En la capital andaluza, cuando toca celebrar un título futbolístico, la localización se extiende en un pañuelo. Desde la Plaza Nueva, lugar para el jolgorio verdiblanco, hasta la Puerta de Jerez, sitio donde celebra sus victorias el Sevilla Fútbol Club. Si avanzamos un poco, nos encontramos con el Palacio de San Telmo, allí, en esta mañana calurosa de julio, se ha celebrado, como si de una UEFA o una Copa del Rey se tratara, la toma de posesión de Juanma Moreno Bonilla como presidente de la Junta de Andalucía.

El acto protocolario con el que se consumaba la histórica victoria por mayoría absoluta de Juanma Moreno ha distado mucho de su anterior toma de posesión en enero de 2019. En realidad, el acto pretendía distanciarse de todo lo anterior y estar a la altura del hito del pasado 19 de junio. La escenografía en sí era un mensaje: el gobierno está en la calle. Ya se ocupó de dejarlo claro el presidente electo la noche electoral, por cierto, también a pie de calle San Fernando: “los andaluces son mis jefes”.

Al filo de las nueve de la mañana han ido llegando los invitados. Alberto Núñez Feijóo con corbata verde ha llegado andando al lado de Juan Ignacio Zoido y se ha parado en el corrillo donde disertaban amigablemente Elías Bendodo, Patricia del Pozo, Macarena Olona y Cuca Gamarra. Poco después llegó junto a Alfonso Serrano, Isabel Díaz Ayuso, vistiendo un traje de estampado veraniego. La presidenta de la comunidad de Madrid fundió sus manos con las de Jesús Aguirre, el flamante nuevo presidente del Parlamento andaluz. También han estado todos los barones del PP: Mañueco, Vivas, López Miras. El expresidente del gobierno, Mariano Rajoy, antes de hablar con Elías Bendodo y Núñez Feijóo, ha saludado a un activo Javier Arenas, que se movía de un lado a otro saludando a propios y extraños. Tampoco ha querido perderse la entronización de Moreno Soraya Sáenz de Santa María.

Por parte del partido socialista han asistido la expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, así como Antonio Muñoz, alcalde de la ciudad de Sevilla. Juan Espadas, candidato del PSOE a la Junta ha compartido asiento con Macarena Olona, los dos grandes derrotados del 19 de junio charlaban con complicidad. El representante del gobierno central ha sido Luis Planas, ministro de agricultura y pesca. Tampoco han faltado figuras como la de Curro Romero o Cayetano Martínez de Irujo.

El presidente que consiguió la mayoría absoluta enfundado en la blanquiverde ha llegado con Manuela Villena, su mujer, a golpe de travelling mientras bajaban las escaleras, a sones de la orquesta de la Fundación Pública andaluza de Barenboim-Said que interpretaba una pieza de Joaquín Turina “Las musas de Andalucía”. En primera instancia tomó la palabra Jesús Aguirre recordando la consumación del “pacto de Juanma Moreno con los andaluces”, es decir, como ha tenido a bien llamar, el equipo de comunicación del presidente, a la rotunda victoria del pasado junio. Posteriormente, tomó la palabra un correcto Luis Planas, que ha prometido lealtad por parte del gobierno central a la Junta de Andalucía.

Moreno ha jurado sobre un ejemplar de la Constitución Española y otro del Estatuto de Autonomía andaluz. Jesús Aguirre le ha impuesto la medalla de solapa de la Junta de Andalucía. Moreno, en sus palabras, ha agradecido la presencia de todos los barones, con especial mención a los presidentes de “dos ciudades hermanas”: Ceuta y Melilla. Al igual que durante la campaña electoral, Juanma Moreno se ha ocupado en su discurso de resaltar palabras como responsabilidad, ilusión, esperanza, compromiso y lealtad. En los primeros compases del discurso, el presidente se ha ocupado de aclarar que “no es casualidad que nos encontremos a las afueras del Palacio de San Telmo. Este, no es un lugar de privilegio, sino de trabajo tenaz. Estamos en la calle porque mi presidencia será abierta y accesible”.

