No dan tregua. Si ayer decía que renovar el rancio aroma del Consejo General del Poder Judicial era urgente, hoy añado que ventilar el mal olor es imprescindible. Porque el CGPJ, fiel a su línea de estos últimos años, ha rechazado de plano la petición de amparo presentada por el juez De Diego, al que algún medio de comunicación desnortado le ha atribuido haberse dormido en las sesiones del juicio de la trama Gürtel hace más de un año. Una tóxica versión que denunció el exalcalde de Majadahonda Guillermo Ortega. Este fue condenado a 38 años de prisión a causa del masivo saqueo de las arcas públicas del Ayuntamiento que presidía.

A ese organismo constitucional, cuya función principal es defender la independencia de los jueces, no parece que le importen mucho los ataques que determinados políticos y alguna prensa contra los dos jueces que dictaron la sentencia Gürtel. Tal sentencia – como bien sabe el CGPJ- declaró que el Partido Popular se encontraba en estado de corrupción sistémica y, en consecuencia, precipitó la moción de censura contra Mariano Rajoy Brey.

Su función principal es defender la independencia de los jueces, pero no parece que le importen mucho los ataques de determinados políticos

En su petición de amparo, el juez De Diego señalaba que esas descalificaciones servirían a navegantes para otros juicios pendientes del mismo procedimiento, en los que el mismo magistrado tendrá que intervenir. Para el órgano presidido por Carlos Lesmes, presidente también del Tribunal Supremo con Rajoy y antes alto cargo del Ministerio de Justicia con Aznar, esa queja de De Diego es una simple fruslería, descartando que se ataque la independencia judicial de un juez que desempeña con decencia su trabajo.

Pero, Lesmes no está solo en ese afán, le acompañan una mayoría de vocales del Consejo igualmente elegidos por el P0P, mientras no se renueve el aire de la Justicia. Pero es una tarea llena de dificultades. La justicia española es profundamente conservadora. El PP se ha preocupado todos estos años de bloquear cualquier regeneración posible.

Sentencias como la del caso Gürtel son una sorpresa contra todo pronóstico. Porque la estrategia en estos últimos tiempos se ha orientado a evitarlo. Una estrategia a la que confió el PP su futuro frente a la corrupción que le atravesaba: Que la justicia nunca podría desentrañarla. Pero en esta ocasión sí pudo.

Por eso es tan importante proteger la independencia de los jueces y fiscales que luchan contra esa lacra. Si no, la corrupción siempre sería recompensada con el éxito. Aunque se eche todo el desodorante del mundo.