Opinión
La niña de Rajoy
Mientras cinco millones y medio de parados hacen malabarismo con las limosnas del Estado para cuadrar el círculo de sus endémicas economías, el delfín de la Moncloa canta gol en las gradas de Polonia .
La "buena noticia", en palabras de la derecha, no ha sentado nada bien en los foros de Bruselas. Los agravios comparativos por los rescates intracomunitarios ha encendido los odios y reproches entre los hermanos de Europa. Este caldo de cultivo cocinado en los fogones de la inequidad merkeliana sienta las bases de la contienda entre griegos, portugueses, irlandeses y españoles. Ahora con la desigualdad sobre la mesa se abre un debate crónico de reivindicaciones y compensaciones entre pobres y mendigos para equilibrar la balanza histórica de las irracionalidades europeas.