Moreno ha apelado en su discurso, que iba de un estilo institucional a uno digno de charla motivacional a la andaluza, a ese sentimiento de pertenencia que tienen los andaluces, queriendo seguir el esquema de su mensaje de que la mayoría absoluta no significaría en ningún momento un alivio o una relajación, sino una carga de trabajo. “La Andalucía del mañana comienza hoy. No quiero mirar atrás, mucho más importante que el camino recorrido es el trazar nuevas rutas”.

En este arrebato andalucista ha citado a un “insigne granadino, como Carlos Cano”: “Andalucía es un proyecto de vida en el que puedes ser feliz”. Este cariz de speech motivacional ha impregnado el discurso de Juanma con frase como: “Seguimos adelante abonados a la alegría y la ilusión” o una de las frases del discurso: “El mundo sería mejor si fuese un poquito menos áspero y más andaluz”. Nadie consigue una mayoría como la que ha conseguido Moreno sin ser capaz de conectar con el conjunto del electorado, la correa de transmisión de Moreno con los votantes ha sido el andalucismo moderado. Hoy ha remarcado la importancia de que “Andalucía se quite los complejos” y ha presentado su proyecto como “un andalucismo renovado y alejado de tópicos”.

También ha tenido palabras para la juventud andaluza, con la que se ha comprometido a “remover los obstáculos que la frenan”. Dentro de ese nuevo andalucismo de Juanma, ha dicho que “los jóvenes andaluces son parte capital de ese andalucismo, esos jóvenes que progresan en andaluz con el poderío de nuestro acento”. “Andalucía se hace entre todos” ha afirmado, y en su agenda de trabajo dice haber remachado el “poner a Andalucía a la cabeza del progreso” con una sanidad moderna, una fuerte educación, con igualdad real entre hombres y mujeres, con solidaridad con los más vulnerables, con compromiso de políticas verdes y con el compromiso de que “cada familia sea como sea” viva en “prosperidad y libertad”.

También se ha referido al sentimiento patriótico nacional de los andaluces con frases ya memorables como: “Andalucía tiene una vocación antigua de servicio, lealtad y amor a España. Los andaluces somos españoles de luz que desde Andalucía hacemos una España mejor”. Ahí queda ese derroche poético y emocional de un presidente que ha lanzado un mensaje que ha sonado a dardo velado cuando ha hablado de la hospitalidad andaluza: “Andalucía es un sentimiento que para poder defenderlo hay que conocerlo y saber interpretarlo. (…) Cuanto más se conoce Andalucía más se la ama”. (…) Andalucía tiene una forma de ser que enamora a los de fuera”.

Para finalizar, se ha acordado de su familia. “Nunca los he visto tan arreglados y peinados como hoy” ha dicho sonriente mientras miraba a sus hijos. Ha hablado de su mujer como su mayor apoyo y también como su mayor crítica y se ha acordado de su padre: “Lo que hubiera disfrutado viéndome, a mí, nieto de jornalero delante de vosotros, personas tan respetables”. No ha querido dejar de acordarse de compañero y amigos de partido. Mirando los aledaños de San Telmo, el coach Moreno, ha teorizado sobre la fugacidad de la felicidad: “No todo es color de rosa, no todo es ágape y boato. Mañana empiezan los problemas.” Ha dirigido también unas últimas palabras al presidente de su partido, al que le ha dicho que: “si pasas más tiempo por aquí, compartirás esto con la misma intensidad con la que amas Galicia.” Y se ha despedido de los que han sido sus consejeros, primero en tono de broma: “¡Os queda un cuarto de hora!” y luego con más seriedad y emoción ha dedicado unas palabras al acuerdo con Ciudadanos: “Gracias a vosotros hemos tenido un acuerdo estable. Os deseo lo mejor para el futuro, especialmente a ti, Juan.” Finalmente, Juanma ha mirado al horizonte, al río de Sevilla, y ha hablado a loa vez como un profeta del nuevo andalucismo, como un conquistador genovés y como un presidente de la Junta de Andalucía con mayoría absoluta: “Es un tiempo nuevo con ambiciones renovadas. Os invito a soñar tan alto como podamos imaginar.” Ha terminado citando a María Zambrano: “No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero” y declarando su amor a Andalucía en una sentencia que recuerda mucho a los claims electorales de Alejandro Rojas Marcos y Juan Ignacio Zoido: “Andalucía, te quiero. Viva Andalucía.” Lo dicho, unos celebran gestas y otros intentan taparlas con comités federales.