Uno de los episodios más desoladores en las negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos para formar gobierno, se produjo el día de la segunda investidura fallida de Pedro Sánchez, cuando ya se sospechaba que no iba a haber acuerdo. Pablo Iglesias, líder de la formación morada, y planteó una última contraoferta. Lo malo fue la falta de pudor en esa exhibición pública de las conversaciones mantenidas. Con el añadido de afirmar que le había aconsejado que realizara tal propuesta “alguien de su partido, señor Sánchez”, indiscreción que provocó el sonrojo ajeno.

Lo cierto es que ese fue el colofón a una extraña manera de parlamentar entre las dos formaciones, porque desde el primer momento se iban conociendo de la mano de Unidas Podemos, datos y puntualizaciones que habitualmente no llegan al público cuando se trata de una negociación seria.

Lo cierto es que, durante las negociaciones posteriores a la primera investidura fallida, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hablaron más veces de las que nos han contado y que, probablemente, la razón más importante para que no se llegara a buen puerto fue esa tendencia a la verborrea del líder morado. Parece, por lo que comentan buenos conocedores de aquellas negociaciones, que Pablo Iglesias no aceptaba una premisa fundamental y acorde con la legalidad, que es el compromiso de no hacer públicas las deliberaciones del Consejo de Ministros. Tal negativa podía abrir la puerta a filtraciones previas sobre lo acordado en la Comisión de Subsecretarios y a críticas y valoraciones indeseadas de las decisiones del Gobierno adoptadas en el Consejo de Ministros.

Hoy, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en una entrevista en la Cadena SER, contestaba a Àngels Barceló que no se pudo llegar a un entendimiento por diversas razones, entre ellas por “discrepancias evidentes”, como la diferente visión sobre la situación en Cataluña. Mencionaba que actualmente se habla en algunos sectores de en Comú Podem de “presos políticos”. También dijo que la negativa de UP a la investidura había supuesto la ruptura, de tal modo que tras el verano no había nada más que decir.

Ahora, Unidas Podemos plantea una coalición de Gobierno a tres bandas (PSOE, UP y Más País) tras la cita electoral del 10-N. Pero en ese nuevo regate de Iglesias queda por ver si será capaz de asumir el compromiso de confidencialidad. Y es que aceptar esa responsabilidad, le impediría marcar distancias críticas de las decisiones “socialdemócratas” de Sánchez. Esas son condiciones inexcusables para formar parte del Ejecutivo. Y no está de más que el líder de UP tenga presente lo que dijo Benjamín Disraeli, Primer Ministro del Reino Unido en el siglo XIX, un extraordinario parlamentario y sin duda un hombre de Estado: “Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores”.

Enric Sopena es Presidente Ad Meritum y fundador de ElPlural.com