La "buena noticia", en palabras de la derecha, no ha sentado nada bien en los foros de Bruselas. Los agravios comparativos por los rescates intracomunitarios ha encendido los odios y reproches entre los hermanos de Europa. Este caldo de cultivo cocinado en los fogones de la inequidad merkeliana sienta las bases de la contienda entre griegos, portugueses, irlandeses y españoles. Ahora con la desigualdad sobre la mesa se abre un debate crónico de reivindicaciones y compensaciones entre pobres y mendigos para equilibrar la balanza histórica de las irracionalidades europeas.

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