Y todo esto sin que le haya hecho falta tener carisma, sin haber tenido que elaborar un programa electoral, sin necesidad de que haya tenido que tomar una sola decisión sobre el caso Gürtel, resumiendo, sin que haya hecho en siete años nada de nada.

Pero por si todo esto fuera poco, Mariano va a ser el primer presidente del país que va a llegar al cargo con las manifestaciones contra su política ya hechas de antemano. Médicos, profesores, investigadores, personas dependientes y hasta ancianos, estarán ya cansados de manifestarse cuando el presidente pase por primera vez por el arco de la puerta de la Moncloa.

Y es que, siguiendo con su buena fortuna, a Mariano le está haciendo buena parte del trabajo sucio el mismísimo Zapatero, al que debo reconocerle en estos últimos meses de mandato la redención de sus pecados, hasta el punto de que estamos a punto de proponerle que ocupe el lugar que deja Manuel Fraga en el senado.

Así que lo mejor no es que no haya tenido que hacer nada para llegar al cargo de Presidente, sino que cuando llegue podrá seguir en la más absoluta de las inacciones. Del trabajo sucio ya se están ocupando desde hace meses nuestros presidentes autonómicos y nuestro aventajado alumno Artur Mas, el hombre que no entendía a los niños andaluces.

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