Parecería que el ilustre consejero quisiera superar con su soflama, predicada ayer en el diario El País,  afeara la moderación de Cayo Lara o de los Indignados, superando en radicalismo a todos, incluidos los chicos antisistema.

Me recuerda la invitación que en su día hiciera Esteban González Pons, vicesecretario general del Partido Popular,  a la juventud española para que se rebelara contra el Gobierno como hicieran los egipcios en la plaza Tahir de El Cairo.

Solo faltó que indicara el lugar de concentración,  decidido el 15 de mayo autónomamente por los Indignados en la Puerta del Sol, para cabreo de Esperanza Aguirre.

Supongo que José Manuel  González Páramo se ha caído del caballo a la vuelta de Fráncfort, como le pasó a San Pablo camino de Damasco, o a José Luis Rodríguez Zapatero a la vuelta de Davos.

Se ha debido de dar un buen golpe quien ha actuado como un halcón en el seno del BCE en apoyo de una política suicida que ha contribuido a que el paro alcanzara en España las proximidades de los cinco millones, el 22 por ciento que le parece al consejero la cifra de la revolución.

Pero si uno lee detenidamente la citada entrevista en la que propugna las medidas que, supuestamente, llevará al Gobierno Mariano Rajoy y si se tiene en cuenta que su mandato en el Banco Central Europeo coincidirá con la extinción de Miguel Ángel Fernández Ordóñez a nuestro banco central, con minúsculas, se aclarará el misterio.

El nuevo director del BCE, Mario Draghi  entra en la institución revisando la política suicida de su antecesor Jean-Claude,  lo que resulta un alivio pasajero.

Es un poco turbador que Draghi, como alto directivo de Goldman Sachs  le cabe alguna responsabilidad en el engaño que esta entidad tramó para el gobierno conservador griego para estafar a la Unión Europea.

Ayer, otro gurú económico, Jeremy Rifkin, asesor de gobiernos,  animaba a los Indignados a indignarse más en el elitista marco de la Fundación Rafael del Pino.

Y no olvidamos que los expertos americanos que llevaron a la catástrofe al sistema financiero siguen asesorando al presidente Obama.

Una vez más se demuestra la extraordinaria capacidad del capitalismo para absorber a sus contrarios. Bendita flexibilidad. O cara dura.

José García Abad es periodista y analita político