Google Wave, por ejemplo, que debió funcionar muy bien en la comunicación interna de la empresa de Silicon Valley, destrozó los esquemas de los más avezados usuarios de la Red para tratar de descubrir qué hacer con el invento. Buzz, tan presente como desconocido. Está, pero no se le espera. Por si esto no era poco, las constantes denuncias por posición dominante y los coches de Google Street View recogiendo datos privados de redes wifi por las calles que fotografiaban, terminaron por hacer que Google recordase por momentos al declive de Bill Gates y su gigante Microsoft, cuando pasaron de ser la moda del momento al temido gran hermano con cuernos y rabo que todo lo vigilaba.

En estas estábamos, cuando llegó Google Plus (G+) a nuestra vidas. La alternativa a Facebook, la de verdad, que pondría nerviosos a los de enfrente. Y lo ha hecho. Mucho se ha escrito ya sobre Google Plus y sus círculos, ventajas, virtudes, que mono es y que tipo tiene. El resumen de todo esto es que Google entra de lleno a competir con un entorno social que retiene en su seno a los usuarios (¡por fin!), y les permite conversar e interactuar con naturalidad, sin engorros ni tecnologías futuristas que nadie comprendía.

En este frente de su guerra con Facebook la balanza no se nivela, pero podría ser un comienzo. La red social ya no sólo camina hacia un buscador potente que pueda competir con Google para repartirse la tarta de publicidad que se esconde tras las búsquedas. Ahora Mark Zuckerberg se defiende en su terreno. Google ha logrado una cabeza de playa con su Plus, y a Facebook le toca mejorar su todopoderosa red social de casi 700 millones de usuarios si no quiere ver como el contraataque termina con la guerra en sus propias calles. Algo que antes sus empleados y fervientes defensores sólo veían por televisión, mientras Larry Page y Sergey Brin (creadores de Google) recibían andanada tras andanada.

Quizás haya tenido algo que ver en el cambio de rumbo que han tomado las hostilidades la renovación en la cúpula de Google, momento en el que sus creadores originales volvieron a asumir el mando y centrarse más en los millones de usuarios que en la cuenta de resultados y los números del contable que pusieron al mando de su imperio telemático. Este empujón ha hecho que en la carrera por la hegemonía, sobre todo a nivel de los entornos sociales, Facebook sienta ya el aire caliente en la nuca. El aliento del corredor que venía bastante por detrás. Hará bien en volver a coger ritmo Zuckerberg, porque no le persigue cualquiera. Incluso en Twitter, también deberían ir poniendo las barbas a remojar. Google contraataca.

Ion Antolín Llorente es periodista y blogger
En Twitter @ionantolin