Este ominoso episodio -prohibiendo a los corresponsales de la prensa internacional utilizar el Centro Internacional de Prensa- no ha hecho más que proyectar en las democracias europeas y mundiales la peor imagen de España. El PP continúa en buena parte -aunque lo niegue- siendo políticamente heredero del franquismo.

La Marca España
Ya puede este pintoresco ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, gastarse el dinero público con la denominada Marca España. Por cierto, el presidente del invento de García-Margallo se llama Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, un personaje más reaccionario que el fundador de la Falange, José Antonio Primo de Ribera. Si la Marca España incluye recortes a la libertad de expresión de los corresponsales extranjeros acreditados en Madrid, más vale que García-Margallo dimita de manera fulminante y deje de enredar como ministro.

Furor fascista
El furor de la derecha judicial y política contra Garzón es básicamente fascista, a pesar de que la mona se vista de seda. A los conservadores les enojó mucho que pretendiera detener al general Pinochet. Y luego, años después, montaron un complot judicial -a través de determinados sectores del Tribunal Supremo- para cargárselo. No le perdonaron que intentara investigar los crímenes de la dictadura del general Franco y, además, investigar a fondo a los implicados en la trama corrupta Gürtel.

Menudos periodistas
¿A qué espera Rajoy para echar a cajas destempladas a quienes integran su equipo de la Secretaría de Estado de Comunicación? Menudos periodistas los que trabajan para usted, Sr. Rajoy. Este departamento gubernativo, según el comunicado de prensa del Círculo de Corresponsales Extranjeros en España, “denegó el uso de la sala para el acto con Baltasar Garzón por considerarlo ´no idóneo` y ser ´demasiado privado`”.

El Contubernio de Munich
Esto recuerda también, en cierto modo, aquel Contubernio de Munich, del año 1962, cuando algunos de los partidos opositores -todos clandestinos- a la dictadura franquista denunciaron la falta de libertades del régimen surgido del golpe militar del 18 de julio de 1936. Ahora, el escándalo es comprobar que el Gobierno popular se atreve a amordazar a los corresponsales extranjeros poniendo palos a las ruedas de la libertad de expresión. No sólo lo que ha hecho estos días la derecha española es un crimen contra la libertad, sino una patada de Rajoy a la imagen democrática de España.

Enric Sopena es director de ELPLURAL.COM