No es que nosotros no estemos por acorralar a ETA y por limitar sus fuerzas al máximo, no me vayan ustedes a entender mal, pero la verdad es que su extinción absoluta no nos ayuda nada. Estaríamos más por algo no tan drástico y definitivo, abogamos por lo que nosotros llamamos el modelo lince ibérico. Que queden pocos ejemplares, pero que se vean de vez en cuando para que sirvan como publicidad ecologista.
Y en esas estamos, intentado sacarle el mayor provecho a lo que nos queda de terrorismo. Para el 22 de mayo desde luego nos va a llegar la mecha, pero habrá que ir pensando en un argumento alternativo, por si antes de las elecciones generales a esta gente le da por la extinción definitiva de ETA. Menos mal que contamos en nuestras filas con el ingenio catastrofista de Mayor Oreja, el Nostradamus del siglo XXI.