Muy pocas veces se ha vivido en la democracia española una distancia tan notable entre lo que preocupa a un político y lo que preocupa a un ciudadano corriente y moliente.

Tengo la suerte de estar muy cerca de políticos en activo. Y, naturalmente, convivo con ciudadanos que trabajan, otros que emprenden, otros que no tienen todavía hueco en el sistema y otros que estudian ilusionados. Cada vez hay menos ciudadanos de estos que aquí repaso que entienden lo que hacen los políticos que hemos elegido.

Los que votaron a alguien siguen pensando que han hecho bien al votar a quien votaron; consecuencia: volverían a votarle. Pero, al mismo tiempo no entienden por qué los elegidos no son capaces de formar Gobierno.

Cada vez hay menos ciudadanos de estos que aquí repaso que entienden lo que hacen los políticos que hemos elegido

Peor aún: casi todos los que votaron a los que votaron creen que, a los que votaron, no deben negociar con aquellos a los que no votaron. No es tan complejo como parece.

Somos muy nuevos en esto de los pactos políticos y no aceptamos que nadie ceda nada cuando le hemos votado. Creo que no se estudia suficientemente por qué nos pasa lo que nos pasa.

Lo intento simplificar (con cierta osadía): España sigue siendo un país partido en dos y ninguna de las dos partes está dispuesta a negociar nada con la otra.

Todos nos cuentan que, en Alemania, puede haber un gobierno de coalición entre democristianos y socialistas. Pera nadie recuerda que democristianos y socialistas alemanes fueron derrotados a la vez en la II Guerra Mundial, mientras que en España socialistas y conservadores se mataron durante años. La memoria de los pueblos tarda muchísimo en matizarse: primero es vengativa, luego es reivindicativa y al final es historicista. Pero tarda.

Lo que pasa es que alguna vez tiene que ser la primera vez que los de este lado y los del otro, pacten. Muy difícil: ya lo sé; pero ¿podríamos empezar este tiempo tan complicado con un pacto entre algunos de ellos y algunos de nosotros? (Este texto está lleno de contradicciones: igual que lo que nos pasa a todos)