Bildu estará finalmente en las elecciones y con ellos ETA tendrá representantes en todos los municipios donde la gente, esa gente que no debería tener derecho al voto, los quiera elegir libremente. El plan creado por socialistas y etarras, con la connivencia de nacionalistas, Izquierda Unida, magistrados progresistas, y otros pájaros de mal agüero, es demoniaco. Pretenden que la izquierda abertzale encuentre una salida pacífica a sus peticiones independentistas, de esta manera ETA, que da sus últimos estertores por culpa del Rubalcaba de las narices, aún se hundiría más, y con ella buena parte de nuestro discurso catastrofista que tan buenos réditos nos da en tantos lugares de nuestra querida España.

No es que nosotros no estemos por acorralar a ETA y por limitar sus fuerzas al máximo, no me vayan ustedes a entender mal, pero la verdad es que su extinción absoluta no nos ayuda nada. Estaríamos más por algo no tan drástico y definitivo, abogamos por lo que nosotros llamamos el modelo lince ibérico. Que queden pocos ejemplares, pero que se vean de vez en cuando para que sirvan como publicidad ecologista.

Y en esas estamos, intentado sacarle el mayor provecho a lo que nos queda de terrorismo. Para el 22 de mayo desde luego nos va a llegar la mecha, pero habrá que ir pensando en un argumento alternativo, por si antes de las elecciones generales a esta gente le da por la extinción definitiva de ETA. Menos mal que contamos en nuestras filas con el ingenio catastrofista de Mayor Oreja, el Nostradamus del siglo XXI.