente definido.

"El aparato puso s Sánchez y a un ejército camuflado para controlarle"

Ya en aquél momento algunos lo avisamos (yo misma lo he dicho públicamente): la estrategia era "poner" a alguien más o menos maleable, darle el apoyo para después retirárselo en cuanto llegase el momento apropiado, y que "la sultana" pudiera subir desde el sur hacia Madrid sin demasiadas complicaciones. Para ello "pusieron" a Sánchez, y no sólo a él, sino a un ejército camuflado a su alrededor para tenerlo controlado en todo momento. También lo he dicho públicamente desde entonces. 

La jugada de meter "indios" en la gestora, que se ganasen la confianza de Pedro, y que en un momento dado le hicieran caer ya estaba tejida desde el Congreso de 2014. Y algunos, como en mi caso, rechazamos jugar ese juego. Esa fue la razón por la que defendí incorporarnos (izquierda socialista) en el Comité Federal y no en la Ejecutiva Federal, a la que fuimos invitados.

En un principio tuve mis dudas sobre si Pedro Sánchez sabría lidiar con los problemas que iba a tener dentro. Pero poco a poco fui viendo cómo se dejó llevar, cómo puso todo en manos de quienes en realidad, querían llevarle a un callejón sin salida. Su propio Secretario de Organización era ya una pieza fundamental para destrozar a Sánchez desde dentro. Luena tenía un plan, y no era precisamente ayudar a Pedro, sino más bien todo lo contrario. Y esto, también lo dije siempre. 

"Pedro Sánchez se dejó llevar y se puso en manos de quienes en realidad, querían llevarle a un callejón sin salida"

Fui muy crítica con Sánchez durante su mandato. Mucho. Siempre de frente: tanto en las reuniones del Comité Federal, donde tuve el "honroso" privilegio de no recibir ni un solo aplauso, por decir alto y claro lo que iba a suceder (y que ha sucedido). Critiqué con dureza los ataques a la izquierda desde el primer momento, la falta de transparencia para trabajar en el Comité Federal, los ataques y destrucción de la corriente de la Izquierda Socialista, el destrozo a muchas agrupaciones de manera antidemocrática (como fue el caso de Tomás Gómez), y el nombramiento a dedo de miembros "y miembras" en las listas que, ni siquiera pertenecían al partido (como Zaida Cantera o Irene Lozano). Critiqué duramente y sin ambages todas estas "jugadas". Y sobre todo, la deriva hacia la derecha que iba a terminar por matar al PSOE. 

"El PSOE no estaba preocupado por posicionarse en la izquierda, sino en el centro, virando hacia la derecha"

Por eso, para mí fue determinante el posicionamiento del partido en el momento en que Grecia pedía ayuda. La actitud de los partidos socialistas europeos, las declaraciones de Martin Schulzt, seguidas por las de Sánchez en aquél momento me mostraron sin ningún tipo de duda que el PSOE no estaba preocupado por posicionarse en la izquierda, sino más bien en el centro -virando hacia la derecha-. El internacionalismo y la solidaridad se habían perdido, y la situación me parecía insalvable. Todo apuntaba a que se estaban calentando los motores para justificar el apoyo a un Partido Popular en España en los próximos comicios. Las declaraciones de Felipe González (que también critiqué claramente) me daban las pistas. Y la actitud de Sánchez, aplaudía al ex presidente. 

Para mí, en aquél verano de 2015 resultaba ya imposible defender al PSOE publicamente, y los ataques sistemáticos que recibí por parte del "aparato" y algunos medios de comunicación afines, me dieron a entender que no había lugar para la izquierda dentro del partido.  Decidí marcharme, sin consultar con nadie. Y muchos después me manifestaron su malestar por mi decisión, consideraron que me precipité y que debía haber esperado. Sin embargo, no me arrepiento de haberlo hecho. 

Desde entonces, se me propusieron distintas opciones: ir como diputada con Podemos, participar en Unidad Popular, formar una suerte de coalición de Izquierdas junto a Baltasar Garzón y Gaspar Llamazares... nada me convenció. Nunca tuve interés en colocarme en ningún lugar. Preferí esperar, contemplar "desde fuera" todo lo que iba a suceder, mantenerme  bien informada, seguir aprendiendo y tratar de ayudar en todo lo que pudiera para que mi partido, el socialista, volviera a ser de izquierdas. 

"No me arrepiento de haberme ido"

Me centré en la crianza de mis hijos, lo más maravilloso que he hecho en mi vida, y en dedicarme a mi labor profesional, conciliándola con la maternidad. Una decisión de las más acertadas de mi vida. Porque la vida, es otra cosa que está muy lejos de las contiendas, conspiraciones y cuchilladas. La política debe ser un ejercicio sano, desde una perspectiva analítica y crítica, pero con el objetivo puesto en el servicio público que ha de darse a la sociedad. Y para mi, el hecho de salir, me ha servido para respirar y contemplarlo todo con distancia. 

"Es necesario que muchos de los que nos fuimos, regresemos"

Siempre dije que volvería al PSOE cuando fuera socialista y de izquierdas. Ahora, creo que puede darse esta posibilidad, al menos con la elección del proyecto de Sánchez, elaborado de manera democrática y contando para ello con perfiles realmente de izquierdas (Tezanos, Narbona, Borrell, Perelló, Escudero entre otros) tengo confianza en que Sánchez ha sabido rodearse bien esta vez. 

Asumo que es necesario que muchos de los que nos fuimos, regresemos. Porque ahora podremos aportar, y es el momento de reforzar un partido que ha sido muy debilitado en los últimos tiempos (por un "aparato" doblegado a la derecha). 

En definitiva, es tiempo de volver al psoe, tras escuchar a muchos compañeros y compañeras que me han manifestado el deseo de que lo hagamos, porque el compromiso está en la crítica cuando se hacen las cosas mal, y en la aportación positiva cuando ésta se puede tener en cuenta.