Hay principio de acuerdo entre Gobierno y agentes sociales sobre el empleo y sobre la reactivación económica: Pedro Sánchez y los empresarios han abierto camino para abordar la reconstrucción y mostrar un clima de trabajo en común cara a Europa, de quien depende que no entremos en recesión mediante el fondo europeo de recuperación -140.000 millones-. La patronal comprende perfectamente lo que está en juego y deja las peleas internas para casa, aunque hay asuntos que no quiere asumir, como la anunciada subida de impuestos a las grandes empresas, que supone un misil a su línea de flotación, si bien muestra a la vez interés por obtener apoyos y subvenciones suficientes. Lo prioritario ahora es lograr los fondos europeos y poner en marcha la economía. El propio presidente de la CEOE, Antonio Garamendi ha mostrado su satisfacción. Y el consejo de ministros aprobó el viernes una serie de inversiones en sectores que son básicos para afrontar la crisis, incluyendo el turismo que sufre de la incertidumbre provocada por el coronavirus.

Frente a esta demostrada buena voluntad, contrasta desagradablemente la postura del Partido Popular, que se aleja del consenso en diferentes direcciones, en particular en lo referido a la economía, para la que requieren que no haya subida fiscal a las grandes fortunas. Y si este rechazo no se comprende bien, cuando la patronal sí admite el documento preciso para continuar hacia adelante. En cuanto a los partidos independentistas, aliados en la investidura, han mostrado su disgusto por lo que consideran aproximación de los socialistas a la derecha. Lo han manifestado de la manera más efectiva: no votando a favor de una serie de propuestas.

Mientras se marea la perdiz de arreglos y desacuerdos, y cada cual quiere marcar su territorio más y mejor que el contrincante, la enfermedad sigue su curso implacable: Este sábado, la Generalitat ha tenido que confinar perimetralmente la comarca de Segrià en Lérida, donde viven 209.000 personas en un total de 38 municipios y donde están aumentando los contagios. Los médicos de Atención Primaria temen que el otoño sea brutal y reclaman que los políticos se centren en lo que deben y refuercen las plantillas de profesionales de la sanidad. Mirando solo hacia un dudoso beneficio inmediato, los de la derechona intentan pescar en río revuelto, olvidan a las personas y desprecian el sufrimiento. No se dan cuenta de que no son tiempos para la política de pacotilla.