En las Elecciones Autonómicas del 4 de mayo, el PSOE de Madrid sacó un mal resultado. Y sus principales dirigentes (Franco y Gabilondo) presentaron su dimisión. Esta derrota en Madrid se puede explicar por causas coyunturales, como la campaña electoral o la oposición realizada. Y también por causas estructurales, entre las que destacarían, la sociología electoral, la hegemonía ideológica de la derecha y la debilidad del Partido Socialista en la región.

 
Situación de la Comunidad de Madrid

En mayo, Ayuso consiguió una victoria clara. Sin embargo, en lugar de abrir un periodo de estabilidad e intentar ser "la presidenta de todos los madrileños", parece que pretende hacer algo muy diferente.

La acción política de Ayuso se caracteriza por su talante poco democrático. Una muestra de su forma de gobernar es el proyecto para volver a convertir Telemadrid en una televisión de partido. Destaca también por su histrionismo, que le lleva a abrir, continuamente, polémicas artificiales. Por ejemplo, ha declarado que el Rey no debe firmar los indultos a los presos del procés (no está entre las atribuciones de Felipe VI tomar esta decisión). O ha criticado al Papa por pedir perdón a México, afirmando que España llevó la civilización a América (e ignorando que, en 1492, ya existían civilizaciones como la maya, la inca o la azteca).
 
Mientras Ayuso se ocupa de diversas cuestiones de política nacional e internacional, en la Comunidad de Madrid, por poner un ejemplo, el tiempo en lista de espera media quirúrgica era de 159 días en mayo de 2021, según los datos publicados por la Consejería de Sanidad.
 
El estilo y las decisiones de Ayuso van dejar mucho espacio para hacer oposición al PP. Y, sobre todo, para defender los derechos y las necesidades reales de los madrileños.

¿Qué debe hacer el PSOE de Madrid?

Ante este escenario político, el PSOE de Madrid debe, a mi juicio, mirar hacia el futuro. Ciertamente, hay que tener en cuenta el pasado. Sobre todo, para no volver a cometer algunos errores. Sin embargo, la prioridad tiene que ser abrir una etapa nueva.
 
El PSOE de Madrid debe mantener sus apuestas (candidatos, direcciones políticas) durante un tiempo razonable. El liderazgo no se improvisa, se necesitan unos años para que se consolide. El PSOE de Madrid ha actuado, a menudo, como el personaje mitológico Sísifo. Según relata la Odisea, Sísifo empujaba una gran piedra por una ladera, pero, antes de llegar a la cima de la colina, la roca rodaba hacia abajo, y tenía que empezar de nuevo.
 
El PSOE de Madrid debe tener lealtad y coordinación con el proyecto federal. Y, al mismo tiempo, autonomía para elegir sus candidatos y diseñar sus estrategias.
 
El PSOE de Madrid debe salir a disputar las Elecciones a la Comunidad y al Ayuntamiento de Madrid. No puede abandonar a su suerte a los siete millones de madrileños. Y condenarlos a ser gobernados, permanentemente, por la derecha. Esto puede suponer algunos cambios estratégicos, como buscar más el voto de los jóvenes y adaptarse más a la realidad madrileña.
 
El PSOE debe dar la batalla ideológica en Madrid. Muchos madrileños creen que les conviene que el PP gobierne esta Comunidad. Piensan que les beneficia a ellos, como individuos, apoyar algunas de las ideas-fuerza de la derecha en Madrid: bajar los impuestos, y confrontar con Cataluña para preservar la unidad de España. Es, en gran medida, todo lo contrario.
 
Las rebajas fiscales a la minoría rica perjudican al conjunto de los ciudadanos (muchos de ellos votantes del PP). Porque los principales servicios públicos (Sanidad, Educación) están peor financiados que en otras Comunidades Autónomas. Las rebajas de impuestos de Madrid a las rentas altas suponen un dumping fiscal doblemente insolidario. Insolidario con otras Comunidades, pues atraen empresas y profesionales de las demás regiones, que no pueden ofrecer las infraestructuras que tiene Madrid. Insolidario con la gente con menos recursos de Madrid, que no puede pagarse una escuela infantil privada o un seguro sanitario privado, si los servicios públicos se deterioran. Por poner un ejemplo, en 2018, la Comunidad de Madrid dejó de cobrar 905 millones a 18.587 contribuyentes con un patrimonio medio por persona de 9,5 millones de euros, al bonificar el 100% del Impuesto sobre el Patrimonio, según datos de la Agencia Tributaria.
 
Por otro lado, parece razonable que primero que habría que plantearse qué modelo de región queremos (lo estratégico). Y luego determinar qué recaudación tributaria, qué impuestos necesitamos (lo operativo).
 
En cuanto a la unidad de España, se defiende mejor con integración que con confrontación, desescalando el conflicto y propiciando el encaje de Cataluña en España. Incluso, desde un punto de vista económico, el entendimiento y la alianza con Cataluña son más rentables que el enfrentamiento. 

¿Por qué Juan Lobato?

Si quiere ofrecer un proyecto renovado para Madrid, lo primero que debe hacer el PSOE es elegir a un nuevo líder. Respetando los valores que encarna Javier Ayala, voy a detallar las razones que me llevan a considerar que Juan Lobato es el secretario general que, en estos momentos, necesita el PSOE de Madrid.
 
Juan tiene cualidades poco comunes, que lo hacen un candidato idóneo. Juventud. Y, al mismo tiempo, experiencia.
 
Cultura de partido. Y, a la vez, conexión con los ciudadanos (ha ganado dos veces las Elecciones Municipales en Soto del Real, feudo tradicional del PP).
 
Apoyo de las bases. Y respaldo de alcaldes, alcaldesas y otros cargos públicos, que se identifican con el proyecto de cambio de Juan. Lobato.
 
Juan Lobato tiene una personalidad de calado, que está emergiendo. Y que emerge cada vez con más fuerza. Juan simboliza más de lo que representa. Si gana las Primarias del PSOE de Madrid, representará al 16,80 por ciento del electorado regional, que votó al Partido Socialista el 4 de mayo. Pero simbolizará mucho más: el deseo de cambio de esa mitad de la sociedad madrileña que quiere abrir una nueva etapa en la región.
 
A veces, se toma la decisión acertada después de muchos intentos. En esta ocasión, el destino del Partido Socialista de Madrid está en manos de sus militantes. Es el momento de Juan Lobato, el candidato de las bases